Industria semiparalizada

Editorial 13 de diciembre de 2019 Por REDACCION
El uso de la capacidad instalada se ubicó en 62,1% en octubre.

A pesar de los desesperados pedidos de auxilio que diversos sectores industriales efectuaron en los últimos meses, no hubo reacción del Gobierno nacional anterior para tratar de mitigar los daños en la estructura productiva del país y sus efectos lógicos en el empleo. Los nuevos datos del INDEC de esta semana confirman que la capacidad instalada en las fábricas funciona a media máquina, lo que deriva en una situación insostenible a esta altura. El pago de los aguinaldos con empresas con rentabilidad negativa se transforma en una misión poco menos que imposible. La esperanza y la expectativa que abre el cambio de gobierno quizás genere un impulso para cumplir con las obligaciones salariales mientras los trabajadores hacen malabares para que el poder adquisitivo fuertemente afectado por la inflación al menos permita afrontar los gastos básicos de una familia. 
En este contexto, el INDEC informó que el uso de la capacidad instalada en la industria se ubicó en octubre en 62,1%, el nivel más alto del año, pese a que mostró una baja de 2,7 puntos porcentuales respecto de igual período de 2018. En septiembre pasado, la utilización de la capacidad del sector manufacturero se había ubicado en el 57,7%, según información oficial. El porcentaje verificado en octubre se ubicó en el más alto de todo 2019, superando a mayo (62%), abril (61,6%) y agosto (60,5%).
Según los números oficiales, la industria nunca superó el 69,2% en el uso de su capacidad instalada durante la administración de Mauricio Macri, con lo que siempre hubo un 30% de parálisis. Entre los rubros más afectados, la industria automotriz registró en octubre un nivel de utilización de la capacidad instalada de 43,2%, inferior al de octubre de 2018 (45,9%), originado en la disminución de la cantidad de unidades fabricadas por las terminales automotrices.
En octubre, el bloque de productos textiles presenta un nivel de utilización de la capacidad instalada de 51,4%, superior al registrado en el mismo mes de 2018 (47,4%), a partir de la mayor elaboración de hilados de algodón y de tejidos.
Por los menores niveles de elaboración de bebidas y de productos lácteos, el bloque de alimentos tuvo en octubre un uso de la capacidad del 64,4%, inferior en más de dos puntos al verificado en igual período de 2018.
Los bloques sectoriales que presentaron niveles superiores al índice general fueron: refinación del petróleo (80,8%), papel y cartón (75,1%), industrias metálicas básicas (73,1%), productos del tabaco (73,1%), minerales no metálicos (72,2%), alimenticios y bebidas (64,4%) y sustancias químicas (63,7%).
La refinación del petróleo mostró un nivel de capacidad instalada de 80,8%, superior al de octubre de 2018 (78,8%), mientras que en el caso de las industrias metálicas básicas llegó a 73,1%.
En el caso de los productos del tabaco, la utilización de capacidad instalada trepó a 73,1% superior al registrado en el mismo mes de 2018 (71,4%), que se vincula con el incremento en la fabricación de cigarrillos.
En tanto, las noticias sobre empresas que derrapan en esta crisis se reiteran día a día. La Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA) manifestó su profunda preocupación por la crisis que atraviesa la tradicional terminal Zanella, que evalúa su cierre ante la caída de ventas. Esa compañía hizo pública su voluntad de desmantelar la producción de motovehículos en el país, cerrar sus plantas de fabricación, sedes administrativas y vender los activos que posee.
Esta situación extrema, de la que ha sido líder en la fabricación de motos en el país, no escapa a la realidad de varias fábricas del sector que evalúan medidas similares si no se implementan alternativas o incentivos que permitan vislumbrar un escenario de viabilidad de la actividad, alertó ACARA en un comunicado. Al mismo tiempo, advirtió que el cierre de las fábricas genera un efecto derrame muy negativo en todo el sector ya que inmediatamente repercute en el cierre de concesionarios, de empresas de proveedoras y prestadoras de servicios de la industria, así como también de miles de puestos de trabajo que rápidamente desaparecerán.
ACARA apeló que se tome real conciencia del estado de fragilidad y gravedad del sector, y se diagrame un plan económico integral que contemple esta realidad particular, de manera de asegurar la supervivencia de empresas como Zanella, con más de 70 años de trayectoria en el país. La entidad sostuvo que no sólo está seriamente comprometido su futuro y el de su gente, sino el de todo un sector que tiene un rol social muy importante en la economía por ser clave para el ingreso de una franja muy importante de la población al mercado de la movilidad.
En la provincia de Santa Fe, la semana pasada la gran empresa Vicentín no tuvo más remedio que reprogramar vencimientos de su deuda ante la imposibilidad de cumplir. A medida que pasan los días, la lista se agranda por lo que urge aplicar medidas de reactivación. 







REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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