Automotores

Una lancha para pesca

No es fácil elegir una embarcación para pescar, porque no es fácil elegir una embarcación en general. Sin embargo, la aseveración inicial tiene una ventaja: ya se sabe el objetivo por el que quiere adquirirse. Y esto es fundamental a la hora de la búsqueda: no se trata de un artefacto náutico para pasear, para lucirse frente a las chicas, para correr una carrera, para transportar carga, para arrastrar un esquiador… es una embarcación para pescar. 

De acuerdo a información suministrada en internet, lo primero que se tiene que tener en cuenta es el lugar en donde más frecuentemente se pescará con la embarcación. Si se trata de lagunas, esteros o arroyos pequeños, el tamaño puede ser menor, al igual que el calado. Con un bote de buena calidad o un semirrígido puede ser suficiente.

Sobre todo, si existen dificultades en bajar la embarcación y es necesario moverla a mano, como suele suceder en costas barrosas o barrancosas donde cuesta meter un trailer.

Los botes son los clásicos de las lagunas. En su construcción, la fibra de vidrio ha desplazado a la pesada y tradicional madera. Es importante que, sin excesos, el bote tenga una manga generosa, porque generalmente lo usan tres o cuatro personas (si se suma un piloto o guía que no pesque) y con las cañas y líneas largas que se emplean para pescar pejerreyes.

El espejo debe estar en buenas condiciones para aguantar el peso de un motor pequeño y las tablas de asiento deben ser firmes para que los tripulantes puedan usarlas. Por más pequeños que sean, nunca hay que subestimar ningún elemento de seguridad ni dejar nada librado al azar. Si se pesca en un ambiente de aguas más rápidas, como un río o un arroyo anchuroso, o en la zona costera marina, entonces no servirá contar con un bote. Es momento de pensar en un semirrígido de mayor tamaño o en una lancha.

Autor: REDACCION

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