AIRE LIBRE

Suplemento Aire Libre 13 de noviembre de 2017 Por REDACCION
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Caza: la vizcacha

LA VIZCACHA (Lagostomus máximus). Su caza es nocturna y su carne muy apreciada


Hay animales que concitan la preferencia de los cazadores por las dificultades propias de su caza, como por ejemplo, los patos, tan veloces que representan un desafío para los escopeteros. Otros, en cambio mucho más fáciles de cazar, despiertan el interés de los cazadores por lo deliciosa de su carne, este es el caso de las vizcachas.
La vizcacha junto con el carpincho son los dos roedores más grandes que habitan en nuestro país. El nombre científico de las vizcachas es “lagostomus maximus”, llega a medir cerca de 60 centímetros de largo y habita Sudamérica desde el sur de Paraguay hasta la Patagonia argentina. Es de hábitos nocturnos; vive en grupos de hasta 50 individuos en túneles que cava en lomas de terreno firme. Se alimenta de todo tipo de vegetales y ataca los cultivos, por lo que su caza está permitida en toda época en la Argentina. La vizcachas salen al caer la tarde, precedidas por el macho más viejo, el "vizcachón", que se asoma primero para comprobar si hay peligro en los alrededores de las cuevas. Las "vizcacheras", o sea los sistemas de corredores subterráneos en los que habita, en parte están a pocos centímetros de la superficie, se extienden en un radio de 15 a 20 metros y se pueden hundir al paso de animales y hombres, por lo que constituyen un peligro, especialmente para los jinetes. La vizcacha no tiene inconveniente en compartir un sector de su refugio con zorros, y eventualmente con lechuzas, ya que las cuevas tienen hasta 15 bocas. Es de pelo abundante, cabeza grande, hocico abultado y chato por delante, bigotes largos y sedosos y orejas pequeñas. Generalmente, de pelaje gris en el lomo y blanco en el vientre. Dos franjas negras le atraviesan la cara. Sus patas son cortas, con dedos y uñas fuertes que le sirven para cavar la madriguera. Los paisanos las combatían llenando de agua las vizcacheras y actualmente en muchos lugares las envenenan debido a los daños causados a la agricultura.

CAZANDO VIZCACHAS
Hace muchos años atrás tuvimos la oportunidad de cazar vizcachas en la zona de Huanqueros (Depto. San Cristóbal) y luego en Santiago del Estero. Hoy es muy difícil encontrar vizcachas en Santiago y en el norte santafesino casi imposible. Los lugares donde mayor población de vizcachas hay son las provincias de Corrientes y Entre Ríos. En Corrientes hubo lugares donde la población era tal que hacían vizcacheras contra las casas de los establecimientos de campo llegando a tener problemas de hundimientos de los pisos. También hacían cuevas al lado de los tanques australianos provocando el desmoronamiento de las paredes. La vizcacha se caza de noche ya que es un animal que durante el día se encuentra en la cueva. En las zonas donde no existe presión de caza es posible verlas fuera de la cueva antes de que caiga el sol, pero esto es bastante raro. El tiro a la vizcacha es bastante cerca, generalmente no más de 25 o 30 metros. La dificultad que tiene es que es un animal bastante duro y si el disparo no fue mortal, herida se meterá en la cueva y no la podremos sacar más. Por eso, con escopeta se utilizan calibres 20 o mayor y munición 3 o 1. Con carabina calibre 22 LR se utilizan balas de punta hueca y se debe disparar a la cabeza. Siempre es conveniente esperar dos o tres horas luego de la caída del sol para que las vizcachas se alejen un poco de la cueva ya que si están cerca cualquier ruido las alerta y se zambullen en la madriguera para no volver a salir.


COCINA: VIZCACHA A LA CACEROLA
Ingredientes: 2 dientes de ajo, 2 cucharaditas de té de perejil, 2 cucharaditas de té de orégano, 2 vasos de vino blanco, 10 a 16 granos de pimienta negra, sal a gusto, 2 a 3 cucharones de caldo, 2 tazas de aceite, 2 cebollas, 2 zanahorias, 300 gramos de panceta ahumada, 4 tomates medianos, 1 cucharadita de café colmada de ají molido.
Preparación: Se limpia la vizcacha y se corta en pedazos; se adoba con sal, ajo picado y una cucharadita de orégano; la mitad de la pimienta aplastada y un vaso de vino blanco. Se deja el adobo hasta el otro día. Poner en una cacerola las 2 tazas de aceite; cuando está bien caliente, se ponen a dorar los trozos de vizcacha. Cuando estas están, pronto se retiran y en el mismo aceite, se fríen las 2 cebollas cortadas en rodajas, las 2 zanahorias cortadas en daditos y el trozo de panceta ahumada cortado en cuadraditos. Cuando están a medio hacer, se agregan los tomates bien cortados, los cucharones de caldo y el otro vaso de vino blanco. Al comenzar a hervir se coloca nuevamente la vizcacha, se le agrega el ají molido y se tapa la olla. Se deja cocinar durante una hora más o menos, a fuego lento. Antes de servirla se espesa la salsa con un poquito de harina. Se sirve acompañada de un buen vino tinto y una guarnición de arroz blanco hervido,

REDACCION

Redacción de Diario La Opinión de Rafaela
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