Una historia de espacio y saber en Rafaela

Información General 29 de julio de 2017 Por Alumnos de 5to 3era
Ante la inminente reinauguración del Observatorio Astronómico de la EESO 428, Luisa R. de Barreiro”, se impone una mirada histórica que revalorice esta recuperación de un instrumento de conocimiento paradigmático para nuestra comunidad. 1977 es el año. La historia de la ciudad cuenta que ese año se inauguraba el Observatorio del Colegio Nacional. En vísperas de su reapertura, con un evento el 4 de agosto, una historia que combina pasado y futuro.

Volver al Futuro

Será el 4 de Agosto. El viejo Observatorio del Colegio Nacional, que hoy es la EESO nro. 428, volverá a abrir sus puertas. Lisandro Gino estará a cargo de la misma. Luego, y hasta las 21, el público en general podrá hacer observaciones.

Recuerdos del Futuro

Eran los tiempos de la Carrera Espacial. Entre 1957 y 1975, el mundo asistía a los espectáculos de la carrera espacial, que suponía el esfuerzo paralelo entre la Unión Soviética y Estados Unidos para explorar el espacio exterior. Desde el lanzamiento de satélites artificiales hasta la llegada del hombre a la luna. Esto configuraba una idea del “espacio” muy política, dicotómica, impregnada de una lucha de poderes.

¿Qué ideas sobre ese espacio, “la frontera final” como decía una serie, se tenía desde aquí, una ciudad provinciana que contaba con la mitad de la población que hoy tiene? Ese año se estrenó la película Star Wars, una ópera espacial épica, con la cual la ciencia ficción acompañaba ese universo de luchas representadas en un universo maravilloso. Enanitos verdes y no tan verdes, como los que asomaban detrás de las estrambóticas teorías de Charles Berlitz y su best seller (1974) “El triángulo de las Bermudas”.

Mientras tanto Argentina sufría un enfrentamiento entre Juan Domingo Perón y la triple A, que terminaría con la derrocamiento del General en 1976. Otros espacios de enfrentamientos, tal vez mediados por tensiones coincidentes.

Lo cierto es que ese mismo año 1977, en Rafaela, una ciudad de apenas 50.000 habitantes, se inauguraba un observatorio en el Colegio Nacional, hoy Escuela de Educación Secundaria Orientada número 428. Un “avance”; un objeto representativo de la voluntad de un tiempo que apenas podemos intuir en la ciencia ficción del momento, en los libros de historia y en un manojo de artículos y recortes.

Attaque ´77

Ocho años después de la llegada del hombre a la luna, se creó el observatorio astronómico de la Escuela Luisa Raimondi de Barreiro. Fue inaugurado el 7 de diciembre de  1977, y resultó algo novedoso e importante para los rafaelinos y zona. No era común que un establecimiento educativo contara con un objeto que mirase al futuro con instrumentos parecidos a los que proponía el consumo y las ideas de sus contemporáneos. Sabemos que el interés de la gente y, sobre todo, de los estudiantes fue notorio.

2008 es el otro año. El triste. Ese momento en que las disposiciones y los marcos jurídicos hicieron imposible que el Observatorio continuará con su tarea. “Cerró sus puertas” y pasó a ser “como esas cosas que nunca se alcanzan”. Hubo reclamos, búsquedas, maneras, presentaciones, resistencias que, finalmente, parecen haber resultado: nueve años después, estamos a punto de recuperarlo. Será otra cosa, bajo una idea de tiempo y espacio imposible de medir con aquel lejano 1977.

2017 finalmente es el año de la esperanza, porque el 4 de agosto será una nueva inscripción histórica: la de la reapertura del Observatorio, a cargo de Lisandro Gino. Un nuevo tiempo para un viejo proyecto.



Los nombres

“Amigos de Urania”, “Club de Ciencias”, “Colegio Nacional”... Estamos frente a otras épocas, otros discursos, otras miradas.

La prehistoria del Observatorio nos cuenta que, luego de la muerte del arquitecto Marcos Aurelio Severín (quien había donado la cúpula y la había hecho colocar tal y como sigue luciendo en el edificio de calle 9 de julio) en 1973, sus herederos donaron los elementos astronómicos del destacado aficionado para que se concretará la instalación del observatorio en el Colegio Nacional.

También hay testimonios del ingeniero Báscolo (y su agrupación “Amigos de Urania”) dando a sus alumnos clases nocturnas y observaciones con el viejo telescopio del colegio, mucho antes de que éste fuese siquiera un sueño.

El encargado del observatorio en los últimos 31 años, Eduardo Valentín Pryzbyl, fue el leal espadachín de esos tiempos. El caballero que custodió y registró las memorias de un tiempo y un espacio.

El espacio de Gino

La charla de apertura, presentada por el orador:

La palabra “planeta” significa “errante”. Los planetas han sido un total misterio por años debido a su manera de surcar la esfera celeste. La visión de esos movimientos ha llevado al desarrollo de innumerables teorías, desde Aristóteles hasta Ptolomeo; desde Copérnico a Kepler.

Hoy tenemos diferentes modelos complejos que nos permiten saber cómo nacieron y se desarrollaron; la gente cree que sabemos todo de ellos, pero aún el misterio nos impulsa. Instrumentales sofisticados siguen tratando de pensar la naturaleza del universo, naturaleza de esos planetas que nos dejan perplejos, tan perplejos como cuando lo intentaron los primeros astrónomos.

Observar

Un lugar desde donde fundar una verdad. El punto desde donde mirar y mirarnos. La idea de objetividad de la ciencia. Espiar, ojear, ver, ser visto. Miles de significados. Control, conocimiento, enseñanza, técnica.

Una escalera caracol hacia un futuro que fue y vuelve a ser.

Un Observatorio.  

El fin de una espera

Es inminente. El cuatro de agosto a las 19:30 en el SUM de la escuela, Lisandro Gino dará una charla y con ella quedará reinagurado el observatorio astronómico de la ESSO N° 428 Luisa Raimondi de Barreiro”. Será una actividad para el público en general, a cargo del futuro encargado del observatorio, un joven emprendedor que promete inscribir su nombre entre los de los custodios de esta historia. Luego, los asistentes tendrán la oportunidad de hacer observaciones y reavivar en ellas la vieja llama.

Todo está dado. Los hombres y mujeres que quieren tejer una nueva época para la historia del observatorio quieren anunciarlo. Será pronto. El futuro volverá a inaugurarse.

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