Esperancita

Suplemento Economía 02 de agosto de 2020 Por REDACCION
Si bien no somos presidentes ni ministros de economía, seguimos manteniendo el poder en la toma de decisiones. Para ello debemos estar atentos a las señales del mercado y la que nos muestra la situación económica del país y del mundo.
FOTO ARCHIVO  A TRAPEAR. Por ahora con la casa desordenada, debemos seguir a cargo de la limpieza.
FOTO ARCHIVO A TRAPEAR. Por ahora con la casa desordenada, debemos seguir a cargo de la limpieza.
“Pero que linda que te ves trapeando Esperancita, pero te faltó acá”. La frase anterior, perteneciente a un popular TikTok que se viralizó en abril, nos recuerda a la intervención del gobierno. Cada vez que algo funciona bien, o más o menos bien, aparecen los legisladores regulándolo, cobrándole impuestos y empeorando la situación. Sin embargo, no somos presidentes, ni ministros de economía, muchas veces, aunque elegimos los candidatos al gobierno, estos, una vez en el cargo, no hacen lo que proponían cuando necesitaban el voto. Pero seguimos manteniendo el poder en la toma de decisiones, para ello debemos estar atentos a las señales del mercado y la que nos muestra la situación económica del país y del mundo. Hay que tener mucha precaución donde nos informamos, tomar todos los comentarios en cuenta, no solo aquellos que nos agradan más, y con todos los datos tratar de tomar las mejores decisiones, intentando no porfiar la situación cuando descubrimos que es desfavorable a nuestros intereses, por más encariñado que esté con mi actual deficitaria actividad.
Para tener un panorama, al menos aproximado, de lo que pasará en el tiempo próximo, esbozaremos un par de párrafos, que ojalá sirvan para la toma de decisiones.
En el corto plazo tendremos la reestructuración de la deuda, en primer lugar con los tenedores de bonos bajo legislación extranjera, luego con los acreedores bajo ley argentina y posteriormente con el Fondo Monetario. Esta última instancia es la que, además de darnos alivio en los pagos anuales de capital y deuda, puede conseguirnos algunos fondos frescos y adicionales, que pueden ser volcados a la economía, para acelerar su recuperación. El reestructurar toda la deuda de la Nación, le permitirá a sus ciudadanos y a sus distintos niveles de Estado, recuperar su capacidad crediticia internacional. Mucho se habla de deuda y del daño que ella genera, pero debemos recalcar que no se puede avanzar sin ella. Los ciudadanos se valen de ella para progresar económicamente, los bienes de capital, viviendas, autos, motos, no pueden ser adquiridos, sin adecuados planes de crédito. De la misma manera, las empresas, deben tomar créditos para invertir y financiar nuevos emprendimientos, que son los que aportan bienes, empleos y más capacidad contributiva al fisco, quien de esta forma cubre su presupuesto, beneficiándose por la mayor recaudación de impuestos y la baja del gasto por los nuevos puestos de trabajo absorbidos por el sector privado.
Si no hay arreglo de la deuda en default, nos quedaremos sin inversiones, con un riesgo país inmenso, se profundizará la huida de nuestra moneda al dólar y tendremos una más alta inflación aún.
En el mediano y largo plazo, tendremos la vacuna para la actual pandemia, la gente poco a poco irá cambiando su conducta frente al gasto, y el ahorro que actualmente posee para hacer frente a las consecuencias del Covid y que ayuda a que la inflación no se dispare, comenzará a volcarse al consumo y deberá ser absorbido. Aquí es donde se vuelve indispensable un plan para aumentar la generación de dólares del país. Este ingreso de divisas se da por dos caminos, la exportación y la inversión. Respecto a a la exportación, deberíamos planear cómo aumentar esta, mediante incentivos impositivos y créditos a estos sectores exportadores para ampliar su producción y sumar a sus productos, empleo argentino y valor agregado. Respecto a la inversión que podríamos recibir y dada la actual altísima presión fiscal, solo se conseguirá con estímulos impositivos. Probablemente podríamos discutir un nuevo blanqueo, pero sobre todas las cosas, estos estímulos deberían apuntar a que las inversiones se realicen en la capacidad productiva del país. Si esta se recibe solo en instrumentos financieros, como ocurrió en el pasado, ante el mínimo nubarrón que aparece en el horizonte, este cambia de rumbo y se convierte en dólares saliendo del país nuevamente. En cambio, si se logra que la inversión sea, en bienes, fábricas, maquinarias y empleo en Argentina, queda anclada en el país por muchos años.
Mientras tanto, seguimos regulando imprudentemente, como si haríamos un TikTok. “Pero que linda que te ves teletrabajando Esperancita…”

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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