CARACAS, 17 (AFP-NA). - El gobierno y la oposición se
acusaron mutuamente de la violencia en Venezuela que deja al menos
siete muertos durante marchas convocadas por el opositor Henrique
Capriles contra la proclamación del oficialista Nicolás Maduro
como presidente electo, lo que desató una grave crisis política.
Maduro, delfín del fallecido presidente Hugo Chávez, afirmó
este martes que no permitirá más marchas opositoras en la capital.
"Ustedes no van a ir al centro de Caracas a llenar de muerte y de
sangre", sentenció.
El oficialista, de 50 años, responsabilizó a los "fascistas" de
las muertes registradas el lunes en protestas de la oposición
contra los resultados de las elecciones del domingo.
Capriles, de 40 años, reaccionó de inmediato en su cuenta de
Twitter acusando a Maduro de ordenar la violencia "para evitar el
conteo de votos" y reiteró su llamado a protestas en oficinas
regionales del Consejo Nacional Electoral (CNE) este martes y el
miércoles en la sede central en Caracas.
"El ilegítimo y su Gobierno ordenó que exista violencia para
evitar el conteo de los votos!Ellos son los responsables!", escribió.
Las protestas se desataron el lunes luego de que el CNE
proclamara presidente electo de Venezuela a Maduro con 50,75% de
los votos contra 48,97% de Capriles, quien ante la estrecha
diferencia exigió un recuento total de los sufragios y convocó a
las protestas.
El único de los cinco rectores del CNE próximo de la oposición
confirmó el resultado electoral informado por el organismo.
"Yo no tengo dudas sobre el resultado arrojado por el CNE, creo
que es importante darle una tranquilidad a aquellas personas" que
cuestionan los resultados, opinó Vicente Díaz.
Imágenes, difundidas por VTV, mostraron este martes vehículos
quemados en Barinas (oeste) y la sede del partido oficialista en
Táchira parcialmente destruida.
Por ahora, las salidas a la situación no se vislumbran dada las
convocatorias a las movilizaciones por ambas partes mientras las tensiones tienden a aumentar. Según la Asamblea Nacional,
Maduro tomará posesión el próximo viernes para completar el
periodo de seis años de su mentor Chávez, iniciado el 10 de enero.
Prácticamente la totalidad de los países latinoamericanos, entre ellos Argentina, felicitaron a Maduro como nuevo presidente, mientras que Estados
Unidos señaló que aún no está listo para hacerlo. España y la OEA
llamaron al diálogo.
De todas maneras, el clima hostil pone un signo de interrogación sobre la realización de la ceremonia de asunción a la que asistirá la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, entre otros jefes de Estado.
Por su parte, el secretario general de la
Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza,
mostró este martes su "profunda preocupación" por los "condenables
hechos de violencia" tras las elecciones en Venezuela. En tanto, el presidente de Bolivia, Evo
Morales, advirtió en La Paz que Estados Unidos "está
preparando" un golpe de Estado en Venezuela, por sus pedidos para
realizar una auditoría de las elecciones del domingo.