SAN LUIS, 26 (AFP-NA). - Miles de
personas rindieron homenaje el lunes en San Luis (Misuri), en
medio de la calma y la emoción, al joven negro Michael Brown, cuya
muerte causada por las balas de un policía blanco reavivó las
tensiones raciales en Estados Unidos.
Dentro del templo donde se celebró el funeral, con capacidad
para 5.000 fieles, sonaron los cantos de gospel ante un ataúd gris
flanqueado de retratos del difunto. Ante la fuerte afluencia, las
autoridades debieron habilitar además una sala con capacidad
adicional de 2.500 plazas no lejos de la iglesia bautista Friendly
Temple Missionary.
En momentos en que la calma parece haberse restablecido en
Ferguson, el pequeño suburbio de San Luis que fue escenario de
violentos enfrentamientos días atrás, la ceremonia se realizó
entre fuertes medidas de seguridad.
Entre las personalidades presentes estuvieron el líder de los
derechos cívicos Al Sharpton, el reverendo Jesse Jackson, el
cantante de rap Snoop Dogg, tres funcionarios de la Casa Blanca y
el director de cine Spike Lee.
Por su parte, el gobernador Jay Nixon accedió a la demanda de
la familia y no asistió a la misa. El capitán de la policía Ron
Johnson, encargado de la seguridad en Ferguson, estuvo también
presente, así como las familias de otras personas cuyos casos
generaron polémica al ser calificados de racistas.