Destrucción sistemática del campo y ... algo más

Sociales 08 de abril de 2020 Por Antonio Fassi
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Remanido, archisabido el tema agropecuario en la República Argentina.
Quienes ya atravesamos largamente el trayecto de los 70, y venimos observando el campestre destino agropecuario, quizás podemos emitir alguna opinión( por supuesto personal) a efectos de catalogar un índice clasificatorio sobre el deveni del papel agrario en lo que atañe al desarrollo de la producción agrícola en toda la extensión  del territorio nacional, desde Tierra del Fuego, hasta el límite norte Bolivia, Paraguay, Brasil.
dado que el tema a explayar es enormemente vasto, descomunal, dificultoso e integral, daremos especial atención a nuestra zona de influencia, que sin lugar a dudas, es la que nos modela y facilita  (o no) nuestra diaria convivencia con la naturaleza, el entorno y los hechos en común con nuestros semejantes.
La mayor fuente de riquezas del Planeta ( y la más necesaria) es la Tierra. Nadie, absolutamente nadie sin la tierra no puede vivir, ¡debe comer!, y todo el alimento lo produce ella.
La historia argentina nos habla que del famoso "granero del mundo", hoy estamos pasando por índices de producción alimentaria donde se torna complicada la alimentación de 45 millones de habitantes.¡Y apenas pasó un siglo!Existe un persistente desprecio general hacia las producciones agrícolas, que se manifiestan desde esferas gubernamentales, estatales hasta el mismo pueblo que vive y se alimenta de ella.
¿ y por qué esa antipatía, esa aversión, ese desprecio por respetar los principios del laboreo de la misma?si es el piso, el suelo sobre la cual se asienta el humano. Y esas ofensas humillantes, se trasladan a quien trabaja y labora la misma, creando en el campesino ( en cualquier parte del país) una atmósfera de rebelión desde mucho tiempo a esta parte.
Se palpa desde gobiernos nacionales, provinciales, Cámara de Diputados y Senadores, etc. Se dice, se expresa, se menciona que la tierra debe ser de quien la trabaja. En nuestra gran pampa argentina muchísimos campos  fueron poblados, cuidados y trabajados por inmigrantes que llegaron siglos atrás. Adquirieron terrenos formando el "granero del mundo" y hoy siguen generación tras generación ( 4º y 5º) laborando el campo, pagando sus impuestos, produciendo alimentos. ¿De quién le parece que debe ser ese campo?
Pero no so´lo contamos con esas preocupaciones destructivas. En nuestra zona ( fruto de imperantes leyes restrictivas y el simple paso del tiempo, apremiaron a que muchos "viejos colonos" mutaran sus queridas moradas familiares campestres, y afincaran sus cansados y ajetreados cuerpos en pueblos y ciudades cercanos a sus propiedades agrarias, que a través del tiempo y el progreso ya contaban con electrificación rural instalada parta uso y comodidad que el progreso exige.
Hoy, sus propiedades, sufren el robo, el saqueo, la destrucción a mansalva de vandálicos delincuentes que atrozmente y con violencia, bajando transformadores, hurtando cables de luz, arrasando y destruyendo lo que no pueden llevar, e impunemente vuelven periódicamente a delinquir usando siempre el "modus operandis", señal que son las mismas s, depravados seres que sin tener en cuenta y sin entender que ese inicuo proceder repercutirá en descendientes suyos cercanos, desde donde el tiempo, justo juez y testigo, determine el grado de escarmiento ( a través de su infalible ley de causa y efecto), que si o si´equilibrará el daño causado, pero por supuesto con intereses incluidos.
Gobernantes, pueblo campesino, ciudadanos de las urbes; estamos ante cambios muy profundos y peligrosos, ( no es necesario especificarlos pues lo tenemos ante los ojos).¡Cuidado! con la Tierra no se juega: es demasiado sagrada como para hurgar sus entrañas y abusar y propasarse con ella en cualquier forma extorsiva.
Ella sabrá defenderse pues posee poder infinito aun no comprendido por el humano mortal Creación, Cosmos, Universo, Eternidad.. cuatro sinónimos perfectos.¿Quiere ignorar sus orígenes y manejar sus tiempos? Hágalo, usted es libre, dueño y señor de sus propios pensamientos suyos y de su propio destino. Pero no olvide que el Planeta es redondo. Y lo que sale por la frente, pega la vuelta y nos golpea por la nunca.
La Tierra manda, nosotros; simples pigmeos que deambulamos sobre ella sin saber quiénes somos, ni de dónde venimos, ni adónde vamos.

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