Por REDACCION
Sr. Director:
Mientras estamos vivos nos creemos omnipotentes, inmortales, que podemos “llevarnos el mundo por delante”, siendo a veces egoístas, vengativos, amargados…
A todos nos llegará el día en que la muerte nos sorprenderá y puede ser muy tarde. Tarde para cambiar, para enmendar, para compartir con los demás buenos momentos y también los malos, juntos, apoyándonos con afecto y entrega. Tarde para sentir la satisfacción de perdonar o ser perdonado EN VIDA.
Solo la mente y el corazón de los que quedan serán lo que nos harán ver nuestras buenas o malas acciones y sólo la oración será la intermediaria, salvando y dando paz. Estamos vivos, no desaprovechemos la gran oportunidad para subsanar los errores, renaciendo día a día, disfrutando de nosotros mismos y de los seres que nos rodean, comprendiendo tolerando, dialogando, respetando, amando.
No permitamos que nos llegue la tarde, la oscuridad es inminente.
Ana María Abuh Arias de Abeillé
Rafaela
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