Historia de la Enseñanza de las Ciencias Económicas en la República Argentina

SUPLEMENTO ESPECIAL 02 de junio de 2020 Por REDACCION
Sus antecedentes hasta la creación de la Licenciatura en Economía
Por Lic. Eugenio Actis Di Pasquale
La Facultad de Ciencias Económicas no nació de la noche a la mañana. Numerosos fueron los intentos de creación de escuelas de comercio a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Si bien la ocupación de contador había sido reconocida oficialmente durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, la profesión no tenía un buen status social. Es decir, era considerada una ocupación "menor" al lado de otras con un rango académico más consolidado, como Medicina o Ingeniería; y los intentos de avanzar para darle un nivel universitario eran lentos y no siempre exitosos. Recién en 1890 se logra crear la “Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini”, pero no fue hasta 1913 cuando aparece la primer Facultad de Ciencias Económicas en la UBA a través de la Ley Nacional Nº 9254.
A partir de allí la Facultad fue evolucionando y se fueron creando otras en Córdoba y Mendoza. Pero los cambios económico-sociales requerían ahora especialistas en la materia. Las insistencias de Raúl Prebisch en 1945, se hicieron realidad 13 años más tarde cuando se separaron las carreras de Contador Público y Licenciado en Economía. El propósito de este trabajo comprende en describir los hechos más sobresalientes de la historia de la formación, creación y multiplicación de las carreras vinculadas con las Ciencias Económicas en nuestro país, relacionándolos con los acontecimientos político-económicos más importantes de la época. Por último se dedica un apartado especial para la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

LOS PRIMEROS INTENTOS
Manuel Belgrano (1770-1820), cuando era secretario del real Consulado de Buenos Aires, fue el primero que intentó jerarquizar a las Ciencias Económicas en la Argentina. En la “Memoria”del Virreinato del Río de la Plata del 15 de junio de 1796, presentó el primer proyecto de creación de una escuela mercantil, propuesta que reiteró en publicaciones posteriores tales como el “Correo de Comercio”. Como puede advertirse, la inteligencia y la lucidez de Manuel Belgrano ya advertían que, al desarrollarse el Virreinato, era necesario cambiar la modalidad operativa de carácter primitivo propia de los mercaderes e ilustrar acerca de la función social y económica del comercio en esta región (Dell’ Elce,1998). Pero su iniciativa fue rechazada por la Corte de Cádiz, por entonces la suprema autoridad en la materia. Más adelante, en una fecha no precisada durante el gobierno del general Las Heras (1824-1826), un ex soldado napoleónico exiliado, Amadeo Brodart, fundó una escuela de comercio. Pero la iniciativa tuvo una vida efímera, ya que pidió un subsidio para mantenerla y le fue denegado.

LA PRIMERA CONTADORA
Las fuentes consignan que en marzo de 1912 terminó sus estudios la primera Contadora Pública Nacional:
María Mercedes Benítez de Obregón. Esta santafesina, nacida en Rosario el 15 de abril de 1886, fue considerada una
adelantada para su época. La Dra. Obregón murió en 1985, a los 99 años de edad (Universo Económico, 1999).

LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
Finalmente, el proyecto del Diputado Dr. José Arce se concretó en ley. Sobre la base del IAEC, se crea la Facultad de Ciencias Económicas10 –FCE- por la Ley Nacional Nº 9254, sancionada el 30 de septiembre de 1913 y promulgada el 9 de octubre del mismo año. Así, el articulo 1º establecía: "Autorizase a la Universidad Nacional de Buenos Aires para organizar sobre la base del Instituto de Altos Estudios Comerciales, la Facultad de Ciencias Económicas de acuerdo con las disposiciones de la ley numero 1527 y estatutos vigentes"11. La nueva Facultad otorgaba el título de Doctor en Ciencias Económicas con un plan de estudios de 26 asignaturas –dos más que el IAEC-. Este plan, aprobado el 28 de noviembre de 1914 representaba la fusión de los cursos de contador y de licenciado. Constaba de una carrera de cinco años, con 3 materias de matemáticas, 1 técnica industrial-rural, 3 técnicas comerciales, 12 económicas y 7 jurídicas. Tenía casi tantas asignaturas de derecho y legislación como de economía. Raúl Prebisch, formado en él, 30 años después lo impugnaría por confundir carreras dispares y agobiar al estudiante con materias inútiles.
Al final de la guerra y gracias a la Reforma Universitaria, Gondra y Broggi enseñaron por primera vez economía neoclásica12. Con el libro de Pantaleoni, Principios de Economía Pura, sería el primer curso de economía pura de América del Sur. Pero, al tiempo de iniciarse la demora en la recepción de la economía según la orientación neoclásica se desarrollo una variante del institucionalismo. Este es el caso de Enrique Ruiz Guiñazú, quien en 1919 rechazó en enseñarla debido a que seguiría “el consejo de los economistas mas eminentes del mundo.

LA CRISIS DEL 30
Luego de la crisis del ’30, la intervención del Estado en la economía fomenta extraordinariamente las profesiones contable y económica. Así en 1935 la Universidad Nacional de Córdoba –UNC- creó la Escuela de Ciencias Económicas, dirigida por Benjamín Cornejo. Un año después la UBA reforma el plan de estudios dotando mejor a la carrera de Doctor en Ciencias Económicas, con el agregado de segundos cursos de Economía y Finanzas. A su vez, se introdujeron cursos de Sociología y Política Social, aparte de Metodología, y se reformaron asignaturas con el nombre de Economía y Organización de los Transportes, y Economía y Organización Industrial. En 1939 se creó en Mendoza la Escuela de Ciencias Económicas. La misma dependía de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Cuyo. Desde 1946 la Escuela fue Facultad.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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