CHOSICA, 19 (AFP-NA). - Las lluvias y riadas que
azotan a Lima y el norte de Perú provocadas por "El Niño Costero",
han cobrado al menos 72 vidas y miles de damnificados desde enero,
mientras la población enfrenta cortes de agua y ruega porque cese
la ira de la naturaleza.
"Lamentablemente hemos tenido 72 fallecidos" desde inicios de
año, dijo el sábado el primer ministro, Fernando Zavala, en un
nuevo balance de las víctimas del fenómeno climático. Mientras tanto, se prevén por lo menos dos semanas más de lluvias, en medio de la zozobra de la población.
La cifra de
72.115 damnificados -es decir, que lo perdieron todo- y 567.551
afectados -que sufrieron daños menores- se mantiene por ahora.
Al día siguiente de las riadas que dejaron atrás los Andes y
azotaron la capital peruana, cientos de personas buscaban rescatar
lo que quedó de sus pertenencias mientras otro tanto hacía
gigantescas filas a la espera de camiones cisterna con agua
potable, que fue cortada debido a la turbiedad con que es captada
de los ríos.
Cadenas de ayuda humanitaria se armaban en todo el territorio,
y la ayuda es enviada por aire y mar, ante el bloqueo de varias
carreteras. "Hemos recogido más de 3 toneladas de donaciones" en
sólo una mañana en Palacio de Gobierno, dijo el sábado la primera
dama, Nancy Lange.
OLA DE LODO
Una decena de víctimas se contabilizó entre jueves y viernes.
Una feroz ola de lodo y piedras cubrió una carretera en Otuzco, La
Libertad (norte), arrasando camiones y a sus ocupantes, con siete
fallecidos.
También en el norte el policía Antero Llaque se desvaneció y
murió de un infarto después de haber ayudado a varias personas a
salvar su vida de la furia del río Tumbes.
"Sacrificó su vida por nosotros (...) Claramente recuerdo su
rostro cuando me decía: todo está bien, no te preocupes, tío",
contó a la prensa Juvenal Julca, un discapacitado de 61 años, a
quien Llaque auxilió antes de morir.
"El Niño Costero", es un calentamiento del mar frente a la
costa peruana que genera alta evaporación y nubes cargadas. La
ausencia de vientos favorece su permanencia.
Las precipitaciones
aumentan el caudal de los ríos, que destruyen todo a su paso hacia
el mar.
Huaico quiere decir quebrada en quechua, que define al espacio
que hay entre los cerros, por donde descienden las avalanchas. Con
la expansión urbana, se ha construido en esos espacios que los
antepasados respetaban.
"Hay alcaldes que han dado autorizaciones para construir en
quebradas, ciudades que han crecido desordenadamente. Los cauces
de los ríos vuelven a pasar por donde alguna vez lo hicieron",
dijo el primer ministro Zavala.
Hay 811 distritos en emergencia de los más de 2.800 que tiene
Perú, según detalló Zavala. Principalmente en la costa norte de
Perú
El gobierno ha incrementado su presupuesto en 764 millones de
dólares para una reconstrucción que aún no puede empezar. Por
ahora la prioridad es liberar vías, rescatar personas y contener
el avance de los ríos.