Por REDACCION
Sr. Director:
En el año 1949 se publicaba el libro "1984" del escritor George Orwell. Eta novela se desarrolla en la ciudad de Londres y describe a una sociedad en la que un estado, perverso y totalitario, ha llegado a apoderarse de la vida y la conciencia de sus súbditos, donde todo está controlado por la sombría y omnipresente figura del Gran Hermano.
El partido gobernante era el "Ingsoc" o Socialismo inglés, que además de sus prácticas represivas había declarado como idioma oficial la "neolengua". La neolengua era una modificación de la lengua inglesa, pero a tal punto, que algunas de sus palabras y construcciones gramaticales resultaban ser apenas inteligibles por la mayoría de las personas. En el año 1984 aún no había nadie que utilizara la neolengua como único lenguaje, pero los miembros del partido tendían cada vez más a utilizarlo y se esperaba que reemplazara completamente al inglés en el año 2050.
La creación de este nuevo lenguaje tenía fines ideológicos y pretendía, básicamente, imposibilitar cualquier forma de pensamiento que fuera contraria a los principios del partido. Si no existen palabras para expresar una idea, ésta no existe, y por lo tanto no puede transformarse en pensamiento.
Obviamente podemos hacer diferentes paralelismos entre la sociedad actual y el mundo ficticio en el que se desarrolla esta historia, pero la analogía que me resulta más interesante es la del lenguaje.
Hoy, la neolengua se llama "lenguaje inclusivo" y la ideología dominante (o políticamente correcta) es el "pseudo- progresismo". Hoy, el lenguaje inclusivo no es de uso obligatorio, pero quizás sí lo sea en el año 2050. Al igual que en la historia, quienes promueven el uso de este lenguaje son los "letrados" e "intelectuales" que adhieren a la ideología dominante. Por su parte, los docentes que utilizan este lenguaje para impartir sus clases , cumplen la misma función que la "policía del pensamiento" en la novela, reprimir al alumno que se atreve a cuestionar su uso e intenta defender los valores y principios con los que fue educado.
Obviamente el objetivo que se persigue es mucho más amplio que un simple cambio en nuestra forma de hablar o escribir, cumpliendo fielmente con uno de los lemas del Ingsoc, "la ignorancia es fuerza".
Como lo dijo el autor de esta magnífica obra literaria: "Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento".
Luciano Gabriel Perren
DNI 28.571.864
Rafaela
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