La ANMAT - Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, aprobó el uso de la vacuna Qdenga o TAK-003 contra el dengue, desarrollada por el laboratorio japonés Takeda.
Esta vacuna parece ser una gran protección frente a esta enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa a nivel global alrededor de 20.000 fallecimientos y 390 millones de infecciones.
En su investigación participaron más de 20 mil voluntarios y llevó alrededor de cinco años de desarrollo, durante ese período parece haberse confirmado su seguridad y eficacia. Los resultados mostraron que la vacuna logró reducir un 84% las hospitalizaciones y un 61% los casos de dengue sintomático.
Se trata de una aplicación de dos dosis en un intervalo de tres meses, puede ser colocada en todas las personas mayores a 4 años que hayan cursado o no la enfermedad y, si bien son leves, suele producir algunas reacciones como dolor y enrojecimiento en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, dolor muscular, malestar general y debilidad. Todos estos efectos demostraron ser pasajeros en aquellos participantes voluntarios del testeo de la vacuna y están relacionados con su propio mecanismo de acción.
¿Qué es una vacuna a virus vivo atenuado?
Este tipo de vacunas utilizan una forma debilitada (o atenuada) del germen que causa la enfermedad. Dado que las vacunas son tan similares a la infección natural que ayudan a prevenir, crean una respuesta inmunitaria fuerte y de larga duración. Si bien pueden proteger durante toda la vida, su aplicación está contraindicada en muchos casos.
La vacuna del dengue, al ser a virus vivo atenuado, no se puede colocar en embarazadas o mujeres en período de lactancia; personas que utilizan medicamentos que afectan al sistema inmunitario, como corticosteroides en dosis altas; personas bajo tratamiento de quimioterapia; y, personas con un sistema inmunitario débil, esto puede deberse a un defecto genético o a una infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
El doctor Alberto Davidovich, director médico de Emerger, considera que si bien esta vacuna representa una nueva herramienta de prevención, no debe ser la única.
Esta enfermedad viral es transmitida por un mosquito (Aedes Aegypti), que se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras.
El contagio se produce únicamente por la picadura de mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de leche materna.
Es por ello que resulta fundamental seguir empleando estrategias de control y eliminación de criaderos de mosquitos; evitar la recolección de agua en recipientes al aire libre para que no se conviertan en lugares de reproducción; cubrir adecuadamente los tanques y depósitos de agua; evitar acumular basura; aplicar repelentes para prevenir picaduras; y, colocar espirales o mosquiteros.
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