“Hay gente del barrio que la está pasando muy mal”

Deportes 06 de abril de 2020 Por Martin Ferrero
La situación es compleja, en todos lados. Clubes que no pueden cerrar sus puertas por completo, más allá de la pandemia que nos invade. “Tenemos gente que vive en el día a día y a raíz de no poder salir a trabajar y no poder llevar un plato de comida a sus casas nos vemos en la obligación en brindarles un apoyo y darles una mano”, contó Juan Orellana, secretario general de Sportivo Norte.
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Son tiempos muy difíciles, tal vez de los más difíciles de la historia. El COVID-19 ha puesto al mundo en jaque y superarlo depende de todos, de cada uno de nosotros. Y en ese todos entran también los clubes.

Cuando la OMS dijo que ya se estaba en condiciones de hablar de pandemia y el presidente de nuestro país, Alberto Fernández, presentó el decreto que establecía un protocolo precautorio, la conciencia preventiva de todos sobre el coronavirus subió una intensidad más.

Con el aislamiento social obligatorio, extendido hasta el 12 de abril, todas las actividades que se llevaban a cabo cotidianamente, por más grande o pequeña que fuera, fueron suspendidas. El deporte, en sus escalas más cotidianas, también empezó a sentir el impacto de las medias para mitigar el efecto de la pandemia.

Los diferentes clubes de barrio tienen (y cumplen) una función social inigualable, y en algunos casos, necesaria e impostergable más allá de cualquier coronavirus que circule.

Sportivo Norte es uno de esos casos. El club ubicado al norte de la ciudad de Rafaela, en pleno corazón de barrio Barranquitas/Villa Dominga, más allá de las diferentes disciplinas que practica y la cantidad de niños que recibe día a día, tiene el comedor, al cual concurren (lo hacían), muchísimas familias.

En un primer momento, al inicio de este COVID-19, se tuvo que cerrar, pero solo por algunas horas. Las medidas adoptadas para combatir su propagación encendió ‘otra alerta’: la necesidad de contar un plato de comida no puede esperar.

“Hace dos semanas que el comedor volvió a funcionar, no sabíamos cómo iba a venir la mano”, señaló Juan Orellana, en diálogo telefónico con La Opinión. Y luego, el secretario general del ‘Negro’ contó: “Fuimos uno de los primeros clubes de la ciudad que suspendió todas las actividades deportivas, se dejó de entrenar por la pandemia. El club está estrictamente cerrado, todas las actividades del club suspendidas hasta nuevo aviso y se había suspendido también el comedor porque no podíamos atender a los chicos pero ahora se decidió darles viandas a los chicos y a aquellas familias que más lo necesiten”.

-Es una necesidad que no puede esperar, más allá de lo grave que sea toda esta situación.

-Tenemos gente que vive en el día a día y a raíz de no poder salir a trabajar y no poder llevar un plato de comida a sus casas nos vemos en la obligación en brindarles un apoyo y darles una mano.
Se hace lo que podemos, ayudando a la gente que más lo necesita, es el espíritu del club y de la gente que trabaja en el club. Lo hemos hecho siempre, desde que abrimos el club. Siempre trabajamos con el comedor, es la parte más importante del club, es el corazón del club.

-¿Qué número de viandas están manejando en estos días?

-Se venían entregando viandas a casi unas 200 familias, ya no son solamente a los chicos de Infantiles e Inferiores del club, hay gente del barrio que la está pasando muy mal y también se acercan. Este último viernes ya entregamos unas 300. Lamentablemente el número se va incrementando con el paso de los días. Nosotros tratamos de darle una mano a todos, de ayudarlos de una manera u otra, con comida o mercadería. Y esa ayuda que podemos brindar es también gracias la ayuda que nosotros recibimos de algunos privados y por parte del departamento de desarrollo social de la Municipalidad que encabeza Miriam Villafañe, junto a Alejandro Burgos e Ignacio Podio de la subsecretaría de Deportes, sería imposible sino.

-Y esas personas que están yendo a cocinar…

-Lo hacen con el compromiso de siempre y más, se han sumado otras madres. Tomando las medidas de prevención necesarias. Son cinco mujeres, van todos los días a las 16, hasta las 21 aproximadamente y los padres de los chicos van a buscar las viandas. Hay casos muy complejos, muy tristes y nosotros tratamos de ayudar a los que podemos. Muchas veces no alcanza como quisiéramos pero es una ayuda que para el que la recibe es una bendición.

-¿En los gastos fijos que tienen en el club tienen sueldos que afrontar?

-No, nosotros hacemos todo nosotros, no tenemos empleados. Hacemos lo que podemos, de a poco, el mantenimiento del club lo vamos haciendo nosotros mismos. Si, de vez en cuando se puede contratar a alguien para darle una mano, es algo mutuo, pero no tenemos empleados. Todo lo hacemos a pulmón.
Al cortar toda actividad deportiva, nosotros nos solventamos con la cuota deportiva y el ingreso de alguna publicidad, pero con todo este parate no tenemos ingresos. Se nos hace muy difícil. Estamos viendo cómo hacer.

-En lo estrictamente deportivo, ¿cómo se organizaron?

-El profe de primera les dio trabajos para que puedan hacer en sus casas a cada jugador, cada uno es responsable y hará los trabajos en su casa, en otro lugar no se puede. Se deberán mantener en forma cada uno moviéndose en sus respectivos hogares.

-En algún momento todo esto va a pasar. ¿Ya tienen alguna postura tomada en función a los torneos?

-No hemos hablado nada. No se sabe qué tiempo demandará todo esto, nadie sabe ni tiene la certeza, no se puede programar nada hasta que no pase todo esto de la pandemia. Primero hay que cuidar la integridad física de toda la ciudadanía, no solamente a la gente del club.

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