En busca de… Agostina Bonanata, diseñadora y comunicadora

La Palabra 01 de agosto de 2020 Por Raúl Vigini
Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 1996 y cursó sus estudios en la Escuela Argentina Modelo, Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y Comunicación Digital para Redes Sociales.
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archivo Agostina Bonanata La imagen: Ese es el factor por excelencia donde se inspira Agostina Bonanata

 Se dedica al diseño multimedia y comunicación digital. Siempre cerca de las tecnologías, desarrolló su formación también autodidacta y emprendió desde lo laboral en numerosos proyectos y propuestas que se fueron posicionando en el mundo de las imágenes. De sus vivencias en un planeta intensamente regido por las comunicaciones, le cuenta a LA PALABRA.
LP - La elección para ingresar al ámbito superior. 
A.B. - Lo que fui descubriendo tras cursar en la Universidad de Buenos Aires en dos mil catorce y dos mil quince, y en la Universidad Nacional de las Artes en dos mil diecisiete es que la forma presencial de estudios no es lo que más estimula mi aprendizaje personal. Encuentro mayor potencia y deseo de aprender al realizarlo de forma autodidacta -desde ya que con asistencia del grandioso Internet-, aunque comprendo que las disciplinas artísticas tienen esta excepción a la regla de poder relacionarte profundamente con el tema sin precisar tantas indicaciones externas teóricas o científicas, ya que para mí reside principalmente en la sensibilidad y nuestra relación con ella y subsecuente expresión de la misma. Considero que es algo más alquímico y menos “calificable”: en el mundo del diseño vale más tu trabajo, tu obra, tu diseño, tu video terminado y publicado online que el título que cuenta de tu paso por una universidad… al menos a nivel práctico. Es que el arte tiene ese je ne sais quoi tan especial y particular de cada artista que no creo pueda ser “enseñado” o transmitido, sí estimulado, pero personalmente encontré más estimulante aprender directamente del transitar la experiencia laboral -dando por sentado un constante aprendizaje, curiosidad personal, disciplina y ambición- y probar en vivo y en directo los conocimientos, con un feedback real. Pero ese fue el camino que fui eligiendo -¿o me fue eligiendo a mí? ¡ja!- y el que me fue dando mejores resultados; desde ya que comprendo que cada persona es única e irrepetible y las herramientas a disposición son muy valiosas y agradezco haber crecido en una ciudad donde el acceso a una universidad de excelencia de forma gratuita se considera menester para construir a la sociedad del futuro. En el año dos mil diecinueve estudié de forma remota en la Universidad Tecnológica Nacional, Comunicación digital para redes sociales. Esta modalidad me permitió la flexibilidad, espacio, tiempo y dinámicas que encuentro más amenas a la hora de aprender por lo que fue una experiencia interesante para mí, sumado a que fue el solidificar mi orientación de carrera desde el diseño hacia también la comunicación y la forma en la que ambas trabajan en conjunto. Entremedio de las formaciones superiores y más académicas realicé cursos que me permitieron seguir descubriendo varias prácticas artísticas: estudié poesía con Cecilia Szperling, Diego Vdovichenko y Cecilia Pavón; estudié teatro con Juan, Paula Herrera Nóbile y realicé un taller de movimiento corporal con Celia Argüello Rena.
LP - El primer trabajo y la actualización en la formación profesional.
A.B. - Mi primer trabajo formal fue de Asesoría en Diseño Multimedia para el Banco Ciudad en dos mil quince. Al año siguiente me incorporé a la Dirección General de Administración de Infracciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el sector de la Junta de Faltas como administrativa. Luego y hasta la actualidad me encuentro trabajando en la Agencia Gubernamental de Control en el sector de Modernización, Procesos y Mejora Continua; dentro de la Unidad Operativa de Planificación de Gestión. En dos mil diecinueve comencé a trabajar en simultáneo a mi trabajo en el GCBA como diseñadora y Community Manager. Mi primer trabajo de esta índole fue para un centro cultural llamado Quema La Nave. Desde julio del año pasado y hasta la actualidad tengo el gusto de formar parte de “Delia y Gustavo”: un proyecto de la Fundación MF del Hospital Italiano de Buenos Aires. Durante el mes de enero próximo pasado realicé una suplencia de Community Manager para la agencia creativa Santochango en simultáneo con Delia y Gustavo y la Agencia Gubernamental de Control. Y si bien sostener tres trabajos a la vez fue caótico, fue a la vez profundamente formador a nivel laboral.
LP - La secuencia en la creación de Delia y Gustavo.
