Editorial

Vacunación bajo la lupa

El avance de la campaña de vacunación contra el Covid en la Argentina, si bien presenta múltiples matices para el análisis, depende en gran medida de la entrega de las vacunas por parte de los laboratorios y principalmente de la gestión efectuada por el Gobierno nacional. Al respecto, podría decirse que la calificación sobre este operativo de inmunización está condicionado por la posición que cada uno tenga en el escenario de la tan mentada grieta argentina. Pero el fantasma de la variante Delta revela la vulnerabilidad del sistema y el tardío acuerdo con Pfizer rubricado recién esta semana. 
La decisión de priorizar gestiones con determinados laboratorios y descartar a los proveedores de origen estadounidense aparece como un error significativo por parte del Presidente y el frente de gobierno que apostaron por la Sputnik y la AstraZeneca, que hoy no pueden cumplir los compromisos asumidos. La faltante de la vacuna rusa es la más preocupante puesto que el tiempo transcurrido entre la primera y la segunda dosis va más allá de lo aconsejado por los especialistas. 
También es cierto que los estados subnacionales plantearon en algún momento, ante la demora en la llegada de vacunas, salir al mercado una vez que quedó en claro que podían hacerlo. En este caso, cabe mencionar que la propia Nación habilitó a las provincias para que puedan negociar con los laboratorios aunque todo, al menos hasta ahora, quedó en una expresión de deseos. Quizás fue una jugada política del Gobierno nacional que inicialmente monopolizó la gestión para convertirse en héroe, pero cuando solo le quedó el traje de demonio buscó compartir culpas con las provincias, entre ellas Santa Fe que se inscribió entre las que cerró preacuerdos que aún no se materializaron. 
Otro costado en este análisis se vincula a la eficiencia en la aplicación de las vacunas, y el debate de esta semana radica en cuántas se encuentran "en las heladeras" sin colocar. Es que se observa una amplia diferencia entre las dosis distribuidas por el Ministerio de Salud de la Nación en todo el país y las que realmente se han aplicado. La provincia de Santa Fe puede mostrar que cuenta con un stock bajo de dosis, es decir que cuando llegan se reparten y se aplican, no así la de Buenos Aires. 
Finalmente, el asunto que se ha impuesto en la agenda pública en las últimas semanas gira en torno al pase sanitario que se pretende entregar a quienes recibieron las dos dosis de vacunas, una herramienta ya implementada en países europeos para forzar a aquellos que resisten inmunizarse contra el Covid a hacerlo, so pena de no poder acceder a servicios o ingresar a un bar o un espectáculo cultural o deportivo. En Francia, desde hace seis semanas se mantienen las protestas contra el polémico pase sanitario, imprescindible para llevar a cabo cualquier tipo de actividad, desde acudir a un restaurante a subir a un tren o entrar en un centro comercial. El Gobierno italiano no descarta que la vacunación para los trabajadores de la administración pública sea obligatoria.
Esta medida que obliga a presentar el certificado de vacunación para acceder a un edificio, a un trabajo o a un bar entre otros comienza a tener adherentes en la Argentina misma. En la ciudad de Rafaela germina la idea, puesto que desde la Municipalidad ya dejaron abierta esta posibilidad al advertir en charlas con jóvenes mayores de 18 años que asisten a escuelas nocturnas de que deberán vacunarse para hacer trámites en edificios oficiales, para acceder al transporte público o hasta para conseguir un empleo. 

Autor: REDACCION

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