Editorial

Una escuela de teatro

Una nueva edición del Festival de Teatro llegó a su fin y entre los saldos que seguramente dejará el balance de este año figurará el desafío planteado desde el mismo acto de apertura: que Rafaela pueda contar con una escuela de artes escénicas. 

El proyecto fue mencionado por el Secretario de Cultura, Marcelo Allasino, y por el propio intendente de la ciudad, Luis Castellano. Y si bien no se dieron a conocer mayores detalles de la iniciativa, la sensación que quedó es que se trata de una posibilidad que se viene analizando en profundidad y que podría tener chances de prosperar. 

El planteo realizado dejó expuesta una idea de la que no se podrá volver atrás y que cuenta con sobradas razones como para poder implementarse. Sin dudas que el camino a desandar será largo. Pero es una alternativa que Rafaela y su Festival, se merecen tener.

Para Allasino, se trata de una "deuda" que la ciudad tiene con las artes escénicas. "Rafaela aún se debe a sí misma una escuela de teatro, con su marca, con su modo de ser y de hacer. Se debe un espacio de formación metodológico y profesionalizado, cimentado sobre las bases de su rica historia y su particular idiosincrasia", expresó el funcionario.

En este sentido, declaró que uno de los objetivos que tendrá durante el resto de su gestión en el área, será la creación de lo que denominó una "Escuela de Artes Escénicas de la Ciudad de Rafaela".  Una escuela que revalide la condición de Capital Provincial del Teatro que Rafaela posee, y que la pondría al mismo nivel de las propuestas existentes en otras ciudades de la Provincia como Rosario o Santa Fe (ambas solventadas por el estado provincial).

Por su parte, Castellano sostuvo que el Festival debe "echar raíces" y la mejor forma de hacerlo es fomentando el surgimiento de nuevos artistas y futuros protagonistas del Festival.

La referencia del intendente no es de menor importancia. Por el contrario, en la edición que acaba de finalizar, fueron solamente dos las producciones locales que lograron ganarse un lugar dentro de la programación. Paradójicamente, fueron las dos primeras obras de la grilla que agotaron entradas. Lo que habla de la necesidad de seguir incentivando la participación de la ciudad con propuestas de calidad que puedan seguir acompañando el crecimiento del Festival. 

Seguramente en este proyecto será indispensable contar con el apoyo del Gobierno Provincial, quien en su momento ya había analizado la opción de crear en Rafaela una escuela secundaria con esta orientación, aunque planeó hacerlo en un lugar como la Vieja Terminal, al que la ciudad le terminó dando otra finalidad. 

También será importante el acompañamiento que pueda realizar el Gobierno Nacional, quien a través del Instituto Nacional de Teatro, y en esta ocasión también de la TV Pública, volvió a marcar presencia en la reciente edición del Festival. 

Y finalmente, será la opinión pública la que deberá dar su respaldo para que la creación de esta Escuela pueda ver la luz. Porque así como el público se apropió del Festival y lo demuestra en cada edición, de la misma manera su respuesta será determinante para poner en marcha un proyecto que necesita del apoyo de la gente para poder convertirse en realidad. 

Cerró la novena edición. El telón se volvió a bajar. Pasaron más de 30 obras distribuidas en casi 70 funciones. El nivel de asistencia volvió a ser un éxito. Y hasta se tuvo el privilegio (y la audacia) de contar por primera vez con una carpa de circo propia.

Otra vez hubo varias obras gratuitas en distintas vecinales de los barrios, dando sentido a otro de los objetivos que tiene esta cita: darle la posibilidad a mucha gente de tener, quizás por vez primera, un contacto directo con el arte y este tipo de expresiones culturales.

En medio de todo esto, Rafaela tuvo la chance de contar con obras formidables, y con la presencia de figuras destacadas del ambiente artístico como Virginia Inoccenti (y su homenaje a Tita Merello), Emilio Bardi (y su impecable interpretación de "Cachafaz"), Ingrid Pelicori y Horacio Rocacon (con su espectáculo "Greek").

Consagrados y novatos, coinciden en señalar que el Festival ya se ha convertido en una fecha del calendario que está instalada en el circuito y que nadie desprecia a la hora de poder participar. Así también lo señalan los críticos de todo el país que pasaron por la ciudad y que revalorizan la vigencia del evento tanto por la calidad de sus obras como por la capacidad organizativa.

¿Algún Gobierno, sea del color político que sea, se atreverá alguna vez a dejar de darle continuidad a un evento de estas características?

Por lo pronto, será momento de pensar en 2014. La décima seguramente será especial y no faltará una preparación acorde a la ocasión. Tal vez la mejor forma de celebrarlo sea con la Escuela de Artes Escénicas en marcha. Ese será el próximo desafío cultural de la ciudad. 

Autor: REDACCION

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