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Automotores Martes 7 de Diciembre de 2010

Renault Fluence: un mediano de peso, ya busca su lugar

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Por firma 1

El objetivo de Renault es liderar en 2011 el competitivo segmento de los sedanes medianos. Y la punta de lanza para alcanzar esos fines es el nuevo Fluence de fabricación nacional, que se presentó a la prensa en el hotel Llao Llao de Bariloche.
Después de varios años de recibir proyectos industriales menores, la planta de Santa Isabel, Córdoba, recibió un encargo importante: producir para el mercado local y la región al sucesor del Mégane II tricuerpo, para lo cual realizó una inversión de $ 500 millones destinados a modernizar y adaptar la línea de montaje de la fábrica cordobesa.
«Hicimos hincapié en diseño, seguridad, confort y calidad», explicó a Ambito Financiero el gerente de Marketing de Renault Argentina, Adrián Martín Vera, al indicar los pilares del nuevo producto, que ya se comercializa en Europa desde hace un año. Ejes amplios y ambiciosos. Y no es para menos: para convertirse en referencia del segmento, el Fluence tendrá que competir con modelos que ya son una marca en sí mismos, como el Corolla de Toyota, el Vento y el Bora de Volkswagen, o el Civic de Honda. Además, los medianos superiores agitan novedades de peso: Peugeot ya presentó el 408 de producción local y Nissan sacó a las pistas el renovado Sentra.
Asimismo, Renault también descubrió en Bariloche a la versión hatchback 5 puertas que se importará de Turquía -se llamará Mégane III- para completar la gama de medianos en la plaza local -ver nota aparte-.

CONFORTABLE
El Fluence estará disponible en dos motorizaciones y cuatro niveles de equipamiento que oscilan entre los $ 86.900 y los $ 127.000, con garantía de tres años o 100.000 kilómetros. Ambito Financiero tuvo la posibilidad de probar la versión full, denominada Privilege, con caja manual de 6 velocidades.
La primera impresión es la de un auto que, pese a la sobriedad que exige el diseño de un sedán mediano, combina líneas elegantes y modernas. El toque deportivo se observa en la parrilla delantera y los faros alargados, mientras que el remate trasero le otorga un aspecto robusto y conservador.
Las dimensiones son otro punto a destacar, ya que superan ligeramente a las de su antecesor: los 4,62 metros de longitud, 1,80 de ancho, 1,48 de altura y 2,70 de distancia entre ejes permiten que se viaje cómodo tanto adelante como atrás, aunque el diseño de las butacas traseras -en el medio se despliega, eventualmente, el apoyabrazos- induce a pensar que el quinto pasajero debe ser un invitado circunstancial. Por otra parte, el baúl con capacidad para 530 litros es el más generoso del segmento.
El interior presenta materiales y terminaciones de calidad, casi idénticos al hatch europeo. Méritos de los ingenieros de Santa Isabel, quienes lograron un producto acorde con los estándares internacionales y echa por borda los mitos sobre ciertos limitantes de la industria nacional.
En cuanto al confort, el Fluence tiene uno de los equipamientos más completos de la categoría, que posiciona a sus versiones full a la par de los vehículos de una escala superior. Llega con tarjeta llave manos libres para arranque y apertura de las puertas -excepto en la versión de entrada de gama (Confort)-, climatizador bizona con salidas traseras, encendido automático de luces y limpiaparabrisas, computadora de a bordo, estéreo con sonido premium, conectividad USB y Bluetooth, navegador integrado TomTom en la versión full (es el primer vehículo fabricado en el Mercosur que tiene esta tecnología), techo solar eléctrico, guantera refrigerada, entre otros.
Además, el ajuste del volante en altura y profundidad, junto con el ajuste en altura del asiento, da lugar a una posición de manejo regulable a los gustos del conductor.
En el volante se ubican los controles del estéreo, climatizador, teléfono y de velocidades máximas; mientras que el navegador, inocultable, funciona a través de un control remoto. Hay que tomarse unos minutos para familiarizarse y comprender los comandos.

MOTORIZACIONES
El modelo Confort tiene motor 1.6 16 válvulas de 110 CV y cinco velocidades. Alcanza una velocidad máxima de 185 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 11,7 segundos y un torque máximo de 145 Nm a un régimen de 4250 rpm.
El resto de las versiones tiene el nuevo motor M4R 2.0, 16 válvulas de 143 CV, 5 CV más que el Mégane II. La transmisión es manual de 6 velocidades y en el modelo Privilege se puede optar por una CVT automática de la alianza Renault-Nissan. Este motor tiene un torque máximo de 195 Nm a un régimen de 3700 rpm. La velocidad máxima de caja manual es de 200 km/h con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9.9 segundos, mientras que la CVT tiene una marcha algo más lenta. No hay versiones diésel.
Las bondades de la nueva motorización quedaron demostradas en los ondulantes y solitarios caminos del Circuito Chico de Bariloche. Buen comportamiento en las curvas y excelente reacción en el acelerado, son algunas de las características a subrayar. Además, la suspensión fue adaptada a las necesidades de la región, con lo cual el vehículo no acusa el impacto de los caminos irregulares. También es preciso resaltar el confortable andar y la baja sonorización, que redundan en una experiencia de manejo placentera, en este caso sublimada por los paisajes de las inmediaciones del Llao Llao.
Respecto de la seguridad, el Fluence viene de serie con frenos ABS y distribución electrónica de frenado, doble airbag en la entrada de gama y seis en las versiones siguientes. El modelo Priveliege, que agrega cuero en el interior, también ofrece control de tracción (ASR) y control de trayectoria ESP.


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