Un cuento a la medida, ¿o, a la circunstancia?

Deportes 07 de abril de 2020 Por REDACCION
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¿Puedo contarles un cuento? ¿Tienen tiempo… me imagino?
Al personaje le sucede algo similar. Cuenta con tiempo. Cautivo, en su casa, ya no sabe qué día es hoy. Perdió la noción del tiempo.
Se levanta por la mañana y cree despertar muy temprano, pero, ocurre que, al ver por la ventana, el sol está con intensidad. Lo busca y no consigue verlo. Busca sombras y son diminutas. Entonces, decide ir al patio a por el sol. Allí comprueba que el firmamento es celeste y el sol tan fuerte que no puede sostener ni tres segundos mirarlo. Su cuello le duele al torcerlo tanto para atrás, pero es la única forma de ver el sol. Vuelve dentro de su casa, ofuscado por no saber que hora es. Mira su reloj de pared y lo encuentra detenido. Enciende el televisor y de inmediato busca el celular y ahí, se encontró con la respuesta. Pantalla con 4 números enormes. 13:05. Sube la mirada y el canal hablaba sobre los casos de coronavirus, pero él, solo le importa chequear la hora. Y en miniatura también figura 13:05. Pronuncia un improperio al cielo, lo mira, y se encuentra con un ventilador de techo. Claro. Si fue a chequear la hora dentro. Va hacia la heladera, la abre, saca una bandeja de restos de comida, muerde una milanesa, y comienza a preparar un sándwich con el resto. Abundante aderezo. Pan cortado al medio. Come rápido, se atraganta con el jugo y tose. Y mientras lo hacía pensaba: “si estaría expuesto en algún lugar con gente, me estuvieran echando o encerrando o diciéndome toda clase de insultos”. Logra respirar. Apaga el noticiero harto de las mismas caras y los mismos dichos. Descansa un rato como aceptando una suerte de digestión. Se tumba en un sillón, chequea los mensajes y en un instante observa: 13:21. “no lo puedo creer! ¡Que tarde se me hizo! Tengo que entrenar”.
Va al patio, pone música, hoy es día de pecho. Activa sus músculos con una serie larga de flexión de codo. Toma agua. Repite la serie. Cuando dispone todas las pesas para el entrenamiento del día, recuerda que no buscó el diario. Camino a la puerta principal donde tiene el buzón. Tararea la canción que escucha, agarra en el camino el alcohol en gel, comienza el ritual. Huele el aroma, algo le llama, porque le gusta. Agarra el diario y se encuentra con la noticia que menos esperaba. En la portada decía… “HOY ES DOMINGO DE RAMOS” en un caso inédito, este suceso se hará en la catedral, misa sin gente. Aturdido, como olvidado, su cabeza queda en blanco y su rostro se reía, y… No era lunes. Era domingo.
Se dijo: “es domingo!” Buscó la carne, sal y pimienta, prendió el fuego y se destapa una cerveza. Mientras hacía esto se decía así mismo: “hoy no es tu día muchacho, hoy tienes que descansar, mañana será otro día.” Cambia de vos como si fuera un paisano. “a tomar una cerveza helada”. Tu cuerpo lo pide. Mañana entrenamiento fuerte. Hoy descansa. Mientras las brasas se armaban, el fuego ardía, él contemplaba le humo como disparaba hacia arriba. Pensó: como y me voy a mirar netflix. Y de inmediato como si despertara de un sueño profundo entro en la realidad: “que tarde voy a almorzar hoy!” total mañana será igual que ayer. FIN.
Espero servir y sacarles el aburrimiento. La próxima nota, será de entrenamiento.

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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