PUNTO FIJO, 27 (AFP-NA). - El incendio
provocado por una explosión en la mayor refinería de Venezuela
seguía activo el domingo, más de 36 horas después del fatal
accidente que dejó 41 muertos así como varios militares
desaparecidos en la zona, visitada por el presidente Hugo Chávez.
"Se sigue batallando contra ese incendio", aseguró Chávez, en
referencia a las inmensas llamas que se elevaban por encima de dos
tanques de almacenamiento de la refinería de Amuay (Estado Falcón,
noroeste), donde una fuga de gas causó el sábado de madrugada el
peor accidente registrado en un complejo de la estatal PDVSA.
Chávez, que el sábado ordenó una investigación "profunda" de
los hechos y decretó tres días de duelo nacional, se mostró nada
más llegar sobre el terreno "muy dolido" por las víctimas, a la
vez que informó que se están buscando "algunos guardias que no
aparecen", sin precisar su número.
Con la muerte de dos militares que ingresaron en un hospital de
Maracaibo, en el vecino Estado Zulia, se elevan al menos a 20 los
efectivos fallecidos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que
custodiaban el complejo y habitaban en sus inmediaciones, además
de 15 civiles, la mayoría familiares.
PDVSA "lamenta profundamente el fallecimiento de dos de los
nueve heridos ingresados el sábado" al centro de Maracaibo, dijo
el domingo en un comunicado la compañía petrolera, confirmando que
se trata de dos miembros de la GNB.
Otros seis cadáveres estaban por identificar, por lo que el
saldo de muertos se eleva hasta el momento a 41, además de una
treintena de heridos ingresados en distintos hospitales de la zona
a la refinería y en Maracaibo.
Chávez, que se encuentra en plena campaña para buscar su
reelección en los comicios del 7 de octubre, explicó por otro lado
que PDVSA está "haciendo una primera evaluación" sobre el origen
de la fuga de gas que provocó la explosión.
"Se configuran distintas hipótesis", dijo el Presidente,
descartando empero la falta de mantenimiento y tachando de
"irresponsables" a quienes achacan el accidente a un mal estado de
las instalaciones.
El Presidente se mostró además dispuesto a "exponerse" al riesgo: los
técnicos de PDVSA "no han podido llegar porque es muy peligroso
(...) Yo quiero ir un poco más cerca" del foco de la explosión, dijo.
La refinería se encuentra en una zona residencial y comercial
donde viven trabajadores del complejo con sus allegados, así como
familias pobres que se instalaron en barriadas de los alrededores.
Un total de 121 personas, entre ellas 48 niños, fueron acogidas
en la cercana base naval de Punto Fijo, según las autoridades, que
dieron cuenta de un total de 209 casas y 11 comercios afectados.
El domingo, algunas personas residentes más allá del perímetro
acordonado por las fuerzas de seguridad recogían sus enseres y se
disponían a abandonar sus casas dañadas por el accidente, mientras
otros mostraban su voluntad de permanecer en el lugar, constató la
AFP.
"No tengo miedo. Por el momento dicen que no va a estallar de
nuevo" la refinería, dijo Alí Bello, de 60 años, sentado frente a
su precaria vivienda con el techo inclinado producto del siniestro.