Una nueva era política en la provincia

Locales 09 de diciembre de 2019 Por Darío H. Schueri
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Luego de diversos episodios políticos que acentuaron aún más las expectativas sobre su gestión, este miércoles el rafaelino Omar Perotti a los 60 años recién cumplidos protagonizará el décimo traspaso de mando en 36 años de democracia. Y el regreso del peronismo al poder tras doce años de gobierno del FPCyS.
Ya es anécdota el sainete sobre el traspaso de mando, la frustrada transición ministerial, o el más curioso aún acto de anuncio de ministros. Lo importante por sobre lo accesorio; aunque las formas también suelen definir actitudes.
Lo cierto es que el Gobernador entrante no dejó de sorprender con sus modos de hacer política; por lo pronto, las estrategias advertidas hasta acá lo ubican en el enigmático y especulativo terreno de lo novedoso.
Una de las preguntas que el mundo de la política no encuentra respuestas: ¿por qué Perotti puso en juego su propia mayoría en la Cámara de Senadores, a sabiendas que en Diputados por imperio de la Constitución no la tendrá? (quien ganare la categoría se alza inmediatamente con 28 bancas). Para evitar serias adversidades a la hora de votaciones delicadas, dependerá – por ahora - de dos voluntades radicales.
Desde la frustrada y frustrante intentona – anticipada en estas páginas el 20 de octubre- de reformar la constitución (con su inmediato correlato, si hubiera ocurrido, de ir por la presidencia de la Cámara de Diputados) que, si bien no la auspició, tampoco ordenó desactivarla cuando era patente su fracaso; hasta la desgastante zaga del presupuesto, Perotti mostró un personalista manejo de las situaciones, propio de quien está convencido de que una vez en funciones, el natural liderazgo que irradia el Sillón del Brigadier alineará los planteas en torno de su órbita.
El peronismo está inquieto, expectante; aguardó pacientemente 12 años para regresar al poder y advierte, aunque no lo expresen, que pareciera estar frente a un juego de roles invertidos: la oposición se consolida y el oficialismo se disgrega. Pero prefieren esperanzarse en la sapiencia y reconocida prepotencia de trabajo del futuro Gobernador.

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