Editorial

Vivienda lejana

El acceso a la vivienda es una posibilidad cada vez más lejana en nuestro país, pues aún viniendo de una década de constante crecimiento económico -salvo una breve interrupción durante la crisis de fines de 2008 y comienzos de 2009-, las posibilidades de llegar a poder tener el techo propio en lugar de acrecentarse se fueron achicando. Y sólo hay que establecer una comparación con los demás países de la región, en los cuales la situación se fue dando exactamente en forma inversa a la nuestra. Es decir, en los vecinos la chance de la casa propia se ha ido agrandando, pues de tal modo lo establecen la relación entre los valores de los inmuebles y los ingresos de la gente.

Pero además, y por sobre todas las cosas, lo influyente para establecer este nivel de posibilidades lo dan los créditos hipotecarios, siendo aquí en la Argentina en comparación con el acceso que se tiene en los demás países de la región hasta 10 veces más baja.

En cuanto a los ingresos, aquí el ritmo de devaluación de la moneda y la inflación se han convertido en factores decisivos para ir alejando cada vez más los ingresos de los valores de las propiedades, como así también de las construcciones nuevas.

De acuerdo con un informe del Banco Ciudad, el crédito a la vivienda en nuestro país explica apenas el 1,7% del PBI, el cual no tiene punto de comparación con otros países, ya que en Brasil y Perú está por sobre el 4%, en tanto en Chile es del 10% y en Panamá del 20%, quedando en clara evidencia la diferencia que existe en materia de acceso al préstamo hipotecario en otros países. Pero además, la comparación tampoco resiste al hacerse con los propios antecedentes registrados aquí en otras épocas, ya que por ejemplo en los años 90 lo destinado a estos créditos llegó a significar 5% del PBI.

El contraste es muy importante, y además llamativo, pues mientras en otros países vecinos con los cuales la comparación es llamativa, sin tener que recurrir a ejemplos de otros niveles de desarrollo como serían Estados Unidos y Europa, el desequilibrio es notorio, no porque en aquellos se vivan situaciones de excepción sino porque aquí en la Argentina se ha descendido vertiginosamente. En pocas palabras, los bancos no prestan a largo plazo por la inflación, restándose de tal manera la alternativa de los créditos hipotecarios, que son los que mueven el acceso a la vivienda propia. 

Otro rubro en el cual también pueden formularse comparaciones que arrojan un claro contraste, es el referido a las reservas de los bancos centrales, ya que mientras todos los países de la región han ido aumentando las mismas, la Argentina es el único que ha bajado vertiginosamente, pasando de los 52.000 millones de dólares de 2011 a los 34.000 millones de la actualidad. Se trata, también, de un reflejo de lo que ocurre en todo el resto de temas ligados al sector financiero.

Este deterioro se profundizó de manera muy evidente en los dos últimos años, por el fuerte impacto inflacionario, pero además por la vigencia del cepo cambiario, impactando ambos factores en la relación entre el salario y el metro cuadrado de construcción.

Veamos, concretamente, y de acuerdo al informe divulgado por el Banco Ciudad, lo que dicen los números y las estadísticas, que son irrefutables y están más allá de otras consideraciones. En el año 2011 hacían falta 38 salarios para adquirir un departamento de 30 metros cuadrados, mientras que en 2013 son necesarios 55 salarios. Para la evaluación fueron tomados ingresos y precios de la ciudad de Buenos Aires, aunque en gran medida puede trasladarse esa evaluación a casi todo el resto del país, quedando claramente expuesto que en estos dos años, restricción cambiaria mediante y efecto inflacionario que permanentemente deteriora el valor del peso, la caída ha sido alarmante, ya que se necesitan destinar 17 salarios completos más para comprar una pequeña propiedad de sólo 30 metros cuadrados.

Esto también impacta en las operaciones inmobiliarias, registrándose niveles muy bajos, con una retracción generalizada que se estima en el 40%, siendo histórico que cuando aumenta la cantidad de salarios necesarios para comprar un inmueble, simultáneamente caen las operaciones de compraventa. En tal sentido este año en el que estamos con un solo mes por delante para completar el valor del metro cuadrado y el salario mensual disparó una relación del 70%, apreciándose el impacto negativo que tuvo en el mercado inmobiliario.

Autor: REDACCION

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