Editorial

Una ruta peligrosa

"La ruta 34 es la que más cantidad de víctimas fatales ha cobrado", fue el título utilizado para dar desarrollo a la crónica sobre el encuentro que la semana anterior tuvo efecto en Rafaela por parte del Consejo Regional de Seguridad Vial. Esa afirmación la formuló el subsecretario provincial del área vial, Mariano Cuvertino, sumando de tal manera una voz más al coro de reclamos que se formulan por la transformación de esta carretera, que es central para la comunicación terrestre con el Norte del país, en una autovía. Proyecto que se encuentra elaborado por Vialidad Nacional, e incluso con la responsabilidad del actual concesionario de tener que afrontar esa obra, pero que -como ya se ha explicado en reiteradas ocasiones- lleva una demora de casi dos años, sin que desde las autoridades encargados del control se tome una determinación al respecto, como sería por ejemplo obligar al cumplimiento de lo acordado, o de lo contrario proceder a la rescisión del contrato.

Muchísimo es lo que se ha expresado sobre esta ruta de 1.488 kilómetros de traza, que va desde la ciudad de Rosario hasta Salvador Mazza en la provincia de Jujuy, y que por su ubicación en el centro del país, es realmente estratégica para las comunicaciones y de modo especial, para el transporte de la producción desde el Norte hacia los puertos o los grandes centros de consumo. A tal punto que se la ha denominado "la ruta de la producción", aunque tales antecedentes no han valido demasiado, al menos hasta ahora, para de una buena vez comenzar la ejecución de la esperada obra.

Es que por esta carretera transitan miles y miles de camiones, como así también una mayor cantidad de automóviles y cientos de colectivos, todo ello en forma diaria. La prueba la tenemos justamente en este sector en que la ruta 34 pasa por la zona oeste del ejido urbano, ya que el tramo que va desde el cruce de Angélica hasta la ciudad de Sunchales -algo más de 70 kilómetros- de acuerdo con las estadísticas es el más transitado de sus casi 1.500 kilómetros, existiendo estadísticas, tanto propias como de otros organismos viales, dando cuenta que son unos 8.000 los vehículos que pasan cada jornada, de los cuales más de 3.000 son camiones.

Es por esa razón, que siendo una carretera de doble sentido de circulación y cubierta sostenidamente por camiones de gran porte, la convierten en sumamente peligrosa, siendo un escenario de permanentes accidentes con víctimas fatales, tal como se asevera al inicio de esta nota. Sólo en los primeros 4 meses de este año, según las estadísticas dadas a conocer en la reunión del Consejo de Seguridad Vial, en el tramo de la ruta 34 que corresponde al Nodo Regional 2 del cual Rafaela es la cabecera, hubo 7 accidentes con 14 muertos, convirtiéndose por lo tanto en la más insegura de todo el territorio de la provincia de Santa Fe.

Se aguarda en consecuencia, que el Organo de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) que es el organismo encargado de controlar el cumplimiento de estas obras, se ocupe del tema para encontrar la manera de hacer efectivo el cumplimiento de una obra que no sólo es necesaria, sino que indispensable para toda esta región.

Se recuerda que el correspondiente proyecto está demorado casi dos años y que debe ser ejecutado por la concesionaria, disponiendo el mismo que el primer tramo de ejecución de la obra debe ser justamente en el ya citado entre Angélica y Sunchales, por tratarse el de mayor cantidad de movimiento vehicular. Y que ese sector incluye además, la denominada "variante Rafaela", que no es otra cosa que la Circunvalación, cuyo arco tomaría desde la Estación INTA en el norte hasta la Estación del ACA en el sur, desviando el tránsito que actualmente atraviesa la ciudad por ese tramo de 8,4 kilómetros refuncionalizados. Una obra que, debido a su intensivo uso y al paso de camiones que son verdaderas moles rodantes, que transitan casi sin controles de sus cargas, tiene un estado de deterioro muy importante.

La ciudad y la región esperan por la autovía en la ruta 34, tal como se han hecho otras, aunque por tantas postergaciones, la confianza se va deteriorando, aunque no la esperanza. Claro que existen algunos hechos que terminan mellando la credibilidad respecto a algunas situaciones, como por ejemplo que la misma concesionaria que debe ejecutar una obra de tanta importancia y volumen, ni siquiera hasta ahora ha cumplido con la reparación del asfalto y de todo el entorno en el cruce ferroviario del INTA, cuyo estado es deplorable y ha originado reiterados reclamos de parte de las autoridades. Si no se cumple con algo tan pequeño al lado de la magnitud de una autovía, es justificable que la esperanza se desvanezca.

Autor: Redacción

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