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Un recuerdo para el padre Carmelo


Querido Carmelo:

Más allá del Hermano Marista, del sacerdote secular, del profesor, del teólogo, del jurista, del luchador incansable e inclaudicable, está el amigo.

He leído muchos testimonios de todos los amigos que dejaste acá y seguramente en muchos otros lugares.

Todos te están recordando en estos días por tu pródiga personalidad que se brindó generosa y vigorosamente en tantos órdenes de la convivencia de nuestra comunidad por donde transitaste y donde nos dejaste los beneficios de tu temple de hombre de Dios.

Yo te recuerdo por la contención razonada y amorosa que me diste cuando ocurrió la muerte de mi hija Guillermina Laura, el 8 de setiembre del año 1978.

En ese momento tan incomprensible en la vida de un padre me diste fe y esperanza, haciendo que viviera y comprendiera los misterios de la muerte dentro de los misteriosos designios de Dios.

Querido Carmelo, Gracias por acompañarme en el momento más doloroso de mi vida….. Espero ir donde vos estés y que cuando llegue me abras las puertas para volver a tu amistad y compañía en la Casa del Padre.

Dr. Hugo A. Alfonso 

Autor: REDACCION

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