Por REDACCION
Ayer fue un día histórico para Lamborghini al presentar el Urus, su primer todoterreno de este año. La ceremonia tuvo de todo, comenzó con el himno de Italia cuyas notas salían de una docena de violoncellos.
PIONERO
En cuanto al vehículo, es pionero en tres sentidos.
Como hemos dicho, el Urus es el primer todoterreno de Lamborghini del siglo XXI -de 1986 a 1992 fabricó 300 unidades del LM002, derivado de un vehículo militar-.
Segundo, tendrá el honor de introducir el turbo en la marca italiana. La reducción de emisiones manda y los motores atmosféricos están reñidos con ella. Y tercero, y lo más importante, ha supuesto "un profundo cambio de nuestros procesos de producción y la adaptación de nuestra fábrica a la industria 4.0".
Stefano Domenicali, consejero delegado de Lamborghini, dio gracias al apoyo del anterior primer ministro, Matteo Renzi, al sellar con Lamborghini un acuerdo de competitividad por el que la marca se comprometía a fabricar el Urus en su sede italiana.
La planta ha pasado de 80.000 metros cuadrados a 160.000 con una inversión de más de 800 millones de euros y con un aumento de la plantilla en 200 personas. También se han ampliado las instalaciones de pintura para dar cabida al nuevo vehículo. Transformación que estará completada el año que viene y que ha necesitado 18 meses para llevarse a cabo.
MAS DE 5 AÑOS
Más de un lustro ha tardado la marca italiana en lanzar la versión definitiva de aquel prototipo que desveló en 2012.
Primero había que ver la viabilidad del producto y dónde fabricarlo. Resuelto este importante escollo, el resto ha ido rodando. La importancia de este modelo para la marca del toro bravo -Urus viene de los "uros", los antepasados salvajes del ganado doméstico- radica en que los responsables de la marca esperan que suponga 4.000 unidades al año. Esto supondría duplicar las 3.457 unidades del Huracán y el Aventador.
Rupert Stadler, presidente ejecutivo de Audi, la filial del Grupo Volkswagen de la que depende Lamborghini ha sido uno de los principales impulsores del proyecto. No en vano, el Urus, cuyo precio estará por encima de los 200.000 euros, supondrá el 50% de los ingresos cuando esté a plena producción.
Hay que tener en cuenta que el año pasado, Lamborghini vendió en China menos de 200 superdeportivos, una cantidad que se va incrementar de forma exponencial con la llegada del Urus. Este modelo eleva la rentabilidad de la firma italiana al aprovechar las economías de escala del Grupo Volkswagen, no sólo en materiales como el aluminio sino también en la plataforma compartida con los Volkswagen Touareg, Audi Q7, Porsche Cayenne y Bentley Bentayga, y con las nuevas motorizaciones turbo.
Ni se mencionó -ni tendría sentido- la posibilidad de que el Urus cuente con un propulsor diésel como su hermanastro, el Bentayga. Más factible es que se pueda introducir la hibridación para alcanzar el objetivo de emisiones y, sobre todo, para que los clientes puedan, circular por una ciudad que prohíba la circulación a los vehículos con motor de combustión, lógicamente hablando de Europa. (Fuente: El Mundo Motor)
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