En busca de… Walter Cóccaro CAFF, protagonista

La Palabra 21 de septiembre de 2019 Por Raúl Vigini
La nueva estética El lugar alberga las intenciones desafiantes de un grupo de músicos que provenían de espacios alternativos desde donde proyectaban una propuesta de mirada nueva y diferente ante lo tradicional del género de aquella música asociada a lo ciudadano. Emprendieron desde una entidad que fue logrando su propio lugar en la escena cultural porteña, y hoy desarrollan actividades intensas que los caracterizan por su llegada a un público particularmente heterogéneo. Del Festival de la Familia del Club Atlético Fernández Fierro, conversamos con su gestor.
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archivo CAFF Por un encuentro: Que nuclee el tango nuevo es lo que se propone Walter Cóccaro

LP - ¿Cómo llegás al Club Atlético Fernández Fierro?

W.C. - Me llamó mi amigo Yuri Venturín que es el director de la Orquesta Fernández Fierro, porque nos conocemos del barrio de Sarandí de la adolescencia. Era mayo de dos mil cuatro. Y al día siguiente que abrió el CAFF me llamó y me dijo que necesitaban una persona de confianza. Fui al lugar a que me dieran la llave y el dinero, y eso estaba en construcción. Me dieron la responsabilidad de que eso funcione. Antes iba a la mañana nomás de lunes a viernes.

LP - ¿A partir de ahí vas organizando el CAFF?

W.C. - Después de eso empecé a tirar cables, como los miércoles tocaba la orquesta empecé a ir a manejar un poco la consola. Y empecé a organizar, a hacerme cargo, se hacían milongas donde asistían quinientas personas por noche. Y de a poquito me fui metiendo primero, después fui sonidista, y después iluminador.

LP - ¿Todo aprendido en el lugar de trabajo?

W.C. - La mayoría lo aprendí ahí. Yo estudiaba diseño en la UBA, y cuando fui ahí, era mejor que la facultad, nadie me tomaba examen. El examen ahí lo califica uno mismo, es una cooperativa, cuando entrás la gente que está hace rato te dice cómo laburar. Si algo no lo sabía hacer, no lo hacía. Me fui metiendo de a poquito, fui aprendiendo, con lo que sabía de la facultad y con lo que me gusta a mí la música, ahí fue como una universidad. Llegás ahí y en pocos días sabés cómo se mueven las cosas, te vas metiendo y la misma gente te va llevando. Y los compañeros que iban a laburar y eran profesionales también. Me junté con muchos sonidistas, con muchos iluminadores, fui a estudiar sonido al Teatro San Martín y en el Teatro Colón, entonces fui conociendo profesionales que me fueron guiando. Pasé por toda la técnica hasta que llegué a la iluminación y me enamoré. Me quedé ahí.

LP - ¿Habías estudiado algo de música?

W.C. - No.

LP - ¿Cómo está organizado el festival?

W.C. - Es una gran cooperativa. Hay una comisión directiva que organiza y decide. La integran quienes más trabajaron, los que más energía pusieron y se interesaron. Costó un poco, porque necesitan que alguien los impulse. Y no podemos hacer una reunión con todos los que participan. Abrimos otra sede, y muchos se van a encargar del nuevo lugar y ya se va abriendo un poco. Cada lugar va a tener su encargado, su programador. Nos faltan un par de años más para que la gente entienda bien qué es.

LP - ¿Hay algún parámetro en la convocatoria que hacen?

W.C. - Por eso hay otra sede, y queremos abrir más sedes para que no quede ninguno afuera. La guía para programar bandas es que sean contemporáneos. Música contemporánea, autores y compositores de esta época, nada de tango clásico. Hay algunos clásicos como Osvaldo Peredo y Marian Farías Gómez, pero por una cuestión de respeto, y que también se muestre el clásico, no somos tan cerrados.

LP - ¿Cómo se da la convocatoria?

W.C. - Para la convocatoria pedimos un video y una gacetilla, estuve cuatro noches sin dormir por leer las gacetillas y mirar los videos. Y hay bandas que el video lo hacen en la pieza de la casa, los guitarristas dicen: “no tenemos un video oficial”, entonces ahí apunta el festival. Que puedan llevarse un video en vivo y el sonido de consola como registro. Con eso le dimos un mínimo aporte al tango.

LP - ¿Cómo hacés para difundir todas estas propuestas?

W.C. - Se encargó primero la Fernández Fierro con todo lo que hace que decanta en el CAFF y después lo toma Marta del Pino y hace un trabajo hermoso, una maravilla. También está radio CAFF, y Germán Marcos que hace toda la parte de las redes, presencia en algunas radios y volantes en la vía pública.

LP - ¿Qué incluye la programación?

W.C. - No es solo un festival de música. Va a haber una feria de libros, editores independientes, obras de teatro, la muestra de León Ferrari, habrá murgas, talleres, charlas. No va a ser solo de música. A lo que se apunta es a diversas actividades artísticas. Y de a poco vamos a ir sumando más cosas.

LP - ¿Cómo resulta la convocatoria de público con ese sistema de difusión?

W.C. - Depende el día, la fecha, si llueve, si hay paro y demás. Es el público que la banda convoca. Los amigos vienen siempre, pero no hay un grupo estable que va. El público es más selectivo, viene a ver lo que le interesa.

LP - Como mentor, gestor, productor, programador, impulsor ¿Qué es el tango actual?

W.C. - Y el tango actual tiene mucha fuerza, tiene mucha gana de laburar, tiene muchas inquietudes, tiene ganas de revolver un poco y sacarle el polvo, demostrar que puede seguir vivo, tiene mucha polenta.

LP - ¿Cambalache integraría el tango actual?

W.C. - Obvio. Sigue siendo actual dentro de mil años. Eso está por todos lados. Me gustaría que se difunda lo nuevo. Porque lo otro ya está, sabemos que es atemporal. Lo nuevo es lo que necesita espacio. La banda nueva necesita conocer el ambiente del tango, y el tango necesita conocer esta gente nueva. Así que hay que presentarlos para que empiecen a funcionar.

LP - Desde tu lugar de trabajo y como reflexión del pasado y del presente. ¿Cuál es tu mirada?

W.C. - La verdad es que estoy muy conforme, muy contento. No lo puedo creer. Está pasando algo muy lindo. No me sorprende, pero me parece algo maravilloso. Me estoy dando cuenta ahora, haciéndolo, lo que está pasando. Nunca me imaginé. Conociendo gente, abriendo puertas, fui conociendo, la verdad que no tenía ni idea. No vengo del palo del tango, no vengo del palo de la música, y es sorprendente cómo la gente se suma, porque se da cuenta que es algo que enaltece lo que es la vida del tango.

LP - ¿Y en lo que se viene? ¿Qué te gustaría que sea?

W.C. - Un gobierno distinto que nos dé una mano para seguir haciendo estos proyectos. Un subsidio, menos impuestos, para poder seguir avalando estos proyectos ya que todo lo hacemos de manera autogestiva y nos cuesta un montón arrancar una iniciativa económica con los gastos de mantenimiento. Nunca llegamos a ganar dinero. Todo es por amor al arte, simbólico. Está bueno que las bandas que vienen a tocar se lleven algo. Vienen, tocan, laburan. Mucha gente labura y poca plata es la que se recauda. Estaría bueno una ayuda para sostener el lugar. Eso me gustaría que pasara.

LP - En setiembre se desarrolla el festival. ¿En octubre empezás a pensar en la próxima edición?

W.C. - Ya estoy pensando en dos mil veinte. Y en el dos mil veintiuno, la quinta edición.

por Raúl Vigini

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