Cuando las cuestiones de poder y geopolítica se imponen en la agenda internacional, en el marco de un proceso de rediscusión del ordenamiento mundial, puede ser posible que se desencadene una serie de eventos como mínimo desafortunados o como máximo, nefastos y con efectos colaterales no deseados. Así lo interpreta el último informe presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentado en el Foro Económico de Davos que se desarrolla en estos días en Suiza, en el que se advierte que las disputas comerciales, el Brexit y otras incertidumbres amenazan con lastrar el crecimiento mundial a la vez que pronostica una desaceleración mayor que la prevista, con un recorte de las perspectivas para América Latina.
Fue muy elocuente la directora gerente del organismo multilateral de crédito, Christine Lagarde, al sostener que si bien no hay una recesión a la vuelta de la esquina, el riesgo de un retroceso más pronunciado del crecimiento mundial está en aumento. En su actualización del informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), el FMI fue aún más pesimista que en octubre pues proyecta un crecimiento del 3,5% para la economía mundial este año, 0,2 puntos porcentuales menos que en el reporte de octubre pasado, en el que también había recortado sus estimaciones previas.
De este modo, el FMI vaticina un crecimiento mundial del 3,6% en 2020, un recorte de 0,1 puntos porcentuales respecto a octubre. Y para América Latina, la organización recortó sus previsiones para este año y el próximo en 0,2 puntos porcentuales por debajo de lo previsto en octubre, a 2,0% en 2019 y 2,5% en 2020. El organismo consideró que una escalada de las tensiones comerciales más allá de lo que ya estaba incorporado en los pronósticos sigue siendo una fuente clave de riesgo para las previsiones.
Este es el segundo recorte en pocos meses de las previsiones para la economía mundial, aunque según la organización financiera, las dos mayores economías mundiales, Estados Unidos y China, permanecen a resguardo y sus pronósticos de crecimiento quedaron intactos en 2,5% y 6,2% respectivamente, a pesar de ser las protagonistas de buena parte de las tensiones actuales. Varias economías grandes sufrieron sin embargo importantes recortes a la baja, entre ellas Alemania, Italia y México.
En este escenario altamente sensible que pareciera puede ser alterado hasta por el vuelo de una mosca, el FMI advirtió del riesgo de los aranceles que se imponen mutuamente Estados Unidos y China, a pesar de la tregua anunciada el 1 de diciembre. Al respecto, consideró que la posibilidad de que las tensiones vuelvan a resurgir en la primavera (boreal) proyecta una sombra sobre las perspectivas de la economía global.
Otro factor que por su extensión en el tiempo no escapó al radar del FMI es la parálisis presupuestaria que se extiende desde hace un mes en Estados Unidos y que ya comienza a notarse en la actividad económica. Más allá de los efectos en la economía, la crisis política es patente y obligó al presidente estadounidense, Donald Trump, a cancelar su asistencia al Foro de Davos, que reúne a 3.000 altos ejecutivos de empresas y líderes políticos en la exclusiva estación de esquí suiza.
Por otra parte, la revisión a la baja del crecimiento en América Latina se debe a un recorte de las perspectivas del crecimiento para México en 2019 y 2020, atribuidas a una caída de la inversión privada, y al hecho de que la contracción en Venezuela va a ser peor de lo que se anticipaba. Para México el FMI pronostica un crecimiento del 2,1%, con un recorte de 0,4 puntos porcentuales con respecto a octubre.
En cambio, el informe destaca que, en el caso de Brasil, el país está en la senda de la recuperación después de la recesión que lastró su economía en 2015 y 2016, con un crecimiento revisado al alza de 0,1 puntos porcentuales hasta el 2,5% en 2019. Esta estimación al menos es una luz de esperanza para la castigada economía argentina y en especial para los exportadores industriales, teniendo en cuenta que la industria dedicada al mercado interno la está pasando muy mal por estos días de aguda recesión.
Según el FMI, en el caso de la Argentina la tormenta no ha terminado y la recesión se prolongará en 2019, como estaba previsto, a medida que el país aplica las reformas acordadas con el propio organismo, pero la economía lograría atisbar brotes verdes en 2020.
Respecto a la zona euro, el FMI se muestra menos optimista con una proyección de crecimiento del 1,6% frente al 1,9% anterior. En esta región, Alemania es el país que sufrió el mayor recorte, hasta el 1,3%, seguido de Italia (-0,4 puntos porcentuales hasta el 0,6%) y de Francia (-0,1 puntos hasta el 1,5%). Para España el pronóstico se mantiene estable, con un crecimiento del PIB del 2,2% para 2019 y del 1,9% en 2020, nada mal en estos tiempos. Y todavía resta materializar el Brexit de Gran Bretaña, con consecuencias que no serán para festejar.