Por Javier Alvarez
Al menos 130.000 profesionales argentinos eligen trabajar con
una computadora desde su casa o una mesa de café en un bar, y el
teletrabajo se configura como el "futuro" para cientos de rubros
de servicios que no exigen intermediación presencial.
Internet cambió al mundo y avanza a una velocidad a la que el mercado laboral no le escapa, dado que en un clic están las más
diversas demandas de empresas o personas que necesitan una
solución y cuentan con la oferta de millones de talentos que se
ofrecen para ello.
Los jóvenes nacidos en la era digital se suman a esta
alternativa en momentos en que la economía local se encuentra en
recesión y las empresas mantienen congelada la demanda de
empleados e incluso hay despidos: en Rosario, por ejemplo, crece
75% anual la cantidad de teletrabajadores.
La economía global conserva su macroestructura histórica entre
quienes generan los recursos y aquellos que los industrializan y
devuelven al origen haciéndose de la mayor parte de la riqueza.
El avance de América Latina en las últimas dos décadas melló
ese escenario, pero deberán pasar muchos años para alcanzar un
punto de equilibrio en la región que sigue siendo la más desigual
del planeta.
En paralelo, el intercambio virtual está modificando los
métodos del comercio y las relaciones laborales; y ante tanta
competencia, la caza de talentos sin que se disparen los costos se
convirtió en uno de los mayores desafíos para empresas y
profesionales.
Sebastián Siseles es director regional para América Latina de
Freelancer, el mercado de "trabajadores libres" y subcontratación
más grande del mundo por número de usuarios y proyectos.
Conecta a más de 13 millones de contratistas y freelancers en
247 países; lanzado en septiembre 2012 en la Argentina, ya cuenta
con 130.000 usuarios que solicitan u ofrecen un servicio.
"El teletrabajo es el futuro: es un negocio que mueve hoy por
hoy 16.000 millones de dólares anuales a nivel global, en todas
sus alternativas", destacó Siseles en una entrevista con NA.
Y señaló que estudios de consultoría indican que en Estados
Unidos a finales de 2015, el 35 por ciento de la población estará
trabajando desde su casa.
Incluso él es parte de un equipo que asesora al gobierno
colombiano de Juan Manuel Santos en su intención de lanzar un
programa público de impulso al teletrabajo.
Siseles cree que esta alternativa comenzó a crecer fuerte en
América Latina y lo seguirá haciendo porque hubo una "explosión de
conectividad" desde 2011 para acá.
"Explotó la conectividad y la región -con la Argentina en
particular- es la tierra del emprendimiento y de las pequeñas y
medianas empresas", opinó Siseles.
Según un informe de Nokia Siemens Networks (NSN), proveedor
global de servicios de comunicación, Argentina y Chile son los
países con más conectividad per cápita en Latinoamérica y con
mayor capacidad de crecimiento a futuro.
Los últimos datos que dio el Gobierno argentino a fines de 2012
señalan que en el país 30,5 millones de personas (74,5% de la
población total) utilizan internet desde una computadora, una
tablet o un teléfono móvil.
"Aquí hay niveles de conectividad que se asemejan a los de
Europa. Eso presenta una oportunidad: cuánto falta por crecer y
cómo se adapta el mercado laboral a esa situación", evaluó
Siseles. (Especial NA)
FREELANCER, UNA INMENSA
BOLSA DE TRABAJO LIBRE
En este sitio, un "contratista" publica su necesidad, desde la
redacción de un discurso a un jingle publicitario, y a los pocos
minutos recibe avisos de profesionales (frelancers) que ofrecen
sus servicios.
El primero revisa la "reputación" de los oferentes por su
historial y, a modo de licitación, evalúa los precios y define a
quién otorgará el trabajo, se contacta con él y acuerda el dinero
a pagar y la forma.
Freelancer.com oficia de intermediario: el contratista deposita
el dinero, el sitio lo retiene y cuando el profesional entrega el
trabajo realizado y el demandante confirma su conformidad, se
activa el pago al trabajador.
"Las partes acuerdan el precio y nosotros eliminamos la
incertidumbre, porque el contratista deposita el dinero y lo
congelamos hasta que el trabajo se cumpla. Incluso, se puede
ejecutar el pago por partes: 50% al momento del boceto y el resto
al final del trabajo", explicó Siseles.
Para concretar la operación sirven los canales más conocidos de
comercio electrónico (e-commerce), las cuentas bancarias
tradicionales o el sistema PayPal, por ejemplo.
Freelancer emite una tarjeta de débito para que los
profesionales que realizan trabajos puedan acceder al dinero en
cualquier cajero automático o comprar bienes en un comercio.
Siseles recomienda a todos los que quieran incursionar,
registrarse con una cuenta "free" (gratuita) para comenzar a
ofrecer sus servicios y dominar la plataforma.
El sitio cobra el 3 por ciento del trabajo otorgado al
contratista y el 10 por ciento al trabajador, posterior a la
transacción; pero, a medida que mayor actividad registre un
usuario, baja la tasa de comisión.
"No tenés inversión en marketing, por lo que el 10 por ciento
para un profesional es muy poco. El modelo de negocios que
proponemos para Internet es: baja comisión, alta distribución",
afirmó director regional para América Latina.
EL ORIGEN
¿Cómo comenzó a rodar esta alternativa que conecta a 13
millones de profesionales? Matt Barrie es un multipremiado empresario australiano,
tecnólogo y orador, de los más influyentes en Internet; estudió en
la Universidad de Stanford, Estados Unidos, y regresó a su país,
Australia.
Un día, enfrentó un dilema: necesitaba pasar una inmensa serie
de datos a una planilla de cálculos, pero no contaba con el tiempo
para hacerlo. "En Internet tiene que estar la solución", pensó.
Buscó y halló una punto com en Suecia en la que alguien
publicaba su necesidad y luego recibía ofertas de solución; como
una licitación virtual que permitía trabajos a distancia sin
instancia presencial.
Consiguió que alguien volcara sus datos a una planilla y en ese
momento Barrie dio cuenta que allí estaba el futuro del mercado
laboral. Corría el 2009 y las redes sociales transitaban su
explosión inicial.
Barrie se sentó frente a su computadora y creó Freelancer.com.
A los pocos días comenzó a tener usuarios y luego generó una ronda
de financiación.
Con los primeros dólares que ingresaron, compró la empresa
sueca que lo inspiró y desde entonces, adquirió unas doce
compañías que ofrecían servicios similares y otros que aportaron a
la plataforma.
Ahora, su sitio web es el mercado de freelancering,
subcontratación y crowdsourcing más grande del mundo.
A través de unas 700 categorías, cualquiera puede contratar un
profesional para trabajos de áreas como desarrollo de software,
redacción, entrada de datos y diseño a través de ingeniería, las
ciencias, venta y marketing, contabilidad y servicios legales.