Comercio y brecha de género

Editorial 03 de agosto de 2020 Por REDACCION
Según un estudio, las mujeres obtienen importantes beneficios económicos con el aumento del comercio.
Si bien desde hace décadas se ha instalado la problemática de género en la agenda pública, es en los últimos años cuando se han registrado mayores avances aunque quizás no en la medida de lo esperado, pues todavía quedan luchas por dar y desafíos por superar. La violencia de género representa la mayor pandemia para las mujeres de hoy que siguen pagando con su vida los ataques de furia machista, y pese a los avances en materia de legislación e instituciones policiales, judiciales y sociales de atención a la víctima aún resta un largo trecho por recorrer en la materia. La paridad de género como parámetro para la confección de listas de candidatos en distintas elecciones también refleja adelantos, aunque todavía falta para garantizar la participación de la mujer en los espacios de decisión. Del cupo femenino consolidado a la aspiración de la equidad en la integración de listas se han conseguido mejorar la situación de las mujeres, pero por caso en la provincia de Santa Fe está pendiente la sanción de una ley específica. 
La cuestión de la disparidad de ingresos del hombre y la mujer cuando cumplen una misma tarea es otro frente de lucha para alcanzar la igualdad. Precisamente es es el tema que un reciente informe del Grupo Banco Mundial, el cual concluyó que el comercio conduce al aumento en los sueldos de las mujeres y ayuda a cerrar la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, al mismo tiempo que genera mejores puestos de trabajo para estas últimas. Los países que están abiertos al comercio internacional tienden a crecer más rápido, a innovar, a mejorar la productividad y a brindar ingresos más altos y más oportunidades a su población, destaca el documento. En los países más abiertos al comercio (apertura que se mide por la relación entre comercio y producto interno bruto), los niveles de igualdad de género son más elevados, subraya. 
El reporte, preparado en colaboración con la Organización Mundial del Comercio, constituye la primera iniciativa importante dirigida a cuantificar el impacto del comercio en las mujeres, para lo cual se utiliza un nuevo conjunto de datos desagregados por género que ha sido elaborado por el Grupo Banco Mundial y que permite a los investigadores comprender cómo se emplea a las mujeres, en qué sectores trabajan, cuánto ganan y si participan o no en el comercio mundial. Este análisis ayuda a los Gobiernos a ver cómo las políticas comerciales pueden afectar a hombres y mujeres de diferente manera. 
En el informe, titulado Women and Trade: The Role of Trade in Promoting Women’s Equality (Las mujeres y el comercio: La función del comercio en la promoción de la igualdad de las mujeres), se presentan varias conclusiones clave. Las empresas que forman parte de las cadenas de valor mundiales emplean un porcentaje de mujeres más alto (33%) que las que no forman parte de esas cadenas (24%). Cuando los países se abren al comercio, la proporción que corresponde a las mujeres en los salarios del sector de manufacturas aumenta en promedio 5,8 puntos porcentuales. Cuando las mujeres trabajan en sectores con alto nivel de exportaciones, es más probable que estén contratadas formalmente. Un empleo formal implica mejores beneficios laborales, capacitación y seguridad laboral.
En el informe también se hace hincapié en la importancia de abordar la discriminación que sufren las mujeres en las políticas comerciales. Si bien ningún país establece abiertamente tarifas de acuerdo con el género, los sesgos implícitos pueden equivaler a “aranceles rosas” que colocan a la mujer en desventaja económica. En el informe se muestra que los aranceles correspondientes a productos de consumo específico de las mujeres son más altos que los que se aplican a los productos para hombres. En el sector textil, por ejemplo, los aranceles sobre ropa de mujer son USD 2770 millones más altos que los de la ropa de hombre, una brecha de consumo que creció alrededor de un 11% en términos reales entre 2006 y 2016. Este tipo de desigualdades puede perjudicar a las mujeres consumidoras en todo el mundo.
Las políticas específicas pueden ayudar a las mujeres a maximizar los beneficios del comercio. Tales políticas incluyen la eliminación de los obstáculos comerciales que impiden a las mujeres acceder a mercados internacionales y la mejora del acceso de la mujer a la educación, los servicios financieros y las tecnologías digitales. Los Gobiernos pueden diseñar medidas para facilitar el comercio que eliminen las barreras de género en esta área. Estas medidas podrían abordar los requisitos aduaneros engorrosos, el acceso limitado al financiamiento para el comercio y la exposición a extorsiones o a acoso físico en las fronteras.






REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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