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Automotores Martes 11 de Septiembre de 2018

Toyota Aygo, el ciudadano por excelencia

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REDACCION

Por REDACCION

Como veremos en esta prueba, el Toyota Aygo acaba de recibir una transformación estética y tecnológica pero sin perder su excelente compromiso para su uso en ciudad y en extrarradio.

Ya adelantamos que sus armas son un tamaño compacto y una enorme agilidad, pero también un alto compromiso a nivel de seguridad y calidad a un precio más que ajustado.

El Toyota Aygo lleva en nuestro mercado 12 años y las sucesivas mejoras solo han hecho que optimizar y potenciar sus aptitudes como vehículo de uso urbano y esta última revisión no es ninguna excepción.

Estéticamente se ha cambiado marcado diseño en X del frontal de las anteriores versiones por una presentación menos juvenil pero también más elegante. Además, ahora se incorporan unos nuevos faros con tecnología Led y que en su conjunto aportan un extra de personalidad.

La zaga también apuesta por unas nuevas ópticas tipo Led, mientras que el interior se completa con nuevos colores como el gris cuarzo o el negro piano de esta versión.

Así mismo, se mantiene el alto nivel de personalización del modelo, que ofrece hasta once combinaciones posibles de sus colores exteriores como los detalles en rojo opcionales de esta versión X- Play.

El motor de nuestra unidad de pruebas, y único en toda la gama, es el renovado tricilíndrico de gasolina 1.0 VVT-i de 12 válvulas, cuya potencia ha subido tres caballos para alcanzar los 72 CV. Además de algo más potente, este propulsor atmosférico ya está adaptado a la normativa WLTP anticontaminante que ha entrado en vigor este mes de septiembre y anuncia unas emisiones de 94 gr/km de CO2 y un consumo de homologado de 4,1 litros.

En general se trata de un propulsor con una buena respuesta a medio y alto régimen, pero también más discreta a regímenes bajos. Esto obliga a trabajar con el cambio manual de cinco relaciones que monta de serie (también hay un automático de embrague pilotado). En ciudad esto no es problema, pues con la primera y segunda relación el coche reacciona con agilidad al ser unas marchas relativamente cortas.

El inconveniente viene en carretera, ya que sus desarrollos más altos son excesivamente largos, lo que unido a esa poca predisposición del motor a bajo régimen obliga a trabajar con la palanca de cambios si queremos obtener las máximas prestaciones. De hecho, en fuertes repechos en vías rápidas es fácil que tengamos que recurrir a la 3ª para realizar una maniobra de adelantamiento y gozar de la respuesta necesaria.

A cambio, si se mantiene un ritmo de marcha relajado, los consumos son bastantes buenos y aunque no bajan hasta los 4,1 homologados sí que se mueven del orden de los 5 litros a los 100 km.

En cuanto a comportamiento, la buena respuesta del motor en sus primeras relaciones y la agilidad de su dirección y bastidor le garantizan moverse con soltura en el tráfico urbano. Por otro lado, su longitud y relativo buen radio de giro le permiten encontrar y acceder a muchas plazas de parking imposibles para otros.

En carretera propone una estabilidad óptima, aunque condicionado por su corta batalla, ancho de vías y una suspensión que brilla más por su elasticidad y confort que por su compromiso deportivo.

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