El ministro de Economía, Axel Kicillof y los integrantes del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina compartieron el lunes pasado un almuerzo de trabajo por más de dos horas. 

Si bien el Ministerio de Economía informó que el encuentro permitió avanzar en el diálogo sobre los pasos a seguir en el proceso de desarrollo industrial argentino, la cúpula de la UIA -que estuvo encabezada por su presidente Héctor Méndez y entre sus integrantes se encontraba el rafaelino José Luis Basso, quien forma parte de la conducción de la gremial empresaria desde hace diez años- habría entregado al ministro un documento de diez carillas con un análisis sobre las consecuencias de la actual política económica, que deja a los bancos con grandes ganancias y a la industria con menos actividad y caída de empleo. 

Según publicó el periodista Marcelo Bonelli en Clarín, el trabajo fue elaborado por el Centro de Estudios Económicos que funciona bajo la coordinación de José Ignacio de Mendiguren. "Desde el 2011, la actividad industrial viene mostrando un marcado estancamiento", advierte el documento a la vez que lamenta las "restricciones para generar empleo" del modelo.

Asimismo, la UIA se queja por "el fuerte incremento de la tasa de interés, que aumentó el costo de acceso al crédito y al capital de trabajo" y denuncia al Banco Nación que, bajo la conducción de funcionarios vinculados a La Cámpora, cobra hasta el 57% un descubierto de cuenta corriente.

"Situación actual de la industria" es el título del trabajo crítico -y reservado- elaborado por la UIA aunque no fue abordado durante la reunión con Kicillof, quien durante el almuerzo se dedicó a remarcar los logros del gobierno en los últimos años, pero evitó dar pistas sobre cómo piensa implementar medidas para los problemas actuales mientras por no tiene un éxito de su corta gestión en Economía.