Editorial

Una industria deshilachada

En medio de la campaña electoral para los comicios generales del 27 de octubre próximo, el sector de la industria argentina ha realizado un fuerte tirón de orejas al Gobierno nacional por las consecuencias de un modelo económico que no lo tuvo entre sus prioridades y desatendió sus urgencias en especial desde el año pasado, cuando despuntó la crisis que llega hasta la actualidad y que aún no tiene fecha de vencimiento, mal que nos pese. 

Septiembre marca, en el calendario, la celebración del Día de la Industria. Desde 1941 se recuerda aquel 2 de septiembre de 1587 cuando zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio con productos fabricados en Argentina rumbo al Brasil. Por eso el 2 de este mes el gobernador Miguel Lifschitz participó de un brindis en la Unión Industrial de Santa Fe donde dijo que a pesar del escenario complicado vale la pena que en un momento difícil del país y de la economía se ratifique el compromiso con un proyecto industrial para la Argentina. En esa misma tribuna, el gobernador consideró que Santa Fe tiene un sistema productivo basado, fundamentalmente, en pequeños y medianos empresarios, agropecuarios, industriales, de servicios y de tecnología realmente muy competitivo, muy arraigados al territorio, con una gran capacidad de resiliencia para resistir todos los avatares de la economía y que aún en condiciones muy adversas, como las que se atraviesan, siguen parados, siguen de pie, manteniendo sus fuentes de trabajo, siguen pensando en proyectos de inversión. 

Por otro lado, la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) llevará a cabo su tradicional almuerzo este viernes 20 de septiembre en la ciudad de Rosario, elegida como símbolo de una ciudad industrial muy golpeada por la crisis económica. El presidente de la entidad, el esperancino Víctor Sarmiento, se destacó en los últimos días por plantear ante el propio presidente Mauricio Macri, en oportunidad de su visita a la Provincia para inaugurar un tramo de renovación de vías del ferrocarril Belgrano Cargas, un cuadro dramático en el que se desenvuelven las pequeñas y medianas empresas industriales. Fue durante un encuentro en el parque industrial de la localidad de Pérez, cercana a Rosario, donde se analizó la situación actual y lo que se necesita para al menos reducir las pérdidas. 

En este sentido, Sarmiento resumió el planteo efectuado ante el jefe de estado al señalar, en diversas entrevistas, que tuvo la posibilidad de hacerle conocer la difícil situación de las Pymes industriales, con 15 meses consecutivos de caída de actividad, en los que se registró un retroceso del 5 por ciento en la cantidad de obreros registrados. Además, el presidente de Fisfe se quejó porque las actuales tasas es imposible poder seguir trabajando e instó al Presidente a buscar alternativas, ya que la pequeña y mediana industria está en una situación muy complicada. 

Los indicadores sobre la utilización de la capacidad productiva de la industria correspondientes a julio confirman cada una de las palabras de Sarmiento. El uso de esa infraestructura instalada promedió el 58,7%, que significó una baja del 1,4% en forma interanual, de acuerdo a un informe del INDEC. Además, en julio respecto de junio pasado el indicador registró un leve descenso del 0,4%.

Cinco de los doce sectores que releva el organismo estadístico se ubicaron por debajo del nivel general y la fabricación de autos mostró el peor indicador con apenas 30% de utilización de sus equipos de producción, el nivel más bajo desde enero del año anterior. A la industria automotriz, que cayó 18% en forma interanual, le siguió la producción de sustancias y productos químicos con un promedio del 47,5%, afectada por el apagón eléctrico en las plantas de proceso continuo.

Por debajo del nivel general se ubicaron también la industria metalmecánica, tan fuerte en Rafaela y la región con autopartistas muy sólidas, con 48,5%, afectada por la caída en la producción de autos seguida de la la producción de productos de caucho y plástico con un promedio del 51,6 y la edición e impresión que llegó al 58,1%. La producción de acero y aluminio tuvo la menor capacidad ociosa en sus instalaciones con un promedio del 79,3%, aunque se ubicó por debajo del nivel de julio del año pasado, por la menor demanda de acero crudo.

La refinación del petróleo fue el segundo indicador más alto, con un promedio del 75,1%, superior al de un año atrás, favorecida por el mayor procesamiento de petróleo crudo. La producción de papel y cartón llegó a un promedio del 72,9%, seguida de la elaboración de productos del tabaco con 68,9 y la de insumos para la construcción, que con un promedio del 67,2%, está por debajo del nivel de julio del año anterior, afectada por una larga contracción. 

Posteriormente se ubicaron la producción de alimentos y bebidas con un 63,9%, y los productos textiles con 60,6%,

ambos levemente por encima de los niveles de un año atrás.

Autor: REDACCION

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