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Automotores Martes 25 de Febrero de 2014

Audi Q3: versión de tracción integral con diesel de 177 CV

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REDACCION

Por REDACCION

A pesar de la desproporcionada carga impositiva que deben pagar los modelos de alta gama en nuestro país (los más altos de la región), las marcas hacen esfuerzos para seguir ofreciendo los mismos modelos que se pueden encontrar en los concesionarios de Europa, Estados Unidos o el resto del mundo.

El Audi Q3 es uno de esos vehículos. Creado como un utilitario deportivo urbano, es un modelo de tamaño compacto pensado para moverse de modo fluido en el complicado tránsito urbano y con un desarrollo mecánico y tecnológico que lo hace apto para aventurarse más allá del asfalto.

Hay que dejar eso bien en claro, destacó Jorge Pandini en La Nación, y agregó que no es un producto pensado para el off-road extremo sino una excelente propuesta que combina las prestaciones de una berlina con una posición de manejo más elevada, mucho confort, buen espacio interior y capacidad para viajar en caminos sin asfalto.

Ya habíamos probado la versión naftera de 211 CV; ahora nos pusimos al volante de la equipada con motor turbodiesel de 177 CV, caja automática y tracción integral quattro. Tiene una carrocería de 4,385 metros de largo, 2,019 de ancho (incluyendo los espejos laterales desplegados), 1,608 de alto y una distancia entre ejes de 2,603 metros.

Las versiones comercializadas en nuestro país son cuatro; tres nafteras y una diesel, todas con motor de 2 litros y tracción integral quattro. Obviamente, que con los impuestos aplicados por el Gobierno, los precios aumentaron considerablemente respecto de lo que costaban en 2013.

Quienes prefieran las nafteras pueden elegir entre la versión de 170 CV y caja manual de seis marchas (98.500 dólares); de igual potencia y caja S tronic cuesta US$ 105.800, y la de 211 CV y caja S tronic, que cuesta 108.600 dólares. En tanto, la versión diesel, también de tracción integral quattro y caja S Tronic de 7 marchas, como la que ahora probamos, cuesta 116.150 dólares.

La versión diesel no difiere exteriormente de sus hermanas nafteras. Conserva el estilo deportivo que caracteriza a los modelos Q. En el interior, como es habitual en la marca, se distingue por la calidad de materiales y terminaciones.

A pesar de su tamaño exterior compacto, ofrece buen espacio para los pasajeros y un baúl de 460 litros, que puede ampliarse a 1.365 rebatiendo la fila trasera de asientos, con lo que se obtiene un gran espacio de carga. Una vez al volante, es fácil alcanzar una confortable posición de manejo gracias a las múltiples regulaciones de la butaca del conductor y la columna de dirección.

Tiene volante de tres rayos multifunción y elevado nivel de equipamiento de serie, que incluye aire acondicionado automático; sistema start&stop; información al conductor en pantalla; airbags delanteros, laterales (incluye de cabeza) y de rodillas del conductor; ABS, y controles de tracción y estabilidad; anclaje del asiento para niños ISOFIX, y faros delanteros de halógeno y antinieblas, entre otros elementos.

Obviamente, la gran diferencia radica en el motor. En este caso, se trata de un cuatro cilindros en línea de 2 litros alimentado por un turbo. Tiene una excelente respuesta en un amplio régimen de revoluciones ya que entrega su par máximo de 38,7 kgm entre las 1.750 y 2.500 rpm. Hay que destacar que las condiciones de excelencia del motor se ven aprovechadas al máximo por la caja S Tronic de 7 velocidades y la tracción integral permanente quattro, que utiliza un embrague multidisco hidráulico.

Normalmente, la potencia es transmitida al eje delantero, pero en caso de ser necesario el sistema, de manera automática, reparte la fuerza con el eje trasero para garantizar el mejor agarre en superficies de distinta adherencia.

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