Por REDACCION
Aunque suene a discurso de marketing, las necesidades de los usuarios marcan modas, tendencias y evoluciones. En todos los ámbitos: la ropa, los electrodomésticos, la tecnología, los automóviles, que es lo que nos atañe. En ese devenir, la primera generación del Peugeot 3008, que la prensa mundial pudo manejar por primera vez en Croacia en 2008 (donde estuvo La Nación) tenía tres características salientes: era un monovolumen familiar de 5 plazas, el puesto de conductor envolvente (tipo avión) y el alto nivel de tecnología (por ejemplo, contaba con Head-Up Display y control de velocidad adaptativo).
Pero desde 2008 para acá, los monovolúmenes (hoy casi una especie en extinción) fueron perdiendo terreno en la preferencia de los usuarios a favor de los más polivalentes utilitarios deportivos (SUV). Y esta es la gran transformación de esta segunda generación del 3008: ahora es un SUV hecho y derecho, con la última versión del puesto de conducción i-Cockpit del león y también con gran nivel tecnológico.
¿El cambio lo favorece? Ampliamente: desde una estética moderna y bonita, que regresa a las fuentes de los SUV antiguos (más cuadrados y simples) hasta la posibilidad de servir a los fines de distintos tipos de usuarios, no sólo para la familia.
TODO POR EL CONFORT
Otra característica que tiene la gama 3008 es que está entre las pocas en el mercado argentino con versiones diésel. Precisamente, el GT-Line HDI Tiptronic es el modelo que probamos y que pone énfasis en el confort: butacas eléctricas muy cómodas y con masajeador con varios programas (un verdadero placer) y memorias (para diversos conductores), techo panorámico que ahora abre la porción delantera y hasta un perfumador del habitáculo más dos "ambientes" (tonalidad interior) a elección. Todo en el marco de una gran calidad de terminaciones y materiales, además de buen espacio para los pasajeros del asiento trasero (aunque sin sobrarle) y un amplio compartimiento de carga de 591 litros.
Como se dijo, el puesto de conducción responde al estilo y configuración i-Cockpit de Peugeot (tablero alto, volante pequeño y bajo) que no tiene grises: te sentís cómodo o no (cuestión de gustos). Pero, a diferencia de otros modelos, en el 3008 la posición de manejo, como buen SUV, es alta y con amplia regulación de la butaca, por lo que resulta más fácil acomodarse al estilo i-Cockpit. El tablero digital es totalmente configurable y con abundante información, la pantalla táctil funciona a la perfección (muy buen equipo de audio, además) y la línea (tipo piano) de teclas es tan bonita como útil.
El enfoque hacia el confort también se manifiesta en la conducción, para lo que cuenta con variadas ayudas: el mencionado control de velocidad adaptativo (de impecable funcionamiento para mantener la distancia con el auto que precede y hasta frena a cero si hace falta), de mantenimiento de carril (la dirección ofrece resistencia al movimiento involuntario), arranque en pendiente, sistema Start&Stop (arranque y parada automática del motor) y el dispositivo Grip Control de Peugeot, que adapta la tracción (sólo delantera) con bloqueos específicos según los programas para asfalto, terreno blando (arena, barro), superficies duras (piedras, ripio), nieve y ESP Off, que desconecta el control de estabilidad; no es un verdadero sistema 4x4, pero ayuda.
El conjunto mecánico es óptimo: motor turbodiésel 2.0 de 150 CV a 4000 rpm y 370 Nm (37,7 kgm) de par motor a 2000 rpm, más transmisión automática Tiptronic de 6 marchas (con modo secuencial, levas al volante y programa Sport) con excelente respuesta en toda situación de marcha, lo que favorece la versatilidad que busca el modelo. Las prestaciones son muy buenas para el tipo de mecánica: acelera de 0 a 100 km/h en 10,3 s y recupera de 80 a 120 km/h en 7,2 s; mientras que el consumo, como buen diésel, es acotado: 9,5 L/100 km en ciudad y 7,5 L/100 km en autopista a 120 km/h.
Como todos los Peugeot, el confort de marcha sigue el tono de comodidad de todo el conjunto. Sin embargo, las suspensiones tienen un muy buen balance para ofrecer también un excelente comportamiento dinámico, lo que redunda en un vehículo ágil, seguro y práctico. Responde con rapidez al frenar (discos en todas las ruedas) y necesita 41 m para detenerse a cero desde 100 km/h. Por ser importado extrazona (35% de arancel), el precio trepa a 1.060.400 pesos.
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