Editorial

Vaticinios del FMI

Desde que Néstor Kirchner siendo presidente, dispuso la cancelación de la deuda de 9.900 millones de dólares que la Argentina tenía con el Fondo Monetario Internacional, su presencia en las decisiones sobre nuestra economía fueron prácticamente inexistentes, salvo alguna que otra situación relacionada con la deuda externa, aunque con posterioridad las relaciones fueron en cierta forma recomponiéndose, al punto que hace poco se requirió del FMI asistencia para lograr una reconformación del INDEC, lo cual hasta el momento no ha dado muestras de ninguna clase de avance.

De todas maneras, aun cuando la credibilidad del FMI se encuentra bajo sospecha, sus informes y especialmente sus definiciones continúan siendo escuchadas en el mundo, y tenidas en cuenta al momento de adoptar decisiones, como por ejemplo en las inversiones. Es por eso que cobra trascendencia lo dicho por el FMI a través de la última versión del World Economic Outlook, un informe anual sobre las  "Perspectivas Económicas Mundiales", en el cual se sostiene que si bien la economía de la Argentina creció 9,2% en 2010, en el presente 2011 se expandirá 6% y en 2012 bajará a 4,6%, mostrando un muy importante declive.

En el desarrollo del trabajo, el FMI formula muy duros cuestionamientos al INDEC, llegando a dejar en claro que "los analistas privados creen que el verdadero crecimiento del Producto Bruto Interno es mucho más bajo que el estimado oficialmente en el 2008 y en el 2009".

Claro, que esta perspectiva en baja que se da sobre la Argentina no corresponde a un análisis aislado del futuro inmediato, sino que se encuentra inmerso dentro de una situación complicada para todo el mundo. Respecto a Latinoamérica, debe convenirse que las estimaciones se dan dentro de un contexto de alta volatilidad internacional, lo cual podría afectar a todas las economías de la región, que son las que más crecimiento han tenido en los últimos años, consecuencia de la gran suba de los precios de las materias primas. En tanto en un nivel de mayor complicación, se vaticina el problema de la deuda en la afectación de varios países europeos y la falta de credibilidad fiscal en Estados Unidos y en Japón, lo cual podría llegar a desestabilizar nuevamente el sistema financiero global.

Se destaca que si todos estos riesgos se materializan tendrán un impacto muy fuerte en todo el mundo, con lo cual se llegaría a comprometer muy seriamente el financiamiento de parte de bancos y compañías en aquellos países de economías avanzadas, con lo cual se experimentaría una reducción del flujo de capitales destinados a la inversión hacia los países emergentes. 

Es por estas razones que, como se destaca en el capítulo destinado a Latinoamérica y el Caribe, se asegura que el crecimiento de esta región será "robusto", en el orden del 4,6% de promedio -aunque en marcado descenso en comparación con los porcentajes que hubo estos últimos años-, si bien se desliza también la advertencia que en ciertos países se deberá producir un enfriamiento de la economía para controlar el escenario inflacionario y de valorización de las monedas nacionales. Una especificación que si bien no hace nombres propios de los países aludidos, claramente puede ubicarse a la Argentina en lo que respecta a la inflación, lo cual establece una clarísima contradicción entre lo que sostiene el Gobierno y el FMI, pues mientras este reclama enfriamiento, desde el Gobierno en cambio se mantiene una directa y enérgica intención de sostener y aumentar el consumo interno, desechando bajo todo concepto un enfriamiento en las condiciones económicas.

En el informe del FMI se señala que "si bien muchos países tomaron medidas para elevar la tasa de interés de referencia, todavía es fundamental seguir ajustando la combinación de políticas, reduciendo el ritmo de ejecución de los gastos públicos para evitar sobrecargas de la política monetaria, en un contexto de fuerte entrada de capitales y la sobrevaluación de las monedas".

En el mes de marzo el organismo financiero internacional ya había publicado un informe sobre la región en el cual advertía sobre un sobrecalentamiento por las políticas expansivas en materia fiscal y monetaria, apareciendo la Argentina en el nivel más alto de aumento del gasto primario y de los agregados monetarios.

Autor: Redacción

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