Siento ruido de pelota

Editorial 06 de agosto de 2020 Por REDACCION
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El periodista uruguayo Luis Alfredo Sciuto, conocido en el mundo del fútbol por su seudónimo de "Diego Lucero", fue una de las plumas más brillantes que conoció estas tierras.
Su libro insignia, por el éxito que tuvo, se editó bajo el sugerente título "Siento ruido de la pelota".
Hoy, el ruido de pelota está más cerca y la tan ansiada fecha también se acordó durante una reunión de la que participaron diferentes actores del Gobierno nacional y de la Asociación del Fútbol Argentino.
Concretamente, el próximo lunes 10 de agosto, los clubes podrán retomar los entrenamientos, de cara a la reanudación de la competencia, en principio dispuesta para el mes de septiembre.
En grupos reducidos, respetando todos los protocolos y con estrictas medidas sanitarias, el deporte más popular empezará a mover sus engranajes.
Después de poco menos de cinco meses, los preparadores físicos serán los que asumirán la mayor responsabilidad para recuperar los músculos de quienes volverán a competir en el máximo nivel del profesionalismo.
Los compromisos que tendrán por delante no serán únicamente los certámenes domésticos, sino que además deberán participar, aquellos habilitados por méritos propios, en los torneos internacionales.
A varios clubes, les espera una serie de partidos desgastantes, por la frecuencia y por las distancias a recorrer, en un plazo más breve que lo esperado, como consecuencia de la pandemia, que interrumpió la actividad del fútbol, la disciplina más popular en este rincón del planeta.
Los jugadores estaban aguardando la autorización para volver a moverse y todos reconocen que será una tarea más compleja que la que supone una pretemporada, donde los tiempos de inactividad son merores.
Estamos ante una situación excepcional, que durante este imprevisto receso, dejó secuelas preocupantes en varios aspectos.
Al margen de los estrictamente deportivo, que no puede soslayarse, porque estamos hablando de atletas profesionales de elite, hay otros factores que merecen tenerse en cuenta.
La economía de los clubes se vio notoriamente resentida por la falta de ingresos genuinos, obligando a los dirigentes a realizar un trabajo que no estaba en los planes de nadie en el inicio de este 2020.
Varias instituciones optaron por el achicamiento de sus plantes y otras propusieron una reducción de los salarios para que sus arcas puedan tener algunas reservas para afrontar los gastos esenciales.
El panorama no es el mejor, aunque no sea exclusivamente privativo del fútbol, una actividad que es un fenómeno social para quienes desde siempre nos sentimos identificados con este hoy ausente ruido de pelota.
Hablamos de dos patas importantes. Por un lado, la que comprende a todos los integrantes de un plantel deportivo. Por el otro, de los dirigentes, que son los responsables de generar los recursos para que todo pueda funcionar de una manera correcta.
Son varias las instituciones, entre ellas algunas de las más poderosas, que están viviendo una situación extremadamente delicada, por haber contraído deudas multimillonarias que en las actuales circunstancias son impagables, en un mediano y hasta en un largo plazo.
La tercera pata, no menos importante que las anteriores, es el simpatizantes, el aficionado, o simplemente el hincha.
Esa persona que acompaña de manera incondicional a su equipo favorito. Que disfruta como nadie de las victorias y sufre como pocos las derrotas.
La gente no puede quedar afuera de esta consideración, porque es la que, con su aporte económico, sostiene a una actividad que no podía seguir parada.
Cómo no va a extrañar un tribunero el fútbol nuestro de cada día, aunque se trate, por ahora, de la categoría superior. Cómo no va a estar ansioso por ver a los jugadores correr detrás de una pelota, tratando de aplicar las estrategias que pocas veces se ven reflejadas en un campo de juego.
Cuando la "caprichosa" -como dice Quique Wolff- empiece a rodar, se habrán terminado las especulaciones y el deporte más popular volverá a cobrar vida, luego de permanecer inerte durante tantos meses por este bendito virus que sigue afectando al mundo entero.
En poco más de un mes, el tiempo establecido para calentar motores, después de una paralización tan extensa que no registra antecedentes en nuestro país, llegará el tiempo de disfrutar o de sufrir frente a una pantalla. La sensación extraña que tanto venimos necesitando, dejará de ser en poco tiempo más, cuando ya no queden acuerdos por cerrarse.
El ruido de la pelota se sigue acercando. Por ahora, lentamente, pero desde el lunes, cuando retornen los entrenamientos, el sonido empezará a crecer y la emoción le ganará a esta angustia que nos impuso la pandemia. Volverá la "pasión de multitudes", como la definió José María Muñoz. Todos, hoy, sabemos que estamos más cerca. Bastante más cerca.


REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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