Festividad de Santa Rosa de Lima

Información General 30 de agosto de 2020 Por REDACCION
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Hoy, 30 de agosto es la fecha  en la que se celebra la festividad  de Santa Rosa de Lima, patrona  del barrio Villa  Rosas de nuestra ciudad, cuyo templo parroquial lleva el nombre de la Santa patrona. Seguidamente damos a conocer algunos datos biográficos de la santa religiosa.
Santa Rosa de Lima O.P. (Lima, Virreinato del Perú, 30 de abril del año 1586 - Ibídem, 24 de agosto de 1617) fue una mística cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671.
Entre los santos nacidos en América (antiguamente Indias Occidentales), Santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.​Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú (en 1669), del Nuevo Mundo y las Filipinas (en 1670). Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados: de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos.

Primeros años
Nacida en el siglo XVI como Isabel Flores de Oliva, fue hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de Baños de Montemayor​, municipio de la provincia de Cáceres (España) y de María de Oliva y Herrera, hilandera y costurera indígena, natural de Húanuco. Así lo asegura la placa en la casa de los Flores, la cual aún se conserva en dicho pueblo cacereño. En 1545, Gaspar salió de España, después de pasar por Puerto Rico y Panamá, que formaban parte del virreinato de Nueva España y Perú, respectivamente, Llegó al Perú en 1547 como soldado del pacificador Pedro de la Gasca quien restableció la Real Audiencia en 1549, recuperando el dominio de la Corona tras la usurpación del poder por Gonzalo Pizarro, gobernante del Perú entre 1544-1548. Gaspar Flores fue nombrado arcabucero el 9 de marzo de 1557, por don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer virrey del Perú entre 1556-1561. El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con María de Oliva y Herrera. Ese mismo año servía de arcabucero en la guarda del 5º Virrey Francisco de Toledo (1569-1581).
Nació el 20 de abril de 1586 en la ciudad de Lima, en aquel entonces parte del Virreinato del Perú.​ José Manuel Bermúdez, uno de sus biógrafos, contribuyó a extender la opinión de que el nacimiento de Rosa ocurrió el día 30 de abril, pero en los registros del proceso ordinario se encuentra que la madre de Rosa y otras personas —entre ellas fray Pedro de Loaiza, confesor de Rosa y su primer biógrafo— declararon como fecha de su nacimiento el día 20 de abril.​ Algunos cronistas señalan que Isabel Flores de Oliva nació en una aldea llamada La Puntilla, en la isla de Taboga (en Panamá). Esta información fue refutada en el "proceso de canonización", publicado en los archivos del Vaticano.
Isabel o Rosa fue la cuarta hija de los trece hijos nacidos del matrimonio Flores de Oliva, fue bautizada, según partida, el 25 de mayo de 1586, en la Parroquia de San Sebastián, en Lima por el sacerdote Antonio Polanco, siendo sus padrinos Hernando de Baldés y María Osorio. De sus doce hermanos, solamente se conocen a nueve.
Gaspar Flores de Oliva, el primogénito, bautizado en la parroquia de San Sebastián el 1 de junio de 1579. Fue soldado, sirviendo en las guerras de Chile, donde alcanzó el grado de capitán.​
Bernardina Flores de Oliva, bautizada el 13 de junio de 1581. Murió en Quives a los 14 o 15 años.
Hernando Flores de Oliva, bautizado el 24 de mayo de 1584. Se dedicó a la agricultura y murió en 1627.
Francisco Flores de Oliva, bautizado el 6 de junio de 1590. Murió joven.
Juana Flores de Oliva, bautizada el 11 de septiembre de 1592. Salió en la procesión en honor de Santa Rosa en agosto de 1669.
Antonio Flores de Oliva, bautizado el 8 de julio de 1594. En 1688 vivía en Condoroma, en la sierra sur del Cuzco. El virrey Conde de Lemos, en carta de ese año, lo recomendó a la Reina Gobernadora de España.​
Andrés Flores de Oliva, bautizado el 21 de septiembre de 1596. Vivía en 1620.
Francisco Matías Flores de Oliva, vivía en 1620.
Jacinta Flores de Oliva, bautizada el 25 de abril de 1603 de emergencia, a los dos meses de edad.
A ellos hay que añadir tres niños o niñas, que debieron morir inmediatamente después de nacer, pues parece que ninguno de ellos llegó a bautizarse.
A temprana edad - emulando a la terciaria dominica santa Catalina de Siena - empezó a ayunar tres veces por semana y a realizar severas penitencias en secreto. Su compañero de juegos fue su hermano Hernando, quien siempre la apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives, un pueblo a 60 kilómetros de Lima, ubicado en el valle del río Chillón. Es aquí donde recibió la confirmación de manos del futuro santo católico Toribio de Mogrovejo, su padrino fue el sacerdote del pueblo Francisco González. Es en Quives donde, al parecer, empezó con sus mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte, con consecuencias dolorosas para su recuperación, que ella ocultaba a su madre.

Santa Rosa de Lima por Francisco Laso (1859).
El día de su confirmación en el pueblo de Quives, el arzobispo Toribio de Mogrovejo, la llamó Rosa sin que alguien pudiese darle noticia al arzobispo de este nombre tan particular e íntimo. Aunque le mortificaba que la llamasen así, a los 25 años aceptó y quiso que la llamaran «Rosa de Santa María» porque, según relató su madre, fue a conversar con un sacerdote a la iglesia de Santo Domingo manifestándose la molestia que le causaba que la llamen "Rosa", pero el sacerdote la tranquilizó diciéndole: "Pues, hija, ¿no es vuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo?". Con esto quedó tranquila y segura del nombre que le habían dado. Más adelante, según sus biógrafos, ella afirmó que en episodios de tipo místico, la Virgen del Rosario y el Niño Jesús (cuando se casó con él en desposorio místico) le confirmaron el nombre.
Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y bordaba para diferentes familias de la ciudad y así ayudar al sostenimiento de su hogar. Bajo esas condiciones precarias, también veía a su alrededor otra pobreza más humillante, la de los indios. Su aya Mariana, quien era india, la ayudó a tomar conciencia de la humildad de estos individuos. Entre ellas existía tal compenetración que el alma de Mariana veía a Rosa en toda la antigua población inca, maltratada por los hidalgos españoles. Rosa decía: «Si lo cristianos están obligados a predicar amor por todas partes, ¿por qué llegaron a América con guerras, destrucción y odio?» Esa idea la torturaba, y se preguntaba con angustia: «¿Por qué deben sufrir tantos indios?» No encontró respuesta hasta que descubrió el valor redentor del sufrimiento.
Cuando fue admirada por su belleza, Rosa cortó su cabello y se echó pimienta a la cara, molesta por haber atraído pretendientes. Rechazó a todos sus pretendientes, a pesar de la oposición de amigos y familiares. Rosa pasaba varias horas al día observando el Sagrado Sacramento, el cual recibía a diario - una práctica extremadamente rara en aquella época. Finalmente, después de 10 años, hizo voto de virginidad. Rosa atrajo la atención de los frailes de la Orden Dominica. Ella deseaba convertirse en monja, pero su padre lo prohibió, por lo que al cabo de unos años ingresó en la Tercera orden de Santo Domingo a imitación de su admirada santa Catalina de Siena.
A partir de entonces se recluyó, prácticamente, en la ermita que ella misma construyó, con ayuda de su hermano Hernando, en un extremo del huerto de su casa. Solo salía para visitar el templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa. Muchos biógrafos escriben que ayudaba a fray Martín de Porres, lo cual no está probado en el texto del "Proceso de Martín de Porres" (Lima 1579-1639), el cual es santo desde 1962. Rosa se permitía dormir solo dos horas al día, de tal forma que pudiera dedicar más tiempo a la oración.​ Usaba una pesada corona de plata, con pequeñas espinas en su interior, emulando la Corona de Espinas de Jesucristo.

Santa Rosa y la defensa de Lima
Claustro de Santa Rosa de Lima.
En 1615, buques corsarios neerlandeses deciden atacar la ciudad de Lima, aproximándose al puerto del Callao en días previos a la fiesta de La Magdalena. La noticia corre pronto hasta Lima y con ello la proximidad y desembarco en el Callao, lo que altera los ánimos de los ciudadanos. Ante esto, Rosa reúne a las mujeres de Lima en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario para orar por la salvación de Lima. Apenas llegada la noticia del desembarco, la terciaria subió al Altar, y cortándose los vestidos y cosiendo los hábitos puso su cuerpo para defender a Cristo en el Sagrario. Los ánimos del vecindario eran alarmantes, llegando a huir muchos de Lima hacia lugares distantes. Misteriosamente el capitán de la flota neerlandesa falleció en su barco días después, y ello supuso la retirada de sus naves, sin atacar el Callao. En Lima todos atribuyeron el milagro a Rosa y por ello en sus imágenes se le representa portando a la Ciudad sostenida por el ancla.
En Argentina, Paraguay y Uruguay, hacia fines del mes de agosto ocurre la llamada "Tormenta de Santa Rosa". La tradición atribuye a Rosa el origen de este fenómeno natural que logró la huida de los enemigos de tierras peruanas.

Desposorio místico
Uno de los momentos importantes de su vida es el "Desposorio Místico", ocurrido el Domingo de Ramos de 1617, en la Capilla del Rosario (Templo de Santo Domingo de Lima). Rosa, al no recibir la palma que debía portar en la procesión, pensó que era un mensaje de Dios por alguna ofensa que ella hubiese realizado. Acongojada se dirigió a la Capilla de imagen del Rosario y orando ante la Virgen, sintió el llamado del Niño Jesús de la imagen, que le dijo: "Rosa de Mi Corazón, yo te quiero por Esposa", a lo que ella respondió: "Aquí tienes Señor a tu humilde esclava".

Últimos días
Iglesia de Santo Domingo (Lima), donde se encuentran los restos mortales de Santa Rosa de Lima.
Ya cerca del final de su vida, cayó gravemente enferma. Pasó los últimos tres meses de su vida en la casa de Gonzalo de la Maza, un contador notable del gobierno virreinal, y de su esposa María de Uzategui.​ En este lugar se levanta el Monasterio de Santa Rosa de Lima. Murió de tuberculosis a los 31 años de edad,​ en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé, como ella misma profetizó y contó el padre Leonardo Hansen. El día de sus exequias y entierro, los devotos se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo), con notable devoción del pueblo peruano (y de América) que visita la Capilla dedicada a su culto en el Crucero del Templo dominicano.

Después de su muerte
Retrato póstumo de Santa Rosa, lienzo del artista italiano Angelino Medoro. Fue pintado pocas horas después del fallecimiento de la santa limeña, el 24 de agosto de 1617.Reconstrucción facial de Santa Rosa de Lima, realizado por el Equipo Brasileño de Antropología Forense y Odontología Legal (Ebrafol), agosto 2015.
Su entierro fue uno de los más notables que vivió la ciudad de Lima. En la casa de la familia de la Maza se formaron grandes multitudes para contemplar a Rosa. El gentío hubo de esperar a su traslado hacia la Iglesia del Rosario. Al traslado acudieron el virrey, el Cabildo Secular y Eclesiástico, las órdenes religiosas presididas por la orden de Santo Domingo de Guzmán, los oidores y personas notables.
Hubo de requerirse la fuerza de la guardia del virrey para impedir que Rosa fuera desvestida por los devotos que deseaban llevar alguna reliquia. A pesar de ello, tuvieron que cambiarle tres veces los hábitos e incluso en el traslado algún irreverente seccionó uno de sus dedos del pie.
En el lecho de muerte, Gonzalo de la Maza hizo retratar el rostro de Rosa. A su efecto llamó al pintor italiano (Angelino Medoro), quien realizó el primer testimonio de su apariencia física.
La devoción del pueblo se excedió a tal punto, que en pocos años tuvieron que retirarla de la Cripta y colocarla en la Iglesia del Rosario.


REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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