A.B. - Un día recibí un llamado de Esteban Rubinstein con una propuesta para diseñar el contenido y administrar las redes de un perfil en Instagram que idearon con Paula Carrete, ambos médicos del Hospital Italiano de Buenos Aires. Nos reunimos, me preguntaron si sabía dibujar, que habían ideado unos cómics y les propuse unos doctores de plastilina animados en 3D. ¡Les encantó! Y desde entonces Delia y Gustavo fueron tomando vida en diferentes circunstancias, desde memes hasta confesiones frágiles y reales mirando a la cámara a los ojos. Es muy interesante para mí realizarlos a nivel práctico, ya que principalmente ¡es muy divertido! Para hacerlos gesticular, con un programa de reconocimiento facial y de sonido actúo como los personajes según las circunstancias. Cuando los vemos sorprenderse a los personajes en una imagen en nuestro Instagram -www.instagram.com/deliaygustavo- detrás de escena estoy actuando y haciendo caras exageradas frente a mi computadora ¡lo cual me es casi surreal!, dándoles así vida y “naturaleza humana” a los personajes. Actualmente contamos con nuestro propio sitio web www.deliaygustavo.com el cual diseñé y gestiono, nuestro perfil principal en Instagram, también tenemos presencia en Facebook y en Youtube. Es un proyecto que me encanta porque parte de la idea de compartir conocimiento médico confiable y de calidad, de forma gratuita y “al alcance de tus dedos” a través de la presencia en diversas redes sociales. Un dato a destacar es que Delia y Gustavo reciben consultas vía los canales previamente mencionados, convirtiendo por esto en nuestro slogan “No googlees más tus síntomas, pregúntales a Delia y Gustavo”.
LP - Una imagen que elijas de la naturaleza.
A.B. - El mar, la costa, la playa, olas, y el momento del despegue en el avión donde ves la cuidad hacerse cada vez más pequeña, hasta perderse entre las nubes. ¿Eso cuenta como naturaleza? ¡Jajaja!
LP - ¿Por qué es importante tu labor?
A.B. - Porque todo el tiempo comunicamos, todo el tiempo diseñamos. Dedicarse a eso es simplemente prestarle atención extra, pero realmente al poner la mesa y llamar a comer a la familia, se diseñó el orden de la mesa, y se comunicó que ya estaba la comida. Esto como un ejemplo muy claro. Poder comprender cómo se mueve el flujo de símbolos y crear lenguaje es algo que me es importante: a mí me interesa trazar puentes, conectar personas, simplificar mensajes, unir al mundo. Y en ese sentido el diseño es pilar: para unificar cierto tipo de parámetros a través de la humanidad solemos recurrir a símbolos, colores que en casi todos los países los podés encontrar. Tomemos como ejemplo el color rojo: es un color que despierta alerta. Lo encontramos como símbolo de frenar del semáforo, los carteles de PARE, en los carteles de prohibiciones… todo eso, es diseño. Eso es posible y nos conecta de esa manera más allá de los lenguajes, porque lo visual mientras esté siendo observado puede simbolizarse conceptualmente y transmitido a través de las personas sin precisar tanto conocimiento previo. En ese sentido, el meme es un gran ejemplo también: al recurrir a una imagen que se conoce masivamente con cierto significado asignado, es como un “atajo”, es como si fuera la forma más sintética del lenguaje, con una imagen -que realmente no cambia si es de mala o buena calidad, mientras haga referencia y esté alineado conceptualmente a la esencia del meme- y un texto ya se crea un meme. Y a nivel comunicacional, es efectivo como un embudo. Con mirar al meme y encontrarle la relación al texto con la imagen el recurso comunicacional ya logró su cometido: optimizar la llegada del mensaje, llegando a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible y con la mayor efectividad. Me imagino que en unos años -por no decir ahora mismo- en los colegios se enseñará con memes: su claridad es muy buena para transmitir y también recordar. Eso, también, es diseño.
LP - ¿Un diseñador puede mejorar el mundo?
A.B. - Creo que actualmente el mundo está constantemente recibiendo modificaciones por parte del mundo de la imagen, está presente en todos lados: desde la publicidad hasta el cartel que prohíbe fumar, pasando por el logo de empresas reconocidas que con ver los colores ya sentís el sabor de ese producto, esa relación sinestésica entre los sentidos perceptivos -ver, oler, saborear, rozar, oír- que mezcla significantes es una gran herramienta comunicacional. Mismo nuestra propia estética, nuestra elección de remeras cuando vamos a comprar, la forma de mostrarte las aplicaciones que tiene tu celular, el color del logo de tu red social favorita… todo eso es, de cierta manera, un tipo de diseño. El diseño está en todas partes, es consecuencia de que algo tenga forma. Lo interesante del futuro que se viene es ver hasta dónde nos puede llevar el diseño y las nuevas ideas innovadoras del mundo virtual que cada vez va a ir filtrándose más a través de nuestras cotidianidades.

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LP - La elección para ingresar al ámbito superior. 

A.B. - Lo que fui descubriendo tras cursar en la Universidad de Buenos Aires en dos mil catorce y dos mil quince, y en la Universidad Nacional de las Artes en dos mil diecisiete es que la forma presencial de estudios no es lo que más estimula mi aprendizaje personal. Encuentro mayor potencia y deseo de aprender al realizarlo de forma autodidacta -desde ya que con asistencia del grandioso Internet-, aunque comprendo que las disciplinas artísticas tienen esta excepción a la regla de poder relacionarte profundamente con el tema sin precisar tantas indicaciones externas teóricas o científicas, ya que para mí reside principalmente en la sensibilidad y nuestra relación con ella y subsecuente expresión de la misma. Considero que es algo más alquímico y menos “calificable”: en el mundo del diseño vale más tu trabajo, tu obra, tu diseño, tu video terminado y publicado online que el título que cuenta de tu paso por una universidad… al menos a nivel práctico. Es que el arte tiene ese je ne sais quoi tan especial y particular de cada artista que no creo pueda ser “enseñado” o transmitido, sí estimulado, pero personalmente encontré más estimulante aprender directamente del transitar la experiencia laboral -dando por sentado un constante aprendizaje, curiosidad personal, disciplina y ambición- y probar en vivo y en directo los conocimientos, con un feedback real. Pero ese fue el camino que fui eligiendo -¿o me fue eligiendo a mí? ¡ja!- y el que me fue dando mejores resultados; desde ya que comprendo que cada persona es única e irrepetible y las herramientas a disposición son muy valiosas y agradezco haber crecido en una ciudad donde el acceso a una universidad de excelencia de forma gratuita se considera menester para construir a la sociedad del futuro. En el año dos mil diecinueve estudié de forma remota en la Universidad Tecnológica Nacional, Comunicación digital para redes sociales. Esta modalidad me permitió la flexibilidad, espacio, tiempo y dinámicas que encuentro más amenas a la hora de aprender por lo que fue una experiencia interesante para mí, sumado a que fue el solidificar mi orientación de carrera desde el diseño hacia también la comunicación y la forma en la que ambas trabajan en conjunto. Entremedio de las formaciones superiores y más académicas realicé cursos que me permitieron seguir descubriendo varias prácticas artísticas: estudié poesía con Cecilia Szperling, Diego Vdovichenko y Cecilia Pavón; estudié teatro con Juan, Paula Herrera Nóbile y realicé un taller de movimiento corporal con Celia Argüello Rena.

LP - El primer trabajo y la actualización en la formación profesional.

A.B. - Mi primer trabajo formal fue de Asesoría en Diseño Multimedia para el Banco Ciudad en dos mil quince. Al año siguiente me incorporé a la Dirección General de Administración de Infracciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el sector de la Junta de Faltas como administrativa. Luego y hasta la actualidad me encuentro trabajando en la Agencia Gubernamental de Control en el sector de Modernización, Procesos y Mejora Continua; dentro de la Unidad Operativa de Planificación de Gestión. En dos mil diecinueve comencé a trabajar en simultáneo a mi trabajo en el GCBA como diseñadora y Community Manager. Mi primer trabajo de esta índole fue para un centro cultural llamado Quema La Nave. Desde julio del año pasado y hasta la actualidad tengo el gusto de formar parte de “Delia y Gustavo”: un proyecto de la Fundación MF del Hospital Italiano de Buenos Aires. Durante el mes de enero próximo pasado realicé una suplencia de Community Manager para la agencia creativa Santochango en simultáneo con Delia y Gustavo y la Agencia Gubernamental de Control. Y si bien sostener tres trabajos a la vez fue caótico, fue a la vez profundamente formador a nivel laboral.

LP - La secuencia en la creación de Delia y Gustavo.

A.B. - Un día recibí un llamado de Esteban Rubinstein con una propuesta para diseñar el contenido y administrar las redes de un perfil en Instagram que idearon con Paula Carrete, ambos médicos del Hospital Italiano de Buenos Aires. Nos reunimos, me preguntaron si sabía dibujar, que habían ideado unos cómics y les propuse unos doctores de plastilina animados en 3D. ¡Les encantó! Y desde entonces Delia y Gustavo fueron tomando vida en diferentes circunstancias, desde memes hasta confesiones frágiles y reales mirando a la cámara a los ojos. Es muy interesante para mí realizarlos a nivel práctico, ya que principalmente ¡es muy divertido! Para hacerlos gesticular, con un programa de reconocimiento facial y de sonido actúo como los personajes según las circunstancias. Cuando los vemos sorprenderse a los personajes en una imagen en nuestro Instagram -www.instagram.com/deliaygustavo- detrás de escena estoy actuando y haciendo caras exageradas frente a mi computadora ¡lo cual me es casi surreal!, dándoles así vida y “naturaleza humana” a los personajes. Actualmente contamos con nuestro propio sitio web www.deliaygustavo.com el cual diseñé y gestiono, nuestro perfil principal en Instagram, también tenemos presencia en Facebook y en Youtube. Es un proyecto que me encanta porque parte de la idea de compartir conocimiento médico confiable y de calidad, de forma gratuita y “al alcance de tus dedos” a través de la presencia en diversas redes sociales. Un dato a destacar es que Delia y Gustavo reciben consultas vía los canales previamente mencionados, convirtiendo por esto en nuestro slogan “No googlees más tus síntomas, pregúntales a Delia y Gustavo”.

LP - Una imagen que elijas de la naturaleza.

A.B. - El mar, la costa, la playa, olas, y el momento del despegue en el avión donde ves la cuidad hacerse cada vez más pequeña, hasta perderse entre las nubes. ¿Eso cuenta como naturaleza? ¡Jajaja!

LP - ¿Por qué es importante tu labor?

A.B. - Porque todo el tiempo comunicamos, todo el tiempo diseñamos. Dedicarse a eso es simplemente prestarle atención extra, pero realmente al poner la mesa y llamar a comer a la familia, se diseñó el orden de la mesa, y se comunicó que ya estaba la comida. Esto como un ejemplo muy claro. Poder comprender cómo se mueve el flujo de símbolos y crear lenguaje es algo que me es importante: a mí me interesa trazar puentes, conectar personas, simplificar mensajes, unir al mundo. Y en ese sentido el diseño es pilar: para unificar cierto tipo de parámetros a través de la humanidad solemos recurrir a símbolos, colores que en casi todos los países los podés encontrar. Tomemos como ejemplo el color rojo: es un color que despierta alerta. Lo encontramos como símbolo de frenar del semáforo, los carteles de PARE, en los carteles de prohibiciones… todo eso, es diseño. Eso es posible y nos conecta de esa manera más allá de los lenguajes, porque lo visual mientras esté siendo observado puede simbolizarse conceptualmente y transmitido a través de las personas sin precisar tanto conocimiento previo. En ese sentido, el meme es un gran ejemplo también: al recurrir a una imagen que se conoce masivamente con cierto significado asignado, es como un “atajo”, es como si fuera la forma más sintética del lenguaje, con una imagen -que realmente no cambia si es de mala o buena calidad, mientras haga referencia y esté alineado conceptualmente a la esencia del meme- y un texto ya se crea un meme. Y a nivel comunicacional, es efectivo como un embudo. Con mirar al meme y encontrarle la relación al texto con la imagen el recurso comunicacional ya logró su cometido: optimizar la llegada del mensaje, llegando a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible y con la mayor efectividad. Me imagino que en unos años -por no decir ahora mismo- en los colegios se enseñará con memes: su claridad es muy buena para transmitir y también recordar. Eso, también, es diseño.

LP - ¿Un diseñador puede mejorar el mundo?

A.B. - Creo que actualmente el mundo está constantemente recibiendo modificaciones por parte del mundo de la imagen, está presente en todos lados: desde la publicidad hasta el cartel que prohíbe fumar, pasando por el logo de empresas reconocidas que con ver los colores ya sentís el sabor de ese producto, esa relación sinestésica entre los sentidos perceptivos -ver, oler, saborear, rozar, oír- que mezcla significantes es una gran herramienta comunicacional. Mismo nuestra propia estética, nuestra elección de remeras cuando vamos a comprar, la forma de mostrarte las aplicaciones que tiene tu celular, el color del logo de tu red social favorita… todo eso es, de cierta manera, un tipo de diseño. El diseño está en todas partes, es consecuencia de que algo tenga forma. Lo interesante del futuro que se viene es ver hasta dónde nos puede llevar el diseño y las nuevas ideas innovadoras del mundo virtual que cada vez va a ir filtrándose más a través de nuestras cotidianidades.

por Raúl Vigini
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