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Automotores Martes 5 de Julio de 2011

Divina tentación: con el RCZ Peugeot rompió los moldes

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Redacción

Por Redacción

Es, por muchos motivos, un auto distinto. Y tan diferente es que Peugeot decidió, por primera vez en su historia, no apelar a los clásicos números para bautizarlo, sino a tres letras: RCZ. Mostrado por primera vez como concept car en el Salón de Fráncfort de 2007 como 308 RCZ, aquel ejercicio de diseño fue elogiado por toda la prensa especializada. Pasaron dos años más para que el modelo definitivo (casi sin cambios) fuera presentado en el Salón de Fráncfort de 2009. Ahora, este deportivo está en la Argentina, donde llega con motor naftero 1.6 de 200 CV (en Europa hay otro naftero de 156 CV y un turbodiésel de 163 CV).Tiene un diseño que impacta a primera vista, indudablemente atractivo.

Destacó La Nación que verlo basta para tener en claro cuál es el objetivo de Peugeot: demostrar que tiene con qué enfrentar a las marcas premium y no hace falta mucha imaginación para saber que el Audi TT es uno de los rivales a los que apunta. Audi y Peugeot, competidores encarnizados en las últimas ediciones de las 24 Horas de Le Mans, llevan esa rivalidad al terreno de los autos de calle. El RCZ es una coupé 2+2, denominación que indica que los dos asientos traseros son más simbólicos que reales. En los hechos es, en verdad, un auto para dos personas. Indudablemente, el diseño es uno de los puntos más altos del auto. Bien plantado y lanzado hacia adelante, la continuidad del amplio parabrisas, el techo y la luneta de doble curvatura enmarcados en dos arcos de aluminio le otorgan gran personalidad y elegancia. Las llantas de perfil 18 y los guardabarros bien acentuados le dan un aspecto dinámico y fuerte.

El interior también muestra un esmerado ejercicio de diseño con detalles muy cuidados y una altísima calidad percibida. Cuero de primera en tapizados y paneles de puertas, el modelo que probamos tenía la combinación de azul en la carrocería y tapizados color tiza, dándole un aspecto muy distinguido. Las dos butacas, conductor y acompañante, tienen múltiple regulación eléctrica y generosos pétalos que sujetan la zona lumbar y las piernas, que evitan el desplazamiento del cuerpo en las curvas más cerradas. El panel de instrumentos tiene los clásicos relojes redondos con aros metálicos (siempre elegantes) y en medio de ellos, el display de la computadora de a bordo. Un aspecto que me gustó de la habitabilidad es que a pesar de ser una coupé para dos personas, no se percibe extremadamente cerrada como sucede en otros modelos.

De acuerdo a La Nación, gracias a sus amplias superficies vidriadas el RCZ no genera la sensación de claustrofobia que suele sentir gente susceptible en ciertos deportivos. El RCZ tiene caja manual de 6 velocidades, con una selectora de recorrido corto y preciso, y marchas bien relacionadas. Esa transmisión va de maravillas con el motor. El auto se siente siempre ágil, con muy buenas respuestas al acelerador y a la dirección. Un párrafo aparte merece el sonido del motor, que fue especialmente desarrollado para ofrecer una variedad acústica según el régimen del motor. Mientras el sonido disminuye cuando la marcha es regular, las aceleraciones entregan un ronquido seco cuando el cuentavueltas trepa por encima de las 5000 rpm.

El baúl tiene una capacidad de 384 litros (muy buena en un auto de este tipo) que se amplía a 760 si se rebate el respaldo de los asientos traseros.El motor es excelente; 1.6 de cilindrada, turbo twin-scroll, inyección directa y válvulas de admisión de apertura variable. Es el motor desarrollado de manera conjunta entre PSA y BMW que equipa también al 207 RC, al Mini Cooper y al Citroën DS4, entre otros modelos.Como dijimos, las respuestas al acelerador son rápidas, ayudadas por una caja bien relacionada. 

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