El momento de apreciar las primeras melodías*

La Palabra 12 de octubre de 2019 Por None
por Andrés Hayes - músico (Buenos Aires)
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archivo Andrés Hayes Estimulación temprana: Andrés Hayes escuchó música en su niñez

No sé cuándo llega particularmente, cuál es el momento exacto, tengo una convivencia con ella desde que nací porque mis padres escuchaban mucha música, tengo hermanos más grandes, los discos de vinilo circulaban por ahí.

Músicos en la familia

Que se dediquen ciento por ciento no, pero que toquen sí. Mis hermanos sí, tocan la guitarra, otro la batería. Y en mí llega de manera más formal cuando entro al conservatorio a los trece años. Empecé saxo con un profesor cerca de mi casa una vez por semana, pero no tenía instrumento, hasta que vieron que tenía una cierta constancia y después de un año me lo compraron. Y de ahí me fui al Conservatorio Superior de Música “Juan José Castro” de La Lucila, donde estuve poco tiempo, pero fue muy importante conocer compañeros que hoy lo siguen siendo de toda la vida. Son todos muy amigos, cada uno hizo su camino, yo fui más por el lado del jazz porque el instrumento me llevó a eso ya que los referentes son muy directos como por ejemplo Charlie Parker.

La música que escuché

De chico, mi padre escuchaba siempre música clásica, lo recuerdo escuchar bastante el Bolero de Ravel, que me quedó bastante con esa cosa de la repetición, que de grande entendí era un ejercicio de orquestación que hizo Ravel, además que era un ballet, y la cuestión de las capas que van sumándose, que empieza de lo más piano, lo más bajito, en la percusión, hasta que explota, siempre me pareció algo alucinante. Y después se escuchaba mucho Stravinsky, que me parecía muy divertido, esos cambios rítmicos, esas texturas…

Por qué elegí el saxo

Era chico… no sé… supongo porque me llamaba estéticamente el brillo, la sonoridad… Escuchaba los solos de Dire Straits y me sorprendía mucho, y fue por ese lado.

Mi formación con el instrumento

En el conservatorio es clásica la formación, después empecé a estudiar con profesores particulares. Empecé a estudiar con Hugo Pierre, que fue un maestro para mí. Básicamente me formó en el estudio, pasé muchos métodos con él, fue como un gran referente. El era un primer saxo alto de los mejores que hubo en el país. Lo escuché muchas veces en distintas ocasiones y formaciones. Después estudié con varios maestros. Estuve con Alejandro González que era discípulo de Hugo y me ayudó mucho en varias cosas. Es el que diseñó toda la parte pedagógica del jazz en la Escuela de Música Popular de Avellaneda cuando se fundó.

En un momento decido ser músico de jazz

Cuando iba al secundario empecé también la UCA para el ingreso, pero no estuve tampoco ahí mucho tiempo. Pero nunca tuve duda a lo que me iba a dedicar. Salí del secundario y sabía que iba a ser músico. Lo que yo quería era tocar, y estar tocando todo el día. Así que me armé musicalmente de manera muy sui generis.

Mi camino profesional

La parte laboral se va armando de a poco, boca a boca. Siempre fui músico. Siempre traté de tocar con alguien o siendo docente, tuve varios grupos, con los que editamos discos.

El propósito de la profesión de músico como saxofonista

Simplemente quería tocar, básicamente tocar jazz, improvisar, encontrar el sonido, encontrar una voz, tener repertorio, tener vocabulario, lo que el músico de jazz hace… Y de ahí me fui formando, tocando, yendo a jam sessions tocando mucho en la big band. La big band te forma mucho, la agarré un poquito más tarde, pero creo que fue una escuela muy importante. Pasé por varias, y escribí para esa formación arreglos y temas propios. Y fue un muy buen disparador que me ayudó a componer, por ejemplo, en mi disco nuevo si no hubiera sido por la big band hubiera sido diferente.

¿Se estudia o se aprende en la práctica?

Lo estudié en el sentido de que había estudiado armonía o contrapunto, y después tuve grandes amigos que ayudaron mucho a la hora de escribir y aconsejarme enseñándome recursos. Me ayudó mucho Alejo von der Pahlen en la escritura, alguien que me ayudó mucho a escribir fue Diego Schissi con quien estudié piano que realmente me abrió mucho la cabeza, y me entusiasmaba a escribir, hasta que mi primer disco fue gracias a él.

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Andrés Hayes

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