Gramíneas sacan jugo a las napas

SUPLEMENTO RURAL 04 de junio de 2020 Por REDACCION
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"Siempre vivo, siempre verde", es el lema que eligió la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa para su congreso anual 2020.
Es un desprendimiento de la nueva apuesta que se puso como meta la entidad tras cumplir sus primeros 30 años de vida: agricultura siempre verde, un postulado que propone un restyling del modelo productivo de la siembra directa, al pasar del paradigma de los barbechos al de los suelos siempre cubiertos y, por ende, "vivos".
La Chacra Justiniano Posse es un ejemplo en territorio cordobés: con el asesoramiento de un técnico de Aapresid y de profesionales del Inta, 14 productores vienen intensificando sus estrategias de rotación con el fin de aprovechar los excesos hídricos provocados por los altos niveles de las napas.
"Empezamos a estudiar y entender cómo funciona la napa y dejamos de verla como algo perjudicial para pasar a pensarla como una bendición, porque nos asegura agua para toda la temporada", expresó Juan Juárez, uno de los miembros del grupo, en diálogo con Agrovoz.
Para los miembros de la chacra de Posse, la rotación tradicional al 33 por ciento (maíz, soja de primera, trigo-soja) es el mínimo indispensable. Su apuesta es lograr tres cultivos en dos años; es decir, excluir a la soja de primera de la rotación y aumentar el porcentaje de gramíneas en la torta agrícola.
En los campos que están hacia el Oeste del departamento Unión, en el límite con General San Martín donde los excesos no son tan pronunciados, luego de la cosecha de soja el suelo se cubre en forma inmediata con vicia o centeno (o un blend entre ambos); a fin de año se siembra el maíz tardío que se cosecha después de julio del año posterior.
Lo que sigue es la única época con un barbecho corto hasta octubre que llega una nueva siembra de soja y vuelve a repetirse el ciclo.
Hacia el Este, para el lado de Marcos Juárez donde las napas tienen más incidencia, es el trigo el que se mete en la secuencia por detrás del maíz. Previo a indagar la profundidad de la napa, para no forzar un proceso que arroje resultados negativos.

TIEMPO DE CAMBIOS

"Antes no se intentaba esa intensidad de rotación, porque la variación estacional de las lluvias te podía dejar pedaleando. Ahora las napas cubren los baches y permiten apretar el acelerador para producir más", graficó Juárez.
Según el productor, uno de los principales beneficios es un mayor control de malezas con mínimo uso de agroquímicos. Otro: el aumento de la materia orgánica gracias a la enorme "cama" de rastrojos que deja una rotación intensiva, que a su vez sirve para mejorar la infiltración del agua.
"En un otoño seco como el que estamos viviendo, uno va a los lotes y encuentra mucha humedad disponible", mencionó Suárez.
Semejante nivel de incorporación de gramíneas obliga a una mayor inversión en fertilización. Pero el productor asegura que los rendimientos lo pagan con creces.
Según Suárez, antes con los planteos más defensivos, tenían objetivos de entre 100 y 120 quintales de maíz, 40 de trigo, 45 de soja de primera y 35 de segunda.
Ahora este manejo más agresivo permitió explorar los techos y acortar las brechas: este año registraron casos de maíces de entre 130 y 140 quintales, trigos de 55 y sojas de hasta 60 quintales.5

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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