Cerrado por cuarentena

Suplemento Economía 22 de marzo de 2020 Por Guillermo Briggiler
Una nueva economía vino para quedarse. En muchos rubros la cuarentena paró la rueda, en otros la ralentizó. Muchas pymes compraron mercaderías, insumos y materias primas con cheques a fecha, que entregaron y deben cubrirlos en las fechas pactadas. Habrá necesidad de financiamiento.
El ser humano creció adaptándose, todos los seres vivos, incluso los virus, sobreviven evolucionando. Cada uno de nosotros debe adaptarse a esta nueva economía, más virtual, menos presencial. Nos aislamos para defender nuestra salud y la de los que amamos, y con esa misma fuerza deberemos cambiar nuestro estilo de vida y la forma en que nos ganamos el dinero. Nuevas formas de trabajar y de comerciar verán la luz. Desde tiempos de los Fenicios, el comercio, es tener algo que intercambiar, que comerciar, algo que el otro quiere, yo tengo y lo valoramos mutuamente. De esto, lo que cambiará, será la manera de realizar el intercambio, las necesidades seguirán existiendo, pero los medios para satisfacerlas deberán adaptarse a las nuevas condiciones.
Con el país cerrado, parado, en cuarentena, se viene un cambio tremendo en la forma de hacer negocios. La actual cuarentena puede flexibilizarse o profundizarse, de todas maneras, esta nueva economía vino para quedarse. Piensen que recién superamos el verano, y falta algunos meses para llegar a los picos de temperaturas mínimas, que también invitarán a no salir del hogar, en especial con los nuevos hábitos que vamos adquiriendo.
La cuarentena en muchos rubros de la economía paró la rueda, en otros la ralentizó, hay que ponerla en movimiento de nuevo. Muchas pymes compraron mercaderías, insumos y materias primas con cheques a fecha, que entregaron y deben cubrirlos en las fechas pactadas. Habrá necesidad de financiamiento.
Sería conveniente que los organismos de créditos internacionales apoyaran, probablemente veremos el desembolso que estaba pendiente del FMI se materialice, siempre que se reestructure la deuda con privados, donde imaginamos una quita mayor a la esperada, ahora pudiendo culpar de esta a la crisis sanitaria.
El homework, teletrabajo o trabajo desde el hogar llegó para quedarse, de la mano de la tecnología y empujado por el aislamiento social que nos provoca esta pandemia. Muchas empresas lo probarán de manera forzada y encontrarán rápidamente los beneficios de este. Los bancos fueron pioneros formando canales digitales y equipos de trabajo especializados en la atención que supera las barreras presenciales, incluso incursionando en negocios que superan el financiero, donde comercializan el bien por el que prestan servicio financiero o simplemente el producto, prescindiendo hasta del préstamo que lo acompañaba.
Lo mismo deben copiar las otras actividades, en estos días, muchos gimnasios que vieron prohibidas sus actividades, alquilaron sus máquinas a los usuarios y lo que es más novedoso, comenzaron a subir rutinas de gimnasia a las redes sociales para que quienes se suscriban tengan accesos a ellas, de manera muy similar a las clases presenciales.
Las universidades, institutos y escuelas de Rafaela rápidamente utilizaron las plataformas virtuales, campus digitales, o simplemente el correo electrónico, herramienta añosa pero masificada en su uso, para remitir clases, tareas y continuar con el proceso de aprendizaje. Los restaurantes y bares, otros grandes afectados, mutaron a casas de comida por delivery y quienes ofrecían servicios de envíos por cadetería, vieron potenciado su mercado.
Estamos frente a un nuevo orden, una evolución de la cultura y la economía, debemos convertir ésta en una oportunidad de mutar hacia la civilización del amor. Era insostenible una sociedad donde el 80% de los bienes económicos está concentrada en el 20% de los habitantes del mundo La pandemia llegó cuando estábamos llenos de todo y aislados de nosotros, cubiertos de rutinas y obligaciones. Al aislarnos es la oportunidad para encontrarnos nosotros mismos, conmigo en mi interior, ver si mis negocios, mi empresa, mi puesto de diarios, mi lavadero, mi taller, mi comercio, esté apuntado hacia donde realmente deseo. Preguntarme si, ¿Solo es por dinero, o cumplo una función en la sociedad, a mi prójimo?
Si estoy bien encaminado, seguramente mis nuevos negocios tendrán éxito, porque mi plan se convertirá en el de Dios, aunque yo no lo sepa, e incluso si no creo en un Dios. La tarea no estará sin dificultades, pero la meta estará asegurada si persigo el bien común.
Debemos reinventarnos una vez más para superar esta crisis diferente. Luchar y seguir, buscarle la vuelta al momento, no quedarse paralizado, la cuarentena pasará, vendrán tiempos mejores y seguramente luego, otra crisis que superar y esta nueva situación deberá encontrarnos encaminados, hermanados, fortalecidos y listos para afrontar un nuevo desafío.

#BuenaSaludFinanciera
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