Ante la Asamblea Legislativa, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, brindará hoy a partir de las 11 su tercer discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso. Una hora más tarde, el intendente Municipal de Rafaela, Luis Castellano, cumplirá con la misma al ofrecer el mensaje de apertura del período de sesiones ordinarias del Concejo Municipal de la ciudad. En ambos casos, la consigna es muy similar, hacer referencia en una suerte de balance a las cosas que se han realizado en el último año, al estado actual de la administración y plantear las metas para el presente año.
En la Argentina, la primera apertura de sesiones ordinarias en el marco de una Asamblea Legislativa en la Cámara de Diputados data del 25 de mayo de 1862, encabezada por el entonces presidente Bartolomé Mitre en la Manzana de las Luces, la primera sede del Congreso Nacional según apuntó la agencia estatal Télam. Según el artículo 99 inciso 8 de la Carta Magna, dentro de las atribuciones del presidente figura el hacer "anualmente la apertura de las sesiones
del Congreso, reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por
la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes".
Ahora bien, ¿cuál es el contenido de los discursos presidenciales? ¿Se formulan en base a estadísticas confiables o se busca enmascarar la realidad, por ejemplo, con datos manipulados para disimular coyunturas adversas? ¿Se trata de informes lo más objetivo posibles y la definición de metas posibles o se reducen a una expresión de deseo sobre el lugar al que debería llegar el país para mejorar la calidad de vida de sus habitantes?
El Presidente, el Gobernador -en Santa Fe este ritual se efectúa cada 1º de Mayo con la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura provincial- o el Intendente deben tener en claro que cuando pronuncian un discurso ante los legisladores y los ciudadanos es posible ejercer un "control de veracidad" de los indicadores expuestos y poner en marcha mecanismos de seguimiento a las propuestas o proyectos presentados.
El mensaje que hacen público crea un compromiso, una responsabilidad y una obligación para que el acto de apertura de las sesiones parlamentarias no se vacíe de sustancia republicana. Lo que se dice en ese ámbito sagrado para la democracia debe cumplirse o al menos intentar hacerlo. El incumplimiento alimenta una eventual pérdida de credibilidad en esta instancia clave para la salud de una nación, de sus instituciones y de los actores de la política. Y este es un riesgo demasiado grande en un país donde la política coquetea todo el tiempo con el descrédito.
A nivel nacional, el discurso de Macri es sometido a un control casi en línea. El prestigioso Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y el sitio chequeado.com acostumbran a hacer esta gimnasia. En este marco, Chequeado anticipó en las últimas semanas el grado de avance de las promesas que hizo el Presidente ante el Parlamento durante la apertura de las sesiones en 2017. De 15 compromisos, el resultado fue que siete fueron cumplidos, dos están en proceso adelantados, cinco en proceso demorados y ninguno se encuentra incumplido, aunque uno de ellos resultó inchequeable sostuvo en uno de sus recientes informes.
Por su parte, el CIPPEC a través de un documento elaborado por su directora del programa de Incidencia, Monitoreo y Evaluación, la rafaelina Natalia Aquilino, también dejó su mirada al respecto. En tal sentido, afirma que el año pasado el Presidente sólo reportó avances sobre dos propuestas realizadas en 2016: la ley del arrepentido y la de acceso a la información pública mientras que cinco propuestas fueron anunciadas nuevamente: una ley del Instituto de Evaluación de la Calidad Educativa, acceso universal a Internet, la reforma del Código Procesal Penal, el fortalecimiento de la Justicia federal y la reforma política. En cambio, no brindó precisiones -según el documento del CIPPEC destacado por el diario Infobae- sobre el 65% de las propuestas realizadas en 2016, entre ellas la aprobación de compromisos de la Cumbre de Cambio Climático, la ley de universalidad de la educación de nivel inicial a partir de los 3 años, la devolución del IVA para los productos de la canasta básica alimentaria, el ingreso universal a la niñez, una respuesta sustentable al reclamo del 82% móvil, una ley del decomiso de bienes provenientes del crimen organizado.
En su libro sobre los discursos presidenciales desde 1083 publicado por Editorial Lajoune en 2013, los hermanos Jorge y Diego Bercholc analizan la "presidencia retórica". Afirman que "los discursos presidenciales nunca son casuales, gratuitos o inocuos, siempre implican un hecho político, un ejercicio de construcción de escenarios". Y esto es lo que sucederá hoy, en Buenos Aires. Y también en Rafaela.