La Misión: fortalecer la confianza en Argentina

Notas de Opinión 13 de mayo de 2018 Por Pedro Ulman
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A pesar de que el Gobierno insiste en que el temporal que azota el mercado cambiario no es una crisis sino turbulencias que se generaron por la inestabilidad del escenario de la economía mundial, por estos días busca desesperadamente oxígeno que le permita recuperar según los escépticos o fortalecer, según los menos pesimistas, la confianza en la Argentina que perdieron los inversores internacionales. 
Hace una semana, el ya no tan sólido jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que "la suba del dólar no nos tiene que asustar". Nadie le hizo caso ni tuvo en cuenta su opinión. La devaluación del peso desató quizás no el infierno tan temido pero sí el pánico en los mercados, en el Gobierno y como efecto dominó en los agentes económicos y la sociedad en general. 
La incertidumbre en torno al impacto que tendrá el alza del dólar en la economía real se repite en cada empresa y en cada familia. ¿Qué hacer con los precios? La historia demuestra que en la Argentina cuando se mueve el dólar golpea a la inflación, que crece. Por eso hubo gestiones aceleradas para convencer a las petroleras que hagan el aguante por dos meses al menos para evitar un efecto cascada cada vez que los combustibles incrementan sus valores. La convocatoria a los empresarios del pasado viernes también se inscribió en esta línea, la de implorar que no aumenten sus precios para no recalentar la inflación, que de por sí se resiste a enfriarse. 
El propio presidente Mauricio Macri, que se esfuerza en mostrarse tranquilo y en control de la situación pese a la tormenta, debió resignarse a clamar por asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya imagen de organismo antipático e implacable aún perdura en la Argentina debido a que sin excepción siempre recetó ajustes que, como todos saben, a nadie les gusta. Como al partido o alianza de gobierno, Cambiemos, le encanta referirse al cambio, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, sugirió en un intento por "humanizar" al Fondo que ya no tiene la rudeza y se volvió más sensible. 
Otra vez Peña forzando a las palabras. "Hemos tomado la decisión de recurrir al Fondo Monetario Internacional, no porque haya una crisis sino para evitarla", subrayó para llamar a la "calma para que no panda el cúnico" como decía el querible personaje del Chapulín Colorado. 
Lo cierto es que Argentina, a disgusto puertas adentro de Casa Rosada, volvió a pedir ayuda al FMI. No sería mala idea, teniendo en cuenta que los mercados no se calmaron pese a los anuncios de que el organismo multilateral de crédito otorgará en un trámite express, requerir la asistencia de la FMI, las siglas que hacen referencia a Fuerza Misión Imposible, aquel equipo que nació en una serie y creció en el cine de la mano del actor Tom Cruise.  
El anuncio de Macri, el miércoles, de que había abierto la negociación con la directora del Fondo, la francesa Lagarde, tuvo el efecto de una aspirina: logró una mejoría demasiado breve. No fue suficiente y el dólar otra vez subió el jueves y viernes. 
Por eso ahora la estrategia para reconstruir la confianza en el país es buscar avales en el plano interno y en el internacional. En esta dirección, Macri recibió el jueves a un grupo de gobernadores de la oposición con los que mantiene buen diálogo y el viernes a la conducción de las organizaciones empresarias más importantes de la Argentina. Simultáneamente gestiona -casi de rodillas- por respaldos de líderes mundiales o al menos regionales a estas negociaciones con el FMI. "El Gobierno de España confía plenamente en la capacidad de un gran país iberoamericano como Argentina, de su pueblo y de sus dirigentes para superar este reto y alcanzar las metas de crecimiento, empleo, desarrollo y bienestar que todos los argentinos desean" fue el mensaje que llegó desde el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español.
"España respalda esfuerzos de #Argentina así como con acciones emprendidas para fortalecer credibilidad de economía argentina en mercados financieros internacionales", agrega ese mensaje, toda una definición de la Misión difícil que tiene el Gobierno de Macri, cuya imagen ante los argentinos viene perdiendo terreno en las últimas semanas por la falta de resultados en el combate contra la inflación, los tarifazos y el convencimiento de muchos de que los salarios pierden capacidad de compra. 
Además, Brasil, China, Chile y Japón ya han manifestado su apoyo a la Argentina para encarar esta coyuntura adversa. Y falta como una suerte de frutilla del postre una comunicación telefónica entre Macri y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que podría concretarse mañana -se esperaba que se concrete ayer...-. Será al estilo del diálogo que el Presidente argentino entabló ayer con su par español, Mariano Rajoy. 
En la vereda de enfrente son lógicas las críticas de los referentes del Frente para la Victoria, desde Cristina Kirchner hacia abajo. Tampoco fue demasiado bondadoso el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, quien no está de acuerdo con volver a pedir dinero al FMI y no está dispuesto a apoyar la decisión para evitar pagar costos políticos, en tiempos donde lucha contra viento y marea para que su proyecto de reforma de la Constitución santafesina avance al menos un poco en la Legislatura. 
Habrá que esperar si la conversación entre Trump y Macri tendrá el efecto de una aspirina ante la desconfianza de los mercados o será la cura para apaciguar a ese dólar que intranquiliza a todos. La Misión, por tanto, es ser lograr credibilidad y eso implica debatir qué tipo de gradualismo es necesario para crecer con inclusión y en forma sostenible. 



Pedro Ulman

Secretario Redacción. Diario La Opinión

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