Cómo se prepara una ópera*

La Palabra 11 de enero de 2020 Por None
por Patricia Deleo - cantante lírica (Buenos Aires)
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archivo Patricia Deleo Rosina: por Patricia Deleo en El Barbero de Sevilla

Desde el punto de vista del cantante, en mi caso, primero recibo el material, si tengo tiempo empiezo con el texto. En general como se dan las cosas en este país, todo es muy apurado, entonces tengo que ir directo a la música con el texto y meter toda la información lo más rápido posible. Que es un buen entrenamiento. Pero en realidad lo ideal es trabajar primero el texto, después incorporar la música e ir uniendo, y una vez que está la música que está en la cabeza es ir poniendo en gola. Yo estudio sola, toco el piano con la partitura, me acompaño, y una vez que tengo la obra sabida ahí sí voy con un pianista. En los teatros oficiales ponen un pianista preparador, pero a mí me gusta ir con la obra sabida. Y a medida que uno lo va estudiando ir trabajando el fraseo, la interpretación, uno va soñando ya cómo es el carácter el personaje, qué me pasa musicalmente con esta parte que me conmueve, cómo voy a hacer esto, cómo decir esto, de qué forma.

Tener algún punto de referencia de otra intérprete al llegar al primer ensayo

Depende de la obra. A veces nos toca cantar obras que no están grabadas y ahí la versión es puramente propia porque no hay referencias. Sin embargo, cuando son muy conocidas, es inevitable tener puntos de referencia por más que uno no los tome. Lo que procuro en esos casos para no “contaminar” mi interpretación, en el momento en el que empiezo a estudiar formalmente la partitura dejo de escuchar las grabaciones. Y cuando la tengo bien estudiada y bien asimilada desde mí, ahí sí puedo tomar alguna referencia para ver cómo hace tal cosa o cómo resuelve la respiración, tal portamento, tal agudo, tal cadencia. Para tener opciones.

Qué rigor requiere la preparación de una obra desconocida

Depende del estilo, la música contemporánea es compleja en ese sentido. Es una música muy intelectual. No hay melodía, entonces uno tiene que estar leyendo, pensando mucho, en una primera instancia larga no hay mucha posibilidad para conectar con lo intuitivo. No hay mucha intuición. Hay lectura, hay que encontrar patrones para empezar a memorizar, o para entender hay que leer y leer, mirar y mirar. Es como una pintura abstracta, primero ves una mancha, y para entenderla y meterse en la obra, imagino que hay que tener una guía, mirar y observar mucho, y leer. Eso a mí me lleva un tiempo considerable de varios meses tranquilamente. Y cuando llega el primer ensayo con el director, uno ya está tranquilo porque la obra está aprendida sin dudas de notas y que uno puede trabajar el vuelo.

La actitud que tiene el público ante una obra contemporánea. ¿Cuánto sabe lo que va a ver y escuchar?

La música contemporánea tiene un público bastante específico. Esta obra en particular tiene un solo registro virtual entonces el público fue un poco expectante a ver qué recibía. Era una ópera que se hizo en la Usina del Arte porque el Teatro de La Plata está cerrado, entonces no tenía escenificación, sí vestuario y algún movimiento escénico con una orquesta muy grande. Sonoramente es muy interesante, de mucho impacto, pero difícil de seguir desde lo argumental, entonces la gente quedó un poco abrumada, pero gustó. Este público va con otra apertura, tiene más plasticidad, diferente al de ópera del Colón que es más estructurado.

Cómo medir ese buen momento de la presentación

Las críticas en los medios fueron muy buenas en todos los diarios. Fueron excelentes en cuanto a mi performer en particular. Lamentablemente es de lo que uno depende porque eso permite que a uno lo sigan convocando. La asistencia de público fue bastante buena para lo que es la obra.

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Patricia Deleo

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