Las prevenciones dispuestas con motivo de la pandemia de Covid 19 que se vienen implementando en todo el país desde el 17 de marzo pasado, tanto sean las obligatorias como aquellas otras autoimpuestas que van más lejos en el alcance de cuidados y precauciones, debido a su prolongación en el tiempo y además, muy especialmente, por el estrago provocado en las economías familiares, han originado un estado de cansancio y extenuación en toda la población, observándose por lo tanto un elevado grado de incumplimiento de parte de la gente.
Sin embargo, sea por un fallido cálculo de nuestros gobernantes -que vale decirlo siempre de manejaron con el auxilio de reconocidos profesionales de la salud-, comenzando demasiado pronto la cuarentena como así también otras disposiciones respecto al aislamiento social, o bien por otros factores, la cuestión es que justo ahora en que nos encontramos en un aparente momento cúlmine de la expansión del coronavirus, es cuando se advierte mayor desaprensión por parte de los ciudadanos en cuanto al cumplimiento de las normas y protocolos.
Tomando números de esos que suelen calificarse de "redondos" y que van modificándose día a día, a veces hora a hora, estamos acercándonos a los 5.000 fallecidos, con 250.000 casos positivos y 110.000 que tras padecer la enfermedad lograron recuperarse, los que ubican a la Argentina entre los diez países con mayor cantidad de muertes diarias.
Frente a tal perspectiva, muy peligrosa por cierto, lo que advierte la gente, esa misma que se encuentra hastiada de cuarentena y con sus bolsillos vacíos, es que faltan decisiones acordes al momento que se vive, y que en cambio, la preocupación parece estar centrada en adjudicarse responsabilidades unos a otros entre la ciudad de Buenos Aires y la Provincia -lo que se conoce como AMBA-, en especial tratando de debilitar la figura de Rodríguez Larreta, que es la más favorecida hasta ahora, al menos en cuanto a lo que indican las encuestas. Eso hizo surgir, tan anticipadamente y en medio de la pandemia, el interés por las elecciones de 2021 y por lo tanto volcarse en una guerra de declaraciones desatendiendo la parte sanitaria. Por cierto, con efectos muy lamentables, ya que la mayoría de la gente está muy bien advertida de lo que está sucediendo.
En cuanto al traslado de este panorama del Covid 19 a nuestra provincia de Santa Fe y más precisamente a Rafaela, tenemos que en el territorio de la bota, en especial en la zona sur, se están incrementando los casos a razón del centenar diario, con más de dos millares de infectados y también habiendo superado las dos decenas de fallecidos, sin olvidar que en la mayoría de estos casos fatales se trató de personas que tenían comorbilidades, es decir, afecciones de de otro tipo que los dejaban poco menos que sin defensas ante el coronavirus.
En cuanto a nuestra ciudad, llevamos 111 días consecutivos sin que se registre en caso positivo, un hecho prácticamente inédito en una ciudad de 110.000 habitantes, lo cual debe cuidarse como un bien muy preciado. Es por eso que aún con la distensión provocada por la falta de casos, es tanto recomendable como exigible a todos los rafaelinos sin excepciones, que sigan o vuelvan en el peor de los casos, a respetar absolutamente todo el protocolo dispuesto, ya que eso constituye la manera más segura y efectiva para que Rafaela siga manteniendo esta situación invalorable.
En especial, y lo que puede advertirse a simple vista, es la transgresión a portar barbijo, pues son muchos, seguramente demasiados, quienes no los llevan,o simplemente los cuelgan al cuello tal un adorno, o bien para ubicarlo en el lugar que corresponde en caso de tener que enfrentarse a un control.
Se trata de un esfuerzo, pero es una obligación moral hacerlo, sea por uno mismo o por nuestros semejantes.