"Un Domingo de Ramos con la Catedral vacía"

Información General 07 de abril de 2020 Por REDACCION
OBISPO LUIS FERNANDEZ
FOTO ARCHIVO// MONS. LUIS FERNANDEZ// Presidió la celebración del pasado domingo.
FOTO ARCHIVO// MONS. LUIS FERNANDEZ// Presidió la celebración del pasado domingo.
El pasado domingo  los cristianos de todo el mundo celebraron un Domingo de Ramos muy particular, ya que, por causa de la pandemia que afecta al Planeta los templos lucieron sin la presencia de fieles, nuestra ciudad no fue la excepción, y en el templo mayor de la Diócesis, la catedral San Rafael se desarrolló la celebración presidida por el pastor diocesano, mons. Luis. A. Fernández. Seguidamente  reproducimos la homilía que pronunció en esa ocasión.

Queridas hermanas y hermanos:
¡Qué “Semana Santa distinta”! a todas las que hemos vivido a lo largo de nuestra época. Quién se hubiera imaginado en un “Domingo de Ramos” esta Catedral de Rafaela vacía?. Sólo ocupada por algún sacerdote y algún técnico de las comunicaciones mientras todos ustedes presentes desde sus casas participan de este comienzo de La Semana central y más importante de los Cristianos.
Junto a toda la Iglesia celebramos aquella “Entrada Triunfal en Jerusalén”, cuando montado en un burrito llegaba pobre y humilde Jesucristo, que era de condición Divina. Él no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó así mismo, tomando la condición de servidor, haciéndose semejante a los hombres y presentándose con aspecto humano. A este Jesús de Nazaret es a quien proclama “Rey” todo el pueblo, recibiéndolo con inmensa alegría. Narra el evangelio que arrancaban ramas de los árboles, tendían sus mantos y los niños alegres cantaban ¡Hosanna, Viva al Hijo de David!, y la gente lo reconocía, como el Profeta de Nazaret de Galilea.
Hoy, Domingo de Ramos, también nosotros estamos acompañando a Jesús y recibiéndolo en nuestras casas, en nuestra familia. Por eso también hemos adornado las puertas y ventanas de nuestros hogares, hemos puesto una ramita de olivo, o alguna flor y los chicos han hecho dibujos. Todo quiere expresar el cariño con que le damos la bienvenida a Jesús. Queremos dejarlo que  entre y viva en medio de nosotros para que nos bendiga y acompañe en estos momentos difíciles de la enfermedad del Coronavirus.
La Sagrada Escritura nos anuncia sobre Jesús, a través del profeta Isaías: “Qué yo sepa reconfortar a los fatigados con una palabra de aliento. Vengo a escuchar como un discípulo”. Si, el Señor viene en nuestra ayuda, para no quedar confundidos y no ser defraudados.
En este domingo de Ramos en el que comenzamos la Semana Santa, también el Evangelio de la “Pasión y Muerte de Jesús” nos quiere ayudar a todos nosotros. Hoy que estamos reunidos por los medios de Comunicación Social aquí en la Ciudad de Rafaela, pero también en muchos otros pueblos y ciudades de la diócesis, sintiéndonos muy hermanados y solidarios con Jesús y entre nosotros ante el dolor, el sufrimiento, y Su entrega generosa que “no se resistió ni se volvió atrás, ni retiró el rostro” ante la prueba. Así como hoy también, muchas hermanas y hermanos nuestros, al estilo de Jesús, se ofrecen y ayudan dando sus vidas en los “hospitales”, o “reponiendo alimentos”, o “tomando decisiones con mucha responsabilidad” y al “servicio” de todos los ciudadanos.
También son presencia del amor de Dios ustedes queridas chicas y chicos cuando quedándose en casa, siguen estudiando y dando una mano a mamá y a papá y comparten en familia y no olvidan a los abuelos, a los que extrañan mucho, y quieren cada día más, como ellos los quieren a ustedes.
Hemos escuchado con atención la Pasión de Cristo. ¡Cómo nos sentimos identificados! Aprendemos a crecer en la paciencia, a no perder el diálogo y a escucharnos, compartiendo penas y alegrías que tiene la vida. ¡Cómo nos acostumbramos a ser más humildes y sencillos! Y descubrir lo hermoso que hay en cada uno de nosotros, cuando sabemos dar lugar al otro. Aprendemos a sostenernos unidos, más cuando crecen las heridas o sin esperarlos vienen los dolores y las dificultades, abriéndonos a la oración y preocupándonos por los más necesitados.
Hemos comenzado la Semana Santa. Jesús vive en nuestro hogar, sufrimos con El y nos ofrecemos como El, unidos, conviviendo en paz y al servicio, disponibles a lo que se necesite, porque tenemos esperanza y confianza como la Virgen al pie de la Cruz, que no desesperó ni perdió la Fe. Como Ella, pongamos la mirada serena y confiada en la Pascua del próximo domingo, donde Jesús vence a la muerte, al pecado y al mal.
Solo el que sabe asumir y “tomar la Cruz de cada día”, como lo hizo Jesús, puede llegar a “vivir la Pascua”. Recemos de corazón para que termine esta pandemia, y amanezca un “nuevo día”, una “nueva humanidad” donde el amor, el servicio, la alegría y la paz puedan ser vividas más humanamente en esta Tierra, como lo estamos haciendo en este tiempo, en casa y en familia.
Amén.


REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
Seguinos en Facebook y Twitter

Te puede interesar