El 6 de febrero de 2014 el fiscal Jorge Di Lello presentó un escrito ante el juez federal Ariel Lijo en el que solicitaba que Amado Boudou declare como imputado por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública por su presunta intervención para favorecer a Ciccone y evitar su quiebra, en el caso de la famosa imprenta que salpicó a un vicepresidente de la Nación.
Lo más llamativo del caso así planteado inicialmente era que si Lijo citaba a indagatoria a Amado Boudou sería la primera vez desde el regreso de la democracia que un vicepresidente de la Nación en ejercicio fuese citado a declarar como imputado en un caso de corrupción.
La citación no hizo falta. Sorpresivamente, sólo un día después de que el fiscal solicitase la declaración de Boudou como sospechoso, el Vicepresidente se presentó espontáneamente ante el juez federal Ariel Lijo.
Boudou llegó minutos después de las 11:00 a los Tribunales de Comodoro Py junto con sus dos abogados defensores para presentar ante el juez dos escritos en los que declaraba sus argumentos ante las acusaciones por la causa Ciccone y dejó en claro que aceptaría ser citado cuando fuese necesario. Amado Boudou estuvo cara a cara con el juez Lijo durante 15 minutos.
Esta acción lo convirtió de hecho en el primer vicepresidente de la Nación en ejercicio desde el regreso democrático, en presentarse ante la Justicia Federal para defenderse en un caso de corrupción.
Al retirarse de los Tribunales de Comodoro Py, Boudou improvisó una conferencia de prensa ante los medios presentes, en la que dijo que, "No tengo nada que ocultar, vine a decirle al juez que estoy a disposición, que va a contar con mi colaboración. No tengo nada que ver, ya expliqué que son todas mentiras. Que prosiga la investigación lo más rápido posible para que se pueda esclarecer todo. Es eso, ni más ni menos", afirmó Boudou, que sin embargo llamativamente no quiso responder preguntas de la prensa.
En la mañana siguiente, desde el Gobierno, salieron a defender al vicepresidente. En su clásica conferencia de prensa, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo una frase que quedó en la memoria de muchos por muy largo tiempo: que Boudou era víctima de un "linchamiento mediático" y pidió que se respete el debido proceso en la causa. No sería la primera vez que Jorge Capitanich dijese frases que con el paso de los meses lo harían célebre.