Mientras el secretario de Comercio Interior busca conquistar mercados brasileños para nuestros productos en una misión comercial a San Pablo, resulta oportuno conocer la evolución del resultado comercial de los últimos años entre Argentina y Brasil.

Desde febrero pasado, los fuertes controles impuestos al comercio exterior por Guillermo Moreno parecen estar repercutiendo fuertemente, sobre todo, en lo que concierne a la relación comercial con nuestro vecino Brasil. Puntualmente, los últimos datos dan cuenta de una reducción del déficit con dicho país, a tal punto que en el mes de abril la balanza comercial bilateral resultó casi equilibrada.

De acuerdo a datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, para el cuarto mes del año, las exportaciones hacia aquel país se posicionaron en los U$S 1.350 millones en tanto que las importaciones fueron de 1.351 millones de dólares, lo que se tradujo en un rojo de apenas 1 millón de dólares.

Este resultado se dio, principalmente, por una reducción del 23% en las importaciones -el mayor descenso desde septiembre de 2009-, destacándose las menores compras de motores para vehículos, minerales de hierro, vehículos de carga, automóviles para pasajeros y tractores. No hay que soslayar que a estos guarismos se llega aún con una devaluación del real que en lo que va del año llega al 5,4%, la más alta de la región. Por su parte, nuestras ventas fueron un 9,7% inferior para el mismo período, siendo la segunda vez en el año que se registra una contracción en las exportaciones hacia Brasil.

De todos modos, y a pesar de los fuertes controles -que van desde la implementación de Licencias No Automáticas, Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones y Notas de pedido-, el saldo acumulado para el primer cuatrimestre del año evidenció un déficit de 970 millones de dólares, aunque el mismo es un 27% inferior en comparación con igual lapso de 2011.

Cabe recordar que el saldo comercial negativo con Brasil es una cuestión de larga data. De hecho, desde junio de 2003 el intercambio comercial con el mencionado país ha derivado en desequilibrio para la balanza argentina, exceptuando únicamente los meses de marzo a junio de 2009 -plena crisis financiera internacional- donde se registró superávit. Así, luego de 34 meses consecutivos de rojo comercial, la balanza comercial entre ambos países volvió a equilibrarse.

Si bien la importancia de Brasil como socio comercial es indiscutible y las medidas implementadas demuestran su repercusión en la balanza comercial bilateral, no hay que minimizar las graves consecuencias que las mismas implican para el mercado interno, sobre todo si se tiene en cuenta que muchas empresas nacionales se abastecen de insumos brasileños.

Por otro lado, también se ven acotadas las posibilidades de exportación de nuestros productos ante la respuesta de Brasil por las restricciones establecidas. De hecho, en la reciente ronda de negocios, los empresarios cariocas no sólo pidieron el levantamiento de las barreras comerciales sino también, expresaron que sus compras podrían triplicarse si se redujera el proteccionismo. Una vez más, Argentina no aprovecha su potencial en un mundo repleto de oportunidades.