Por REDACCION
Las Jornadas 3.0 del Centro de Estudios "Ponle freno-Axa" han celebrado en el circuito del Jarama (España) su edición anual, que ha versado sobre el "Efecto del alcohol y las drogas al volante".
Las cifras se desprenden de los organismos oficiales españoles, entre ellos los datos del Instituto Nacional de Toxicología de 2016: el 43% de los conductores fallecidos dieron positivo a sustancias psicoactivas, dato que supone una continuación con 2015 (43,10%) y, de ese porcentaje, un 68% correspondió a positivos de alcohol, un 36% a drogas y un 21% a medicamentos.
Entre las medidas para prevenir estas prácticas, los expertos han coincidido en que es clave la concientización, a lo que han añadido otras soluciones tecnológicas, entre las que han señalado el Alcolock, un dispositivo que se incorpora al vehículo y que, si sobrepasa la tasa establecida, impide el arranque del vehículo.
Sobre su implantación, uno de los usos que se plantea es "en transportes de mercancías y de pasajeros, donde tiene una utilización de garantía al ciudadano, ya que el conductor sopla antes de arrancar".
Sobre el consumo de cannabis, se ha insistido en que "el problema es el desconocimiento que existe sobre sus efectos en la conducción. Hay sobrada evidencia de los efectos que produce, tanto en el consumo agudo, como en el crónico".
Uno de los participantes ha alertado sobre que, "más allá de la ligera tendencia de positivos en consumo de alcohol y drogas, hay un hecho más preocupante que es el incremento de la percepción de que consumir sustancias no es peligroso. Lo preocupante es esa falsa familiaridad, el 'yo controlo' nos lleva al desastre y esto es algo que se está observando en los jóvenes, ya no tienen esa percepción del riesgo".
Sobre la idea equivocada que tienen algunos conductores acerca de que, tras beber alcohol, se pueden compensar sus efectos con algún tipo de droga, Agudo ha remarcado: "Es absurdo pensar que, después de tomar una sustancia neurodepresora se va a compensar con otra neuroactivante. De hecho, lejos de compensar los efectos, estos se multiplicarán y se acabarán teniendo los síntomas y las consecuencias psicofísicas de ambas sustancias".
Samuel López ha relatado cuál había sido su experiencia cuando, hace cuatro años, provocó un accidente mortal de tráfico: "Soy el responsable de la muerte de otra persona", ha comenzado. "Tras beber en una fiesta universitaria, no sé de qué forma acabé invadiendo el sentido contrario y la otra persona que conducía el coche, seguramente una persona que como todos los días iba tranquilamente a trabajar, se encontró con un jovencito que había bebido y había decidido manejar el coche causando una muerte". (Fuente: El Mundo Motor)
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