El gobierno argentino lanzó la Sputnik V en todo el país el 29 de diciembre, con unas 300.000 dosis de la vacuna rusa distribuidas en las 23 provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dice la nota publicada en la edición del 2 de enero de 2021 en el influyente medio londinense "The Economist", que lleva por volanta "La órbita del Sputnik", juego de palabras que alude al hecho de que el nombre de la vacuna fue tomado del primer satélite artificial lanzado en 1957 y que marcó el nacimiento de la era espacial.
El artículo destaca que, mientras Argentina iniciaba la aplicación de la Sputnik V, en otros países de América Latina había comenzado la vacunación, aunque en pequeña escala, con la vacuna Pfizer-BioNTech, antes de las fiestas de fin de año. Se trata de México, Chile y Costa Rica.
Sin embargo, Argentina, en palabras formuladas por un asesor presidencial, "está a la vanguardia para vacunar a todos", cita la revista británica. Y aclara que "esa meta se alcanzó sin haber despejado algunas dudas en torno a la Sputnik V".
"Alberto Fernández, el presidente de Argentina, de 61 años, rompió su promesa de ser el primero en vacunarse en el país, en vivo en televisión, luego de que el presidente ruso, Vladimir Putin, que tiene 68, había señalado que postergaría su vacunación debido a su edad", expresa el artículo de "The Economist".
Luego, la publicación británica asegura que el gobierno de Fernández se salteó el normal procedimiento de su agencia de control sanitario, la ANMAT, para autorizar la Sputnik V.
"En vísperas del lanzamiento de la campaña de vacunación, especialistas de la ANMAT filtraron un memo interno a los medios argentinos, manifestando su preocupación por "efectos adversos" de la Sputnik V en adultos mayores en los ensayos en Rusia, señala la nota, que sin embargo agrega que las advertencias sobre "síntomas similares a los de la gripe" que llegaron a los titulares de prensa "son comunes a muchas vacunas".
"Sin sorpresas, la Sputnik V se convirtió en un partido de fútbol. Alfredo Cornejo, líder del partido radical, denunció corrupción, sugiriendo que los pedidos de sobornos de funcionarios del gobierno hundieron las negociaciones con otros productores de vacuna en Europa y en Estados Unidos", afirma la nota, aludiendo, aunque de modo implícito, al fracasado acuerdo con el laboratorio Pfizer, que incluso había realizado en Argentina parte de sus ensayos con voluntarios locales y luego no proveyó la vacuna sin que se haya conocido hasta ahora una explicación clara del por qué.
"La geopolítica jugó un rol también", afirma "The Economist", en referencia a la adquisición de la Sputnik V. "La decisión fue ideológica, dice el asesor presidencial, apuntando al rol de Cristina Fernández de Kirchner, una ex Presidente que ahora se desempeña como poderosa Vicepresidente y que pretende que Rusia y China contrarresten la influencia de los Estados Unidos en la región, abrió un canal extraoficial con Putin en noviembre", dice el artículo, que entre paréntesis acota: "Ella también apoyó la anexión de Crimea en 2014".
A continuación, la revista alude a la "accidentada" trayectoria de la vacuna Sputnik V en Rusia, donde "salteó los tests de seguridad y eficacia habituales para autorizar un medicamento antes de su uso".
Aunque también informa que nuevos tests aleatorios de la Sputnik V se están llevando a cabo en Brasil, en los Emiratos Arabes Unidos y en la India, por lo que "la vacuna podría redimirse".
"Pero la decisión de Argentina de evadir las regulaciones y sacar provecho político de la vacunación ha erosionado la confianza de la gente", acota "The Economist".
Y concluyen: "Esto podría costar vidas y otros países tentados de hacer política con las vacunas deberían prestar atención. Es mejor dejar la aprobación de medicamentos a los expertos".
Mientras tanto, el periodista Ricardo Benedetti, de Radio Rivadavia, dio a conocer en su cuenta de Twitter una copia de un supuesto documento interno de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), según el cual la vacuna Sputnik V tuvo un total 12 eventos adversos serios al momento del análisis, tres de los cuales se dieron en adultos mayores de 60 años.
Así las cosas, el documento titulado Informe Dirección de Evaluación y Registro de Medicamentos, que lleva la firma de Nélida Agustina Bisio, analista técnica y titular de la Dirección de Evaluación y Registro de Medicamentos, expone parte de la información que aún no hizo pública el Fondo Ruso de Inversión Directa sobre el total de voluntarios de Fase III que tuvieron efectos adversos.
El reporte contiene el análisis de los resultados correspondientes a 12.296 voluntarios de 18 a 87 años, de los cuales 9.258 recibieron la vacuna y 3.038 un placebo